Es necesario un cambio de mentalidad. Lo que se viene es el trabajo a distancia y en línea, con casas adaptadas a eso y con reuniones digitales divertidas para socializar.
Las 5 principales empresas “high tech” de EE.UU – Amazon/AWS, Microsoft, Google, Apple, y Facebook – aumentaron su valor en US$ 1,28 billones en este año. El boom digital fue desatado por la pandemia que produjo un auge en el intercambio global de servicios digitalizados cuya tendencia es el alza excepcional del teletrabajo y la teleeducación. El e-learning es la nueva forma de enseñar a producir, con el agregado de que la magnitud adquirida por este fenómeno implica un adelantamiento de 5 años en el despliegue de la 4ta revolución industrial, con un salto de productividad de 18% en la economía mundial de los últimos 2 años.
Hay una combinación del explosivo dinamismo entre el teletrabajo y un proceso de robotización generalizado y creciente provocado por la “Internet de las Cosas”. El resultado es un capitalismo digitalizado que actúa sobre la base de una plataforma global de conectividad integrada por las 5 “high tech” norteamericanas y las 2 chinas (Alibaba y Tencent).
Durante la pandemia surgieron en EE.UU. 4,4 millones de empresas; y el 70% de grandes plataformas de “e-commerce”, como Amazon, la gran creadora de compañías “high tech”.
Esta plataforma realiza sus inversiones en “capitales intangibles” (marcas, patentes, capital humano), incluyendo masivas compras y fusiones de nuevos procesos y sistemas digitalizados.
Niebla mental
La tendencia hacia lo digital se aceleró con la pandemia y ha generado un cambio importante para la salud y la economía personal por la catástrofe que se vive en materia de bienestar (físico y mental) desde hace más de un año por la pandemia.
A las víctimas directas se le agregan las secuelas de quienes la cursaron, que incluyen lo que psiquiatras bautizaron como “niebla mental”, un estado de anestesia que no llega a ser depresión, pero que quita foco, productividad y felicidad y gravísimas consecuencias de salud mental, con cuadros que provocan mayor discapacidad laboral que los físicos.
La OMS incluyó al agotamiento entre sus diagnósticos, y eso fue antes de que las neurociencias comprobaran los estragos que provocan varias sesiones de Zoom seguidas en nuestro cerebro.
A recuperar el bienestar perdido
Se trata de cultivar relaciones, bajar la ansiedad, comer bien, y de fortalecer los vínculos. La buena noticia es que esta revolución se puede empezar ahora. Si somos lo que hacemos repetidamente cultivar la excelencia, no es un acto, sino un hábito que se debe adquirir. Para sostener en el tiempo las nuevas costumbres saludables, el contexto se impone, por eso se debe intentar tener la menor fricción posible.
El alto rendimiento consiste en lograr la mejor versión de uno mismo, sin buscar la perfección, la que, por definición, nunca se alcanza. Pero cada gota suma. El bienestar es una habilidad que se puede entrenar, porque el cerebro es neuroplástico, es decir abierto a los cambios.
La gran revolución va a venir de un cambio en la autoconciencia. Dado que la neuroplasticidad requiere prestar atención a algo, la nueva revolución se libra en el campo de de la tecnología y de las redes sociales. Cada minuto que le restemos al celular lo ganamos a favor de la toma de autoconciencia. Ya sabíamos del daño que le hacen las pantallas a nuestra salud mental, pero en pandemia esto se agravó como muestra un estudio de Microsoft donde se ve cómo el cerebro se estresa hasta el agotamiento luego de varias sesiones ininterrumpidas de Zoom.
La zona azul
Las mejores propuestas de bienestar para encarar la segunda mitad de la vida vienen de las islas de Okinawa. Allí las condiciones de vida aumentan la longevidad. Siguen la filosofía japonesa Ikigay donde Iki es vida y gay propósito, es encontrar el sentido de la vida.
Tenerlo genera energía por la pasión descubierta en uno mismo. El occidental lo llama empowerment o poder interior. Cuando el motor se apaga por la rutina hay que retornar a los sueños infantiles a recuperar la pasión perdida, la esencia de la vida. El estrés proviene del multitasking, hacer varias cosas y ninguna bien. Lo contrario es hacer una y muy bien.
Y le suman el Ichigo-iChie o pensar que cada instante no se repite y tratar al otro como si nunca más se lo volverá a ver. Vivir en el pasado o el futuro es perder el presente. Algún día vamos a morir pero el resto de los días no. Por eso hay que hacer de cada día un momento memorable.
El mundo nuevo
Lo que se viene es el trabajo a distancia y en línea, con casas adaptadas a eso y con reuniones digitales divertidas para socializar. No existirá la vorágine del tránsito, las oficinas serán suplantadas con tecnología. Habrá corporaciones en extinción como el 50% de los hoteles, viajes y congresos. Las llamadas serán video llamadas. Los productos serán lanzados digitalmente y se crearán empresas que cubrirán la necesidad de tener que trabajar en casa.
Se vivirá más fuera de la ciudad y se generará mayor valor
El control será efectuado por plataformas. Dará lo mismo contratar personal local o extranjero. Seremos ciudadanos del mundo global. Todo será por suscripción. Los números no darán para mantener elefantes. Los que no inviertan en tecnología morirán. Con recursos limitados se precisará invertir mejor.
La tecnología eliminará a los que sigan haciendo lo mismo. La gente apreciará visitar lo natural pero quizás con soluciones tecnológicas que promuevan experiencias auténticas e interacción.
Qué cambios se vendrán. Las marcas cotizarán según su credibilidad, no se puede copiar el prestigio. El valor de una empresa no dependerá de su venta anual. Existirá una dramática disminución del empleo con enormes despidos globales por razones multifactoriales.
La educación será virtual, tecnológica e individualizada, offline e in-line. Las escuelas serán híbridas. Como siempre se necesitará gente muy preparada pero se aceptarán candidatos sin título pero con experiencia. La cita médica será por teleconferencia. Habrá gente menos enferma por mayor cuidado. La economía personal estará más contraída y se dedicarán más recursos al ahorro. La compra de ropa elegante será sustituida por prendas casuales. Crecerá la compra de electrónica, al menos por un año más. El comercio subirá online. Facebook, Tik-Tok y YouTube competirán con Amazon. Las tiendas serán en línea más que presenciales. La bicicleta será el transporte principal. Pasaremos de hablar de Covid a hablar del Cambio Climático.
Aprenderemos a usar el cerebro
Habrá menos Fake news. Ante tanta información se preferirán a los expertos. Se crearán plataformas para sobrellevar la angustia provocada por el aislamiento. Será imprescindible trabajar en equipo virtual. Continuarán las crisis de liderazgo. Educación, salud, energía, seguridad, política, clase media, estarán en el tablero. Habrá inversiones para hacer el bien con resultados sustanciosos.
Todo irá en dirección a lo natural y saludable. Con comida, experiencias, formas de interactuar y sistemas para producir el propio alimento, meditar y ejercitar. Ser más sano será el nuevo lujo. Lo suntuoso perderá valor y sentido. El reciclado crecerá frente al desperdicio. Crecerán las tecnologías que resuelven daños generados. Es un renacimiento. Replanteo de metas. Oportunidad para cambiar. Valores más reales. Conductas sin retorno: Acumular, consumir y vivir por lo material. Innovación, tecnología, lo natural y la creatividad construirán la nueva realidad. Hacer más de lo mismo es ir al fracaso. Estamos a tiempo de aprender a usar el cerebro o de morir con las botas puestas.
Ciudadanos del mundo global
La educación deberá preparar en los idiomas que se deben dominar. El primero es el lenguaje del cerebro, que es el mismo en todas partes, pero que pocos lo dominan. Cuando murió Einstein se investigó su cerebro. Pesaba lo mismo que cualquiera, no valía por su peso sino por cómo lo hacía funcionar. Esto marca la diferencia entre el hardware, el cerebro físico y la mente que es el software que lo opera. El segundo idioma es el tecnológico, sus códigos y programas se asemejan y son la base del teletrabajo. El tercer idioma es el inglés, que es el que hablan la ciencia y la tecnología. Es el idioma universal por excelencia para estar actualizado y ser competitivo a nivel internacional. El cuarto idioma es el neuromarketing, para vender lo que uno produce. Los cuatro idiomas se precisan en forma simultánea. Dominarlos es imprescindible para convertirse en ciudadano del mundo global.
Hacerse Prosumidor
Esto significa que una persona puede ganar dinero recomendando lo que consume. Las nuevas tecnologías permiten aumentar los ingresos dominando la tecnología del marketing digital. Ya existen programas de referidos o de afiliados, que asocian a sus clientes en la promoción de productos. ¿Cómo funciona? Basta con que recomienden los productos que consumen a su red de contactos (y la hagan crecer) para que reciban una comisión por cada una que se concrete en una venta. Además como el sistema funciona como multinivel también se obtienen ingresos por lo que recomiendan los recomendados. Amazón amasó una fortuna a fines del siglo pasado. De ser una empresa millonaria se hizo billonaria con su sistema de referidos. En este caso los clientes recomendaban los libros que compraban.
Crear comunidad
Las redes sociales son canales de marketing y depende de cada uno que se hable bien o mal allí. Para crear una comunidad hay que tener claro el objetivo. Conocer a la audiencia. Definir quién se quiere ser dentro de la comunidad. Crear un calendario de contenidos. Generar concursos o encuestas. Pero ante tanto ruido y tanta competencia, ¿cómo destacarse? ¿Cómo crear la sensación de comunidad? Hay 4 redes que ocupan el podio: Instagram, LinkedIn, Facebook y Twitter. Un hashtag es una serie de palabras precedidas de (#).
Sirve para crear una etiqueta sobre un tema concreto
Un usuario debe usarlas para encontrar personas que quieran formar parte de su comunidad. El capital social es la suma de las relaciones y es un índice de la mayor o menor aceptación de su propuesta. Como en la vida misma haciendo lo mismo, para bien o para mal, se obtienen los mismos resultados.
Microfranquicias
Extienden la “Responsabilidad social empresaria» (RSE). Allí las empresas líderes devuelven a la comunidad parte del beneficio que obtienen de ella. Este modelo es una gran opción, ya que es una escuela de negocios, para ganar dinero desde el primer día.
Se usa internet como canal de venta, atención al cliente, crear, ofrecer y entregar productos, sin tener que desarrollar ebooks, cursos, ni probar sistemas. Una muy exitosa y de costo cero es la microfranquicia educativa. Al inscribirse en los cursos o carreras que dicta la entidad se logra la franquicia sin abonar un fee de ingreso. Cada participante se puede convertir en un «Yo S.A».
Influencers
Las marcas les dedican u$s 6.500 millones. Los buscan entendiendo que la recomendación entre pares, (natural y fresca), podría conectarlas mejor con sus clientes.
En 2020, los influencers fueron vidrieras en tiempos duros para las tiendas presenciales, pero ahora desean generar negocios propios. ¿Por qué dar ingresos a otros si pueden obtenerlos para ellos mismos? Chiara Ferragni, (tiene 22 millones de seguidores) considera salir a la Bolsa. Es la primera vez que la autopromoción en la red construye una reputación financiera pública. Además de hacer contratos con firmas construyó un imperio que incluye calzado y accesorios, ropa, tiendas y clases online de belleza o emprendimiento. El contacto orgánico es una necesidad para las marcas, sobre todo con las nuevas generaciones, que rechazan los mensajes poco auténticos y prefieren elegir marcas con discursos honestos, transparentes y frescos.
La franquicia social
Aplica el concepto de franquicia comercial a la clonación de programas sociales exitosos. Este recurso lo ofrecen empresas de renombre, inclusive para crear empleo y negocios. Mediante proyectos se ofrece incrementar la capacidad de generar resultados, y compensa la falta de capital para instalar una franquicia, con el desarrollo de activos intangibles (conocimientos, actitud emprendedora, experiencia, capital intelectual y social). De ese modo las empresas optimizan su nivel intelectual y obtienen una franquici que les permite trabajar.
Entrenamiento cognitivo y espiritual
En los tiempos post pandemia la educación deberá cambiar para adaptarse a los cambios. Si resucitara un cirujano del siglo xix no podría entender lo que ocurre en el quirófano moderno, en cambio si se tratara de un maestro podría dar sus clases sin problemas. Las terapias cognitivas son la clave para el desarrollo personal y también para prevenir enfermedades mentales. No hubo casos de Alzheimer en ajedrecistas famosos.
Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza
El que da un sentido religioso a su vida cree que Dios lo dotó de su poder creador. Al animal lo hizo completo pero a él lo trajo a medio hacer, para que sea el creador de su propio destino. La inteligencia espiritual no es un monopolio de las religiones, es un patrimonio humano. Se ocupa del espíritu y la materia, de la trascendencia, de lo sagrado, de las conductas virtuosas, del perdón, la gratitud, la humildad y la compasión. Somos parte de un todo con el cual estamos en contacto. Así como un soldado aprende a usar el arma, los niños deben aprender a usar su cerebro. Descubrir su genio interior genera el empowerment o poder interior y dominar los mejores métodos es su software ganador. Educar es la industria pesada de un país que debe completar la tarea de Dios, ya que crea los ciudadanos del futuro. Para lograrlo hace falta un cambio de mentalidad en la educación. Educare proviene del latín y significa sacar de adentro el potencial que traemos al nacer.