Compartimos un check-list que te permitirá saber si realmente haces lo tuyo con excelencia desde la perspectiva de un óptimo desempeño, logros y entrega personal.
En el mundo existen básicamente dos tipos de personas: las comprometidas, y las que no lo están. Dentro de cada distinción, hay un sinfín de matices que marcan el nivel de involucramiento, responsabilidad y dedicación con tu ser y hacer en el mundo.
Mucha gente trabaja porque realmente lo necesita, sin que esto implique que les guste o apasione lo que hacen. Otras, aunque no les agrade la posición laboral, ponen empeño, se desafían y retan permanentemente para superarse. Muchas más, viven quejándose y hasta odiando su actividad, lo que se les devuelve en más negatividad.
Y también están las profundamente apasionadas, que aman su carrera, y que no la cambiarían por nada del mundo. La abrazan y vuelven a elegir cada día, por más que aparezcan dificultades y sienten un profundo sentido de realización personal y laboral al desempeñarla. Están consagradas a ello y frecuentemente por eso logran resultados extraordinarios.
Consagrarse en una profesión
Cuando escuchas la palabra “consagración” posiblemente la identifiques con dedicar tu vida única y exclusivamente a tu profesión.
Cabe aclarar que el trabajo representa una de las bases definidas por la psicología como pilar para el equilibrio de la persona. Por eso ocupa un lugar relevante en la vida y en el desarrollo desde varias perspectivas: sentido de realización, aprendizaje, relaciones con los demás y vínculos que enriquecen la inteligencia emocional.
Sin embargo, la realización no será completa en caso de que falte el balance con la vida personal, y es ahí cuando el sentido de vivir y el propósito cobran vida. Es decir que puedes estar consagrado a tu carrera, amar profundamente lo que haces y sentir que desde allí haces tu aporte de excelencia, mientras también sigues tu vida de familia, amigos, deportes, hobbies y cualquier otra actividad que te motive.
10 aspectos de las personas consagradas a su labor
Este breve check-list te permitirá saber si realmente lo estás haciendo de esta forma, desde la perspectiva de un óptimo desempeño, logros y entrega personal al servicio de lo que haces:
1 – Compromiso total
El compromiso es indelegable; significa “con promesa”, es decir que ratificas con tu voluntad, actos y palabras una dedicación sobresaliente con tu tarea.
2 – Entrega absoluta
Simplemente, amas lo que haces. Por esto, la dedicación de mente, cuerpo y alma está puesta al servicio de los logros que deseas alcanzar. Te cuidas primero a ti para luego cuidar de los demás, aún manteniendo un alto nivel de excelencia.
3 – Servicio a los demás
El foco de tu consagración profesional está puesto en el impacto, que es la forma concreta en que tu gestión llega a las demás personas.
4 – Dedicación completa
Este aspecto no trata sólo sobre el tiempo que dispongas para tu profesión, sino de la capacidad de mantener una atención intencionada en el proceso y el resultado a lograr; es así como no escatimas dedicar tiempo físico, mental y tu energía para hacer realidad los objetivos, mientras sorteas los obstáculos, aprendes y sigues adelante.
5 – Máxima responsabilidad
La responsabilidad, entendida como la “habilidad para responder” ante lo que sucede, se manifiesta en asumir con total coherencia interna el hacerte cargo de la parte que te corresponde.
6 – Excelencia permanente
No se trata de perfección ni de exigencia, sino de hacer permanentemente lo mejor que sabes con los recursos disponibles.
7 – Esfuerzo
Esta palabra es muy distinta a sacrificio, que indica una especie de castigo a cumplir. El esfuerzo es redoblar la disposición a poner en juego para alcanzar lo que hay que hacer.
8 – Mejora continua
Otra cualidad de quienes están consagrados a su profesión es la de mejorar continuamente. El aprendizaje, la flexibilidad cognitiva y la aceptación de los fracasos y desvíos como parte del camino, son parte de la madurez que tienes.
9 – Foco absoluto
Muchas veces confundido con concentración, el foco es más amplio. En el primer caso, concentras toda tu energía en una sola cosa y pierdes visión periférica. En el foco absoluto haces un primer plano de lo más relevante mientras mantienes una observación consciente de todo lo que sucede alrededor.
10 – Confianza plena
Para finalizar, la confianza es la llave que completa el círculo de consagración profesional. Confías en ti, en tus recursos internos; lo que no conoces, lo indagas y aprendes. Confías en quienes te rodean, creando marcos de entendimiento para lograr mejores resultados juntos. Y confías en el fluir de los acontecimientos, sabiendo que todo se manifiesta por algo, y que siempre hay una enseñanza para rescatar.
Y tú, ¿te has consagrado a tu profesión, o solamente trabajas?