Trabajar desde casa puede resultar atractivo en un inicio pero se corre el riesgo de la dispersión y la pérdida de foco y productividad.
¿Te encuentras desconectado de las reuniones de Zoom? ¿Lees el mismo correo electrónico tres veces y aún así no lees nada de lo que dice? ¿Pasas dos horas en una tarea que debería haberte llevado sólo una? Todas estas son señales de que estás perdiendo la concentración.
La buena noticia es que, con un poco de esfuerzo, puedes recuperar y mantener la concentración durante toda la jornada laboral. He aquí cómo:
Deja de concentrarte a medias
La falta de concentración es el mayor saboteador de todos, y es especialmente frecuente durante las reuniones de Zoom. Piensa en la frecuencia con la que te encuentras haciendo varias cosas a la vez y sin prestar toda la atención a la conversación que se está llevando a cabo en la reunión. Eso es estar medio concentrado, y tiene un impacto negativo en tu productividad debido a que no estás prestando toda tu atención a ninguna de las dos tareas.
Concéntrate en una tarea a la vez, por muy aburrida que sea. Si le dedicas toda tu atención, la terminarás y te quitarás de en medio más rápidamente. Si te cuesta mucho concentrarte, levántate y muévete durante unos minutos. Un cambio de escenario, aunque sólo sea de una habitación a otra de la casa, combinado con el movimiento ayuda a despejar la mente y a restablecer la concentración.
Sin embargo, hay algunas situaciones en las que es aceptable concentrarse a medias. Por ejemplo, una reunión que realmente debería haber sido un correo electrónico o una reunión de todo el departamento en la que no toda la información es pertinente para tu trabajo son dos momentos en los que está justificada la media concentración.
Gestiona las interrupciones
Cada interrupción rompe tu concentración, no importa lo breve que sea. Aunque es imposible eliminar todas las distracciones, mantenerlas al mínimo tiene un gran impacto en tu jornada laboral.
Para empezar, limita las notificaciones de tu teléfono, ya que es el mayor culpable de las distracciones. Apaga todo lo que no sea relevante para el trabajo y considera la posibilidad de silenciar todas las notificaciones durante un par de horas al día para tener un bloque de tiempo en el que estar totalmente concentrado. Comparte tu horario con tu pareja y tus hijos para que sepan cuándo estás trabajando y cuándo estás libre.
Experimenta con herramientas que te ayuden a mantener la concentración
Escucha música: los estudios han demostrado que la música ayuda a aumentar la concentración, e incluso hay listas de reproducción diseñadas para maximizar la concentración. Opta por música instrumental para no distraerte con la letra. Para obtener el máximo impacto, conecta los auriculares al computador en lugar de al teléfono, de modo que cuando quieras saltarte una pista no te sientas tentado de consultar también Instagram.
Prueba los auriculares con cancelación de ruido: bloquear las distracciones audibles que te rodean te ayuda a mantenerte en la zona de trabajo.
Prueba una extensión de enfoque para tu navegador para bloquear los sitios que no son relevantes para tu trabajo – Esto te permite establecer qué sitios web puedes y no puedes ver mientras estás trabajando, así que si intentas revisar Twitter y está en tu lista de bloqueados, todo lo que verás es una pantalla borrosa y un recordatorio para volver al trabajo.
Programa descansos
Cuanto más tiempo trabajes sin descanso, más difícil será concentrarte. Tu cerebro necesita tiempo para desconectar del trabajo periódicamente a lo largo del día. Sé diligente a la hora de programar y tomar descansos, ya que el mero hecho de ponerlos en tu agenda y trabajar constantemente durante ellos obviamente no tiene ningún beneficio. Cuando te encuentres con la necesidad de trabajar durante un descanso programado, asegúrate de tomar ese descanso una vez que hayas terminado la tarea.
Deja de trabajar tantas horas
Por desgracia, múltiples estudios han demostrado que ahora trabajamos más horas en casa que en la oficina. En la oficina, la jornada laboral tenía una hora de inicio y de finalización relativamente fija, por lo que a las 17:00 se intentaba terminar el trabajo del día para poder salir e ir a casa.
Ahora que la casa es la oficina, es más fácil que la jornada laboral se alargue tanto antes como después. Que puedas seguir trabajando no significa que debas hacerlo. La falta de una hora de finalización concreta puede tener un impacto negativo en la concentración. Sin un final claro de la jornada laboral, hay menos urgencia por ponerse a trabajar. Poner remedio a este problema es dar una hora fija para terminar el trabajo cada día y cumplirla.
Y lo que es más importante, no seas demasiado duro contigo mismo si tienes un día en el que, por mucho que lo intentes, no consigues centrarte. Programa algunos descansos más, trabaja todo lo que puedas y vuelve a intentarlo mañana.