Las ilusiones ópticas surgen cuando una imagen única presenta dos o más formar y el cerebro entra en conflicto para elegir una de ellas.
Los sentidos no son seguros, filtran la información que procesa y modifica en el cerebro, una cosa es la realidad y otra distinta es la percepción.
Creer que algo es verdad no significa que lo sea. El cerebro formula juicios para ahorrar tiempo y recursos. En general opera en piloto automático sin un reflejo exacto de la realidad. Analiza, sintetiza, convierte e interpreta la información que recibe de los sentidos para darles un sentido.
Cuando no obtiene una respuesta, decide reinterpretarlos con sus propias estadísticas para llegar a la conclusión. Todo se basa experiencias personales y mecanismos innatos, que crean en la memoria modelos, como imágenes en tres dimensiones, figuras geométricas o caras.
La pareidolia es la tendencia del cerebro a reconocer un sujeto definido dentro de una figura indefinida y está a la base del test psicológico de Rorschach, el de las famosas ‘manchas’.
Algunas ilusiones pueden ser explicadas desde el nivel físico, otras son causadas por fallas en el soporte neuronal, y luego hay ilusiones cuya causa que se radica en la interpretación.
La interpretación psicológica
Los objetos son parte de un todo mayor y no elementos aislados. La ilusión no es un pasatiempo. Es una herramienta que permiten acceder al complejo mecanismo que le da soporte.
Tener mucha imaginación
Es una actividad creadora que permite modificar el presente y proyectar el futuro ¿Es bueno o malo para la mente tener una febril imaginación? A veces es positivo pero otras provoca sufrimiento.
El cerebro conserva las experiencias y facilita su reiteración, pero si se limita a eso, es incapaz de adaptarse a los cambios ya que sólo dispone de memoria. Junto a la memoria, el cerebro posee otra función importante: la imaginación.
Sin imaginación no hay creación
La imaginación permite usar el conocimiento, vislumbrar opciones diferentes a las del presente para diseñar un futuro distinto. Pensar y proyectar el futuro es lo que distingue al ser humano del animal, quien ni siquiera sospecha que existe. Sólo se puede pensar el futuro con la imaginación.
Los grandes logros siempre fueron creados en la mente antes. Para crear y concretar cualquier proyecto se lo debe imaginar como posible.
Juicio sano
La imaginación es peligrosa si no la acompaña la razón para diferenciar lo racional de lo irracional y para que lo absurdo no sea visto como probable. La imaginación puede enriquecer una vida sana o también deteriorarla. Sin contrapesos, aporta falsas ilusiones o perspectivas erróneas o trágicas.
Si la razón se altera desajusta el mecanismo de la imaginación, crea películas de miedo, terror, pesimismo o de futuro sin salida. Cuando el miedo, la depresión, los celos o la desconfianza la alimentan, se puede generar un sufrimiento insoportable. Así es como la imaginación puede perder su cualidad de mecanismo para mejorar el futuro.
Somos influenciables por intereses de agentes sociales que pueden inducirnos el miedo al futuro con datos falsos, estadísticas distorsionadas, rumores sin confirmar o profecías paralizantes. Es un estrés por imaginación sobreestimulada. Y así el cerebro no diferencia la realidad de una fantasía inducida y reacciona mal, segregando sustancias y hormonas tóxicas que lo enferman.
El drama de carecer de ilusiones
Hay ilusiones esenciales para no decaer anímicamente y ser el motor que permita avanzar. Hay gente que no tiene ilusiones, objetivos ni esperanzas. Se aburre en el trabajo. Va porque debe ir. Tiene pareja, pero también se aburre con ella.
La palabra ilusión viene del latín (ilusionis) y significa engaño. Hay ilusiones que son deformaciones (por ejemplo, ver que la ruta está como mojada más adelante). Pero en el lenguaje popular se relaciona y vincula la ilusión con la expectativa de alcanzar determinadas metas que predisponen a un estado de ánimo optimista que impulsa a la motivación para actuar.
La condición es que la ilusión no esté lejos de la posibilidad real del individuo, ya que se debe equilibrar el deseo con la posibilidad de conseguirlo. Eso diferencia al iluso que tiene ilusiones, sin bases ni fundamentos
El iluso hace castillos en el aire, el optimista tiene los pies en la tierra y los ojos en el cielo. No se puede vivir sin ilusiones, pero deben tener un soporte en la realidad.
El hombre tiene ilusiones como el pájaro alas. Eso es lo que lo sostiene. Las ilusiones son esenciales para perseguir metas, aunque eso implique esfuerzos o no se logren de entrada.
La capacidad de ilusionarse es el motor para avanzar en la vida y alcanzar el bienestar.
Convivir con las ilusiones
En las etapas de la vida se sufre por carecer de ilusiones, y eso se traduce en falta de objetivos, por lo cual resulta muy pesado comenzar cada día. Se genera un círculo vicioso donde la falta de ilusiones impide visualizar metas y la falta de metas hace que no se tengan ilusiones.
Esto suele coexistir con expectativas fantasiosas pero no realistas que al no verse cumplidas hacen perder la ilusión por conseguir otra meta posible y accesible. Es común el sentimiento de desánimo, de indefensión (de que nada depende de uno), de sentirse perdido, vacío e insatisfecho, de no saber lo que se quiere, de mal humor, todos signos de un cuadro depresivo.
Las desilusiones no afectan un contenido particular del pensamiento, ni tampoco son simples conflictos entre lo que se piensa y se hace; son algo mucho más complejo que afectan a la totalidad de la visión del mundo y que no se corrige con la buena voluntad. Se necesita una conciencia crítica capaz de comprender el trastorno depresivo y que, como tal, debe ser tratado.
Nudos mentales
Son ideas que atascan y que impiden continuar. Por ejemplo, el Titanic no se puede hundir, ya no hay hombres, no sirvo para nada, etc. La solución es abrir el corazón, ante el miedo y realizar un diálogo socrático. Luego hay que ejercitar la imaginación.
La diferencia entre imaginación y creatividad es que la primera consiste en pensar cosas nuevas y formarse imágenes o sensaciones a partir de experiencias previas; pero no implica una acción en la realidad, mientras que la segunda, aunque nace de la primera no se limita a lo abstracto
La imaginación es la capacidad de crear una idea, una imagen mental o una sensación de algo. La visualización creativa crea una representación clara de algo que se desea que suceda.
Definición de imaginación
Del latín imaginatio, es la facultad de representar imágenes de cosas reales o ideales. Es un proceso que permite manipular la información desde el interior de uno mismo (sin estímulos externos) para desarrollar una representación mental.
La imaginación está muy relacionada con la creatividad, es decir, con la capacidad de elaborar algo nuevo, diferente, de encontrar solución a los problemas. Mejora la creatividad porque la imaginación es muy plástica
La imaginación es la acción creadora del cerebro siendo algo irreal (no se ajusta a la realidad y carece de valor práctico) y la forma de adaptación es la plasticidad. En la imaginación existen ciertos factores psicológicos como base de este fenómeno.
Diferencia entre imaginación y creatividad
Imaginar se refiere al acto de idear cosas, de formar nuevas imágenes y sensaciones en la mente que no se perciben a través de los sentidos. La imaginación es la capacidad de pensar en algo que no está sucediendo alrededor.
Tener imaginación es esencial ya que ayuda a hacer que el conocimiento se aplique a la solución de problemas lo que permite que se den soluciones innovadoras. También ayuda a integrar la experiencia con el proceso de aprendizaje, lo que significa ayudar a promover ideas.
Creatividad por otro lado, es la capacidad de crear algo. Esto podría ser cualquier cosa, como una idea, una broma, una obra literaria, pintura o composición musical, una solución, un invento, etc. La creatividad permite inspirarse en lo que nos rodea y luego para crear algo.
La principal diferencia entre imaginación y creatividad es que la imaginación es el acto de pensar cosas que no existen y creatividad es el acto de usar la imaginación para luego crear algo.
Las ilusiones ópticas llevan siglos fascinando al mundo del arte y la ciencia, porque se mueven en la frontera entre lo consciente y lo inconsciente, entre la realidad y la imaginación. Son sensaciones visuales que generan, en cierta circunstancia, falsas interpretaciones de la realidad.
Las ilusiones no son engaños, sino formas de protegernos de lo desconocido, una respuesta, la más lógica posible, para intentar dar equilibrio al desorden.
Para algunos, las ilusiones son falaces espejismos, como las aguas de los manantiales que engañan al sediento en el desierto. O los cantos de sirena que tientan al astuto Ulises en la Odisea.
«Quien vive de ilusiones, muere de desengaño». Es una sentencia recurrente, con sabor a frustración, que intenta ubicarnos en medio de una realidad sólo válida para las ciencias exactas, sin tener en cuenta que muchas veces, en la vida, la ilusión, la imaginación, el deseo y la esperanza cuentan más.
Porque la vida es un sueño
El caminante del desierto es víctima de una ilusión óptica con apariencia de realidad. Pero la realidad también le abre paso a la ilusión, a las esperanzas positivas, a sueños realizables: son las ilusiones del corazón. Pero éstas también pueden ser frustrantes cuando no se convierten en anhelos, y se ponen a merced de la suerte o el destino, se desconfía del trabajo y de la inteligencia, o se le teme a los retos de la vida. Sin embargo, cuando una ilusión trueca en sueño y se le dedica tiempo y esfuerzo, no tiene por qué terminar en desencanto, todo lo contrario.
Tener la ilusión de conocer China alguna vez en la vida. No faltarán quienes no estimulen. Tampoco faltaran los matadores de ilusiones, con juicios realistas, pero permeados de negativismo. Se empeñarán en demostrar la lejanía, el excesivo precio de los pasajes, lo tedioso de las horas de vuelo, la dura crisis económica, con el propósito de evitarte, un desengaño
Los que se ilusionan, sueñan y luchan, y no temen a los retos, tienen más posibilidades de lograr lo que sueñan Hay que ilusionarse, imaginar y motivarse, para después hacerlo. Si fracasamos, la desilusión se compensará con la satisfacción del esfuerzo, de que hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance. La tranquilidad espiritual, a pesar de la momentánea frustración, se encargara de alentar nuevas ilusiones.
Agotadas las ilusiones, más que vivir, sobrevivimos, y la existencia se torna tan difícil como, «tratar de componer una rosa deshojada».
El aprendizaje por imitación
En Occidente la imitación está mal vista, pero es la base de la cultura. Decir “no imites, debes ser original”, es un error. Hay que imitar para luego ser original. Toda forma de aprendizaje nace de imitar un saber preexistente. Reproducir mecánicamente los rasgos exteriores de lo copiado no permite acceder a su lógica, comprender su origen y escoger los rasgos que hay que copiar, pues se desconoce al modelo y al sentido de copiarlo.
Es como el alumno que se copia de su compañero, ignorando que su ejercicio no es igual.
Desde lo gestual hasta el protocolo del ceremonial, el aprendizaje se produce imitando. Luego se puede innovar pero conservando su estructura. Abandonado el original, el sentido se evapora. Incluso las transgresiones más radicales se comprenden a partir del código transgredido. Proponerse la ruptura es la ingenuidad de pretender hablar un idioma que no existe.
Los nuevos lenguajes
Pues la cultura constituye un obstáculo para el modelo socio-económico basado en el consumo, auténtico sustituto de la cultura. Los movimientos de ruptura fomentan la deculturación
Herederos del culto a la innovación, se apoyan en el talento innato y en la transgresión como fuente de las nuevas formas significativas. Adscriben al mito del genio creador, cuya obra es producto de la inspiración
Desdeñan el aprendizaje como fruto de comprender y dominar el oficio, expresado en el quehacer de los maestros. Ignoran que hay que sumarse a una tradición y darle continuidad mediante una recreación que no será mera copia sino una interpretación creativa al servicio del presente. El conocimiento del acervo es un saber clave para producir la novedad y para escoger es fundamental tener la capacidad de interpretación del programa
Teoría de las inteligencias múltiples
El cerebro tiene dos fuerzas una conservadora de preservación y otra innovadora para mejorar. La rutina bloquea la inteligencia.
Al perder las ilusiones el cerebro destruye la energía que produce el empowerment o poder interior, derivado de la vocación.
El que tiene un porque, una ilusión, puede superar cualquier cómo. Para evitar el bloqueo de la ilusión y lograr que la energía circule hay que activar la inteligencia emocional trabajando en algo asociado a la vocación. La imaginación crece con el entrenamiento del hemisferio derecho.
El pensamiento estratégico se sostiene con un plan para concretar las ideas. Para lograrlo hace falta una metodología intelectual. Los métodos son la mayor riqueza del hombre. Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza y lo dotó de un poder creador. El creador cuando es innovador es el mejor imitador de Dios en la tierra. De ilusiones también se vive, para lograrlo y ser feliz la clave es aprender a usar el cerebro.
todo bien asta que se apoyo en un ser imaginario para concretar una idea.
si dios no existe ¿tiene el mismo valor aceveracion?