Un cambio fundamental en la investigación hizo que en las últimas décadas se aprendiera del cerebro más de los que se había aprendido en todos los siglos anteriores.
Hay avances de las neurociencias que permiten saber, a través de imágenes cerebrales, lo que ocurre en el cerebro mientras piensa, crea o usa la memoria. Sin embargo esos avances no han bajado a la educación sino que son herramientas a mano de los médicos en sus consultorios.
El aula de la escuela debería ser el lugar donde ese saber sirva para mejorar el rendimiento de los niños. El niño es el padre del hombre que será pero no se le enseña a optimizar el funcionamiento de su cerebro que será fundamental en su vida. Por lo tanto se lo deja actuar en piloto automático y por ende a resolver problemas usando la fuerza bruta.
Así es como dijo Sarmiento: “la letra con sangre entra”. Al contrario Nietzche afirmó el valor de la metodología cuando afirmó que “los métodos son la mayor riqueza del hombre”. Así como a un soldado se le enseña a manejar el arma el niño debe aprender a utilizar su principal herramienta.
El cerebro es el órgano más importante del ser humano ya que le permite imaginar, pensar y emocionarse. Un cambio fundamental en la investigación hizo que en las últimas décadas se aprendiera del cerebro más de los que se había aprendido en todos los siglos anteriores.
Tiene que ver con la comunicación creciente de las neurociencias con otras disciplinas.
En Derecho, por ejemplo, se estudió cómo funciona la memoria de los testigos o cómo deciden los jueces. La vida cotidiana es atravesada por el funcionamiento del cerebro.
La crianza condiciona el desarrollo cerebral
Resiliencia es la aptitud de sortear obstáculos y salir fortalecido con ello. Sin ese recurso, no se adquiere el capital intelectual para enfrentarlos. Son llamados «helicóptero» los padres que allanan el camino, les despejan los obstáculos y les dan todo servido y por ende no los preparan para enfrentar desafíos. Otros padres son los «andamio» que están atentos a sus necesidades, ven hasta dónde pueden llegar, les exigen un poco más y se retiran pero sabiendo que la estructura está creada y que no se van a caer. Este estilo es más recomendable para crear resiliencia, capital mental y el desarrollo intelectual.
Las nuevas tecnologías impactan en el cerebro
Son tecnologías que forman parte de la vida de los chicos. Si los dejamos afuera los dejamos afuera del mundo. En la primera infancia no están recomendadas las pantallas porque estimulan lo visual y lo auditivo, pero no lo sensorial que es lo primero a desarrollar. A partir de los 2 años el acceso tiene que estar condicionado. Y a los más grandes hay que transmitirles el uso crítico de la tecnología. Muchos creen que lo que ven en internet es la única verdad. Pero la tecnología, si es bien usada, potencia su desarrollo.
La primera tecnología creada por el hombre fue la lectura
El tallado del alfabeto en el cerebro le permitió a la criatura humana comunicarse como ninguna especie pudo imitar y ser el conductor del planeta. No es ni el animal más rápido, ni el más fuerte, pero logra más velocidad y sortear distancias que los animales. Hoy podemos llegar al lugar que queremos sin errar una sola calle gracias al Waze. El ser humano posee una palanca tecnológica que lo potencia.
La demencia digital
Es un concepto controversial ya que al mismo tiempo que se pierden capacidades se ganan otras. En el cerebro sobra el espacio, por lo tanto todo aquello que no se use para una función va a terminar siendo utilizado para otras actividades. Si algo está desapareciendo es porque no está siendo útil para el día a día.
El mito de Funes el memorioso
No tiene sentido el concepto del cerebro como guardador de datos. Lo que vale es saber dónde y cómo buscar esa información. El cerebro no se atrofia por no acordarse un número de teléfono. En «Funes el memorioso», Borges describe a un ser atormentado porque recuerda todo sin poderlo elaborar. Al hombre común le pasa lo contrario: la curva del olvido registra al huracán que pasa cada 8 horas borrando información. Funes se suicida, no soporta el peso abrumador del recuerdo. Borges plantea la importancia del olvido y la memoria, porque compiten o se complementan en un territorio común. El olvido es muy importante porque sin él todos terminaríamos igual que Funes. Lo importante es aprender a seleccionar lo importante para recordarlo. Para eso hay que dominar la ley de Pareto 80/20 según la cual el 20% de los factores de cualquier problema generan el 80% de los resultados.
Los sesgos peligrosos del cerebro
El exceso de autoconfianza, hace que el 90% de los humanos crean que son mejores de lo que son, es el sesgo más estudiado de la economía del comportamiento. Le pisa la «aversión a la pérdida», por la cual las derrotas o fracasos duelen más de lo que disfrutan un resultado exitoso. También hay que cuestionar la racionalidad de la inteligencia colectiva que llevó a Inglaterra al Brexit -la separación con la Unión Europea- o cuando «los envases de detergente deben tener un cartel gigante que dice ‘¡Peligro! No tomar'».
El mito de que se usa solo el 10%.
El mito popular afirma que usamos el 10% de nuestra capacidad. El cerebro es el órgano que consume más energía, y no tendría sentido mantener un 90% bloqueado para usarlo en el futuro. Si fuera así la evolución la habría hecho desaparecer.
El cerebro representa el 3% del peso del cuerpo y utiliza el 20% de la energía. Lo que no se advierte es la actividad inconsciente invisible, pero es la que gobierna casi todos nuestros actos.
Es posible que el mito surja del deseo de querer dominar esos procesos que no podemos controlar y que poseen un increíble poder y versatilidad. La consciencia empequeñece ante la gran cantidad de tareas que realizamos en piloto automático. Tener todas las áreas activadas sería poco práctico y tendría consecuencias desastrosas para la salud física y mental.
De todas las células del cerebro, sólo el 10% son neuronas; el otro 90% son células gliales, que las encapsulan, les brindan apoyo, y que tienen que ver con la comunicación neuronal.
Einstein tenía un cerebro parecido al de cualquiera, la diferencia estaba en el software con el que lo hacía funcionar. Siempre asombró el poder del cerebro de los genios. Einstein donó el suyo a la ciencia. La sorpresa fu advertir que el hardware – el formato físico y su peso- era parecido a cualquier otro. La diferencia estaba en el software -en cómo lo hacía funcionar-.
Cierta vez dijo: «Las palabras, como se dicen y se escriben, no tienen un papel en mi pensamiento. Las entidades físicas son ciertos signos e imágenes, que puedo reproducir y combinar a voluntad». Einstein se potenciaba conectando sus hemisferios cerebrales.
Lo que no se pudo determinar es si el mayor cableado comparativo de su cuerpo calloso, el que conecta los hemisferios, era consecuencia del método que usaba o de una característica genética.
Reformatear el cerebro
El cerebro se modela con lo que se hace. La Universidad de Londres comprobó que los taxistas mejoraban cada año el hipocampo, la región que regula la memoria espacial. Se concluyó que la actividad crea neuronas. Si queremos ser sabios al llegar a la vejez debemos reformatearnos. Usamos más el hemisferio izquierdo que automatiza las respuestas, a lo que llamamos experiencia. El que aprende lo nuevo es el derecho y lo delega en el izquierdo que adquiere la capacidad de reconocer. Al dejar de investigar se detiene la marcha.
Como dijo Platón «La virtud, como el arte, se consagra a lo que es difícil de hacer, y cuanto más dura es la tarea, más brillante es el éxito”. La edad no es una traba pero la conquista es diaria. Desarrollo no es lo que tenemos sino lo que hacemos con eso que tenemos.
Neuroplasticidad
Es la capacidad del cerebro para adaptarse a los cambios, modificando las rutas neuronales. Esto genera cambios en los circuitos. Todo lo que nos hace humanos: recuerdos, deseos, valores y conocimientos, están tallados en una telaraña de 100.000 millones de neuronas donde cada una puede conectarse con otras 10.000. Una neurona conversa con otra por puntos de unión llamados sinapsis, donde un axón de una toma contacto con una dendrita de otra. Los impulsos eléctricos que circulan permiten que la información se transmita.
El mito del 10% también se asocia con Einstein, quien lo usó para explicar su altísimo intelecto cósmico. No olvidemos que Einstein no era experto en materia cerebral. No es que usemos el 10% de nuestro cerebro, ocurre que sólo entendemos un 10% de su funcionamiento.
El qué y el cómo
El día tiene 24 horas y la cantidad de información crece exponencialmente. Como ese crecimiento no se puede evitar, la solución es cambiar uno mismo. Existen métodos para mejorar como el de leer 3 a 10 veces más rápido y comprender mejor.
Al preguntarle a cualquier persona si sabe a qué velocidad lee pone cara de asombro. Y al interrogarlo sobre cómo funciona su cerebro probablemente dice que no. Llegamos al nacer con una herramienta para hacer de nuestra vida una aventura maravillosa. No saber usar el cerebro es como si nos regalaran la mejor computadora. Sin saber manejarla la usaríamos como máquina de escribir. La educación pone el énfasis en qué estudiar y no en enseñar el cómo.
Las neurociencias no bajan a la educación
Desde la década del cerebro (1990-2000), a través de neuroimágenes, los científicos observan al cerebro cuando piensa y experimentan con ilusiones ópticas y percepciones subliminales que no llegan a la conciencia. En abril de 2013, Obama, presidente de EEUU, anunció el plan BRAIN: “podemos identificar galaxias que están a años luz, estudiar partículas más pequeñas que un átomo, pero no hemos desentrañado el misterio de ese kilo y medio de materia situada entre las orejas”.
Todo cambió al poder realizar experimentos precisos. Los tests derriban mitos como el multitasking. Nadie pueda hacer varias tareas a la vez: sólo una; las otras quedan en espera. Para lograr el acceso consciente no basta con prestar atención a algo: hay que ingresarlo, retenerlo y hacerlo comunicable.
Si resucitara un neurocirujano del siglo pasado se sentiría perdido en el quirófano moderno. En cambio, un maestro estaría muy cómodo en el aula.
Lo que no se mide no se puede mejorar
La implementación de técnicas de estudio innovadoras en Perú produjo resultados positivos en el aprendizaje, según ratifica Gaveglio Aparicio y Asociados, miembro en el Perú de PricewaterhouseCooper. Los estudiantes de UPN (Universidad Privada del Norte) que aprobaron el curso mejoraron en 281% su nivel de comprensión y rapidez de lectura con el sistema (ILVEM). El método evalúa el proceso intelectual mediante una dinámica que analiza la recepción de la información, memorización, expresión y aplicación, es decir, el uso inteligente y creativo de los conocimientos adquiridos.
Según Ariadna Hernández, Directora de Modelo Educativo, los estudiantes llevan este curso a partir del 2016 de manera obligatoria, como parte de la malla académica de los primeros ciclos. Dijo “que no es una novedad que el Perú es uno de los países con el menor índice de comprensión lectora en la región y en el mundo, lo que queremos conseguir a través de la implementación de esta metodología es darles una herramienta potente, desde el inicio, para que puedan desarrollar mejor su vida académica. Este programa forma parte de nuestro Sistema Integral de Acompañamiento al Estudiante que tiene como objetivo brindar soporte académico y orientación constante a los jóvenes, desde su ingreso y durante toda su vida universitaria”
El sistema ILVEM refuerza y sintetiza los aspectos claves de la mecánica de lectura. La técnica convencional obliga al cerebro a coordinar excesivas pausas, leyendo de la misma manera de cómo se escucha. La técnica demuestra que no sólo se lee con los ojos, sino que el cerebro es el que dirige el proceso. Implica crear hipótesis previas de lo que vendrá en las siguientes líneas. De esta manera se permite desarrollar competencias intelectuales como percepción visual, pensamiento global y estratégico, expresión de ideas, ampliación del vocabulario y adaptabilidad a cualquier ámbito de estudio, competencias también importantes para la vida laboral. Los estudiantes potencializan su lectura mental directa, visualización global de frases e integración cerebral. Adquieren mayor concentración y una lectura más rápida y comprensiva.
Según Estadística de Calidad Educativa (Escale) del Ministerio de Educación, sólo 3 de cada 10 jóvenes, es decir un 16% de la población del Perú, acceden a educación superior y quienes tienen menos probabilidad de instrucción profesional son los estudiantes de áreas rurales y escuelas públicas. “Gracias a esta iniciativa, estamos trabajando por mejorar, brindando la posibilidad a más personas de acceder a un sistema de calidad”, finalizó Ariadna Hernandez.
La Universidad Privada del Norte, tomó con seriedad implementar mediante un convenio con el Instituto ILVEM el entregar a todos sus alumnos en forma paulatina la Metodología, logrando un progresivo y solido avance. Se pueden observar en el gráfico adjunto los avances claros en este proyecto hoy hecho realidad. Etapa inicial se puede graficar con resultados positivos:
Año 2013 119 alumnos – 45% aprobados – 276% – aumentando V y C*
Año 2014 2033 alumnos – 85% aprobados – 280% – aumentando V y C*
Año 2015 2175 alumnos – 80% aprobados – 285% – aumentando V y C*
Año 2016 5796 alumnos – 89% aprobados – 289% – aumentando V y C*
Año 2017 8408 alumnos – 82% aprobados – 290% – aumentando V y C*
V y C* – velocidad y comprensión
Cabe destacar que desde el año 2014 los alumnos llevaban el curso en forma electiva, siendo que por el éxito obtenido a partir del año 2016 lo cursan de forma obligatoria dentro de la malla curricular a través del curso de Comunicación 3, siendo la UPN, la única universidad en implementar este curso en el Perú, diferenciando a las demás universidades.
Ratifica la implementación de estas técnicas, el miembro en el Perú de la consultora Pricewaterhouse, Gaveglio Aparicio & Asociados.