Existen 5 preguntas clave que debes formularte para pronosticar chances de tener un 90% de éxito en tu negocio. Te contamos cuáles son.
“Espero que me vaya bien en este emprendimiento”; “He puesto tanto que merezco el éxito”, “Si no me va bien estoy fundido”, son expresiones comunes en quienes ponen en marcha un nuevo negocio. La duda acerca del suceso del proyecto se instala balanceando el entusiasmo y la motivación intrínseca del hacedor.
Más allá de todo lo que hagas, digas y pienses, existen 5 preguntas clave para pronosticar chances de tener un 90% de éxito en tu negocio. Como todo método, no es infalible, aunque te puede dar una buena pauta de desarrollo conceptual para mejorar aspectos, volver a pensar los detalles y enfocarte en marcar la diferencia.
Las 5 preguntas que debes formularte
Comienza siempre por hacer tu plan de negocios. Emprender implica un riesgo, y, dependiendo de la escala en la que te muevas, es necesario acotar los desvíos. Consigue un equipo profesional que te oriente desde el inicio, más allá de que quieras ponerte a fabricar bisutería en tu casa o montar una industria a nivel global.
Paralelamente, estos cinco cuestionamientos traerán muchas pautas de acción que permitirán conducirte con mayor precisión a la chance de tener un alto porcentaje de éxito.
Pregunta N° 1: ¿Lo que propongo es único en el mercado?
Si dudas o empiezas con respuestas del estilo “Bueno, hay algo parecido, pero no exactamente así…” vas mal. Necesitas ser totalmente innovador; si no, no lo hagas. La gente se cansa de quienes copian o repiten fórmulas. Necesitas indagar profundamente y durante mucho tiempo acerca de tu producto, las cosas parecidas o relacionadas. Debes dejar de ser lineal y pensar en la misma escala que tu empresa, ya que cada vez más la competencia puede ser indirecta. Necesitas diferenciarte sustancialmente; si no lo haces, no prosperarás. Un ejemplo sería: si quieres poner una cervecería artesanal, no analices solo tu segmento directo, sino todos los lugares que expenden cervezas incluyendo las industrializadas; sus costos, marketing, comunicación, atención al cliente, horarios, precios, márgenes de rentabilidad. Recuerda: No te muevas por modas; crea tu propio modelo de negocio de éxito.
Pregunta N° 2: ¿Esto me apasiona tanto, que podría darle un sentido de completa felicidad a mi vida laboral?
Las empresas fracasan por dos motivos: mala gestión e implementación, incluyendo desatender la administración y finanzas, y por falta de pasión en el creador o equipo impulsor del proyecto. Sé consciente: no eches la culpa al mercado, a la economía, a la gente, a la competencia: el problema es tu falta de habilidad para crear un éxito, puesto que hay miles de triunfadores en los contextos más adversos. Es fundamental preguntarte por qué y para qué quieres llevar adelante la idea; qué te mueve; cuál es tu propósito proyectado a 5, 10, 15 y 20 años por lo menos. Si lo único que te mueve es generar dinero, está muy bien si lo planteas como un negocio de rápido retorno a corto plazo -si se dan las cosas como las tienes planeadas-. Si quisieras perdurar, se necesita algo más.
Pregunta N° 3: ¿Cuál es el nivel de experiencia que transmitiremos a nuestros clientes?
No hay distinción entre vender cactus en el garaje de tu casa o montar una línea industrial de productos a gran escala: es lo mismo en esencia. Las grandes empresas, como Intel, Apple o Disney empezaron de esta forma. La clave es que te centres en la experiencia del cliente, y cómo harás para satisfacerla de todas las formas posibles.
Pregunta N° 4: ¿Los que me acompañan, son los absolutamente idóneos, incluso mejor que yo, para hacer este negocio?
En su muy recomendable obra “El libro negro del emprendedor” de Fernando Trias de Bes, formula variables para saber a quiénes debes sumar, y a quienes no. Por ejemplo, ¿Para qué quieres tener un socio? ¿Trabajarás con familiares o amigos? ¿Qué aporte de valor real hará cada persona del equipo? ¿Comparten mi filosofía de vida, más allá de la idea de negocio? Si alguna de estas preguntas no tiene una respuesta clara es hora de que te replantees profundamente tus decisiones, para achicar la brecha hacia el fracaso, y aumentar las probabilidades de éxito.
Pregunta N° 5: ¿Cuánto tiempo de mi vida, medido en horas, días, semanas, meses y años, le voy a dedicar de forma casi completa al negocio?
Si no estás dispuesto a dejar horas de sueño, tu pellejo, tu nombre y reputación en el proyecto, no lo hagas. Sobre todo, en los cinco primeros años la curva es muy pronunciada en cualquier tipo de emprendimiento. Te defraudarás a ti mismo abandonando muy pronto, porque, debo decírtelo: las cosas se pondrán por momentos muy complicadas. Todas las grandes historias de éxito pasaron por esto, y tu no serás la excepción. Necesitas reforzar tu enfoque, determinación y apertura mental permanente para desafiarte en tu flexibilidad, y avanzar cada día un poco más.