Verdad o consecuencia es un tradicional juego infantil donde se debe decir la verdad, sea lo que sea, o atenerse a las consecuencias. Quién no responde la verdad o se niega, lo paga con una prenda. Es un juego que exige responder con sinceridad una pregunta muy personal, o cumplir un desafío estipulado. No existen reglas fijas, se pueden cambiar las condiciones. Si el participante se niega a responder una pregunta o a cumplir un reto recibirá un castigo por parte del grupo. El juego consiste en que un jugador desafía a su oponente (otro jugador) a elegir entre una verdad o una pena. Si se elige el camino de la verdad se le hará una pregunta cualquiera y tendrá que responder con plena sinceridad o aceptar las consecuencias.
Abracadabra. La magia es un arte que un manipulador usa para alterar las leyes naturales y hacer sentir que suceden cosas inexplicables que la razón no entiende. La habilidad del mago es distraer para que no se advierta el truco, confundir para que no se vea lo que ocurre. En el arte la lógica de la magia es reconocida. Pero no se debe aplicar a los actos de la vida. No reinventar el pasado con fábulas, ni aplicar la prestidigitación al presente para crear sentimientos irreales. No distorsionar la percepción de un fracaso ni revertirlo con un discurso asombroso.
Un embaucador puede vender las joyas de la abuela, ocultarlo o presentarlo como el triunfo de su estrategia. Quien no advierta la maniobra, verá la cara mentirosa de la moneda sin darse cuenta de la verdad. La realidad es que con lo que se gasta de más se está rifando el capital.
Sin galeras, pañuelos o polvos mágicos, crea ilusiones con palabras e imágenes. Afirma falacias con contundencia y el distraído duda. Manipula los hechos con la misma facilidad con la que el prestidigitador mezcla y reconstruye el orden de las barajas. El manipulador monta el coro de los que aplauden su arte de presentar la realidad que le conviene. Así repiten las «bondades del modelo» como dogmas propios del más fiel de los devotos.
Mientras eso ocurre, como los magos, consuma hechos que pasan inadvertidos. El riesgo de descubrirlo suele pagarse caro. Uno puede acabar confinado, asociado con buitres y perversas corporaciones, solo por derrumbar la fantasía a que conducen sus palabras mágicas.
No es la realidad lo que le importa, sino la realidad que muestra. No son los hechos los que conforman la realidad, sino las palabras que moldean las conciencias. Pero la política es el arte de administrar la realidad para sostenerla o para reformarla. Lo que nadie puede hacer es ignorarla o distorsionarla con palabras, porque los hechos se resisten sin piedad. Y cuando aparecen las consecuencias, ningún abracadabra podrá frenarlas.
Verdades líquidas. Los extremistas construyen relatos sin datos objetivos. Los que lo advierten dicen: «la única verdad es la realidad», y les responden: «La única verdad es mi realidad». La verdad líquida se adapta a sus necesidades. La razón crítica se refiere a la realidad objetiva.
Ni el realismo ni el idealismo niegan una realidad objetiva y externa al hombre. El realismo filosófico la asume como dada. Yo soy yo y mis circunstancias decía Ortega y Gasset. El idealismo la deduce a partir de la razón (el yo pensante). El racionalista cartesiano sostiene que nada existe fuera de la razón y el empirista lo refuta afirmando que nada existe fuera de los sentidos. Kant concilió posiciones al decir que los sentidos proveen la materia prima y la razón el filtro que tamiza la percepción primaria. El lente con el que se mira puede evitar que se torne antojadiza la realidad. Hay métodos, estándares e instrumentos, para observar, conocer y describir objetivamente. Lo que no se mide no se puede mejorar.
El cisne negro. El racionalismo clásico buscó certezas y fundamentos a través de las leyes científicas. El racionalismo crítico propuso que sólo podemos acercarnos a la verdad, ya que «Todos los cisnes eran blancos, hasta que apareció un cisne negro en Australia”. Progresamos por ensayo y error. El cisne negro es un ejemplo de cómo un hecho fortuito de gran repercusión y de probabilidad remota, genera el efecto sorpresa.
La «verificabilidad» de los datos que da la realidad para establecer la verdad y la consecuente ley científica, se reemplazó por la «falsabilidad»: un enunciado científico debe presentarse de modo tal que pueda ser refutado; como una conjetura aceptada hasta que la enfrente una nueva evidencia.
Una teoría científica es verdadera si se corresponde con los hechos, el modelo debe adecuarse a la realidad y no la realidad al modelo. Buscar la verdad es la tarea filosófica y científica por excelencia. En la modernidad líquida, la deconstrucción posmoderna de los dogmas barrió con la objetividad. No hay mucho más que palabras, verdades subjetivas y una realidad manipulable. Quien domina el relato impone la realidad.
El mundo es una construcción humana. Hay historias inventadas para explicarlo. El mundo no es objetivo, es contingente, no hay verdades objetivas, sino puntos de vista, opciones. Es un mundo creado por el lenguaje, unido por metáforas y significados consensuados y compartidos, que mutan con el tiempo. La realidad no es una herencia, sino algo que creamos al comunicarla. La ciencia es una colección de textos cuya autoridad reside en su capacidad para convencer de su validez. En un mundo de verdades líquidas, las historias son tan importantes como los hechos.
En la cultura de las verdades «líquidas», los medios de comunicación y la prensa militante son instrumentos de importancia excluyentes en la construcción de la realidad. Los totalitarismos modernos necesitaban el control de los medios para tallar a fuego sus verdades y eliminar la razón crítica. Los autoritarismos posmodernos necesitan el control para dominar el relato y «matar» a los mensajeros de las malas noticias.
El primer problema es la incapacidad de rectificación. La frase «la única verdad es la realidad», se usa como un relato alternativo para construir la realidad y negar la evidencia. El mundo de las verdades líquidas se opone a las políticas de largo plazo. La construcción de la realidad y el monopolio de un relato dominante con ajustes tácticos no admite transacciones. Pero los acuerdos genuinos parten de que existe una realidad objetiva, con desafíos que exigen transar entre las urgencias del presente y la creación del futuro. Se trata de cambiar la realidad, no de negarla.
La verdad líquida es compatible con las verdades axiomáticas de la razón instrumental. La razón crítica las desenmascara como mentiras. La razón crítica también ataca a la razón autoritaria, porque deja al desnudo sus sueños totalitarios y los medios para alcanzar sus fines. No es casual la confluencia de los extremismos, huyen de la razón crítica y se refugian en dl tenedor libre de la construcción de la realidad a partir del relato.
El desafío es restablecer contacto con la realidad objetiva, reconstruir los controles vinculados a ella, con una plataforma que premie la decencia y castigue la corrupción. A partir de la evidencia y el diagnóstico, habrá que acordar consensos básicos para transformar la realidad.
La imagen publicitaria. Las imágenes y las palabras asociadas con ella no funcionan en la mente del público por sí solas. Son parte del anuncio que influye sobre las personas para conseguir los objetivos. Son tres tipos de mensajes que contienen: el lingüístico, el denotativo y el connotativo. Una campaña publicitaria puede instalar una ideología. El mito distorsiona la realidad para conseguir un efecto ideológico que deforma los valores al contenerlos y logra que la realidad sea concebida como una verdad que funcione para la manipulación. El emisor de imágenes trata de establecer su punto de vista, su mirada del mundo y que esta domine sobre las otras, por eso cada elemento de la imagen está bien pensado y definido.
Hay gobiernos que utilizan el arte para la propaganda y para establecer como lo normal y adecuado su forma de gobernar al mundo.
No hay neutralidad en la imagen que se presenta como mito. Su mensaje denotativo y connotativo, que se utiliza para la publicidad y el arte, lo usan para la manipulación de la gente, por eso es sumamente importante tener en cuenta la cuestión ética.
Hay un contrato de lectura en los titulares y en las imágenes de prensa. No se centra en el contenido, sino en la relación que se establece. Tanto los lectores como los soportes son como dos realidades separadas; y no se puede negar la relación entre ambos. Un auténtico contrato de lectura se articula correctamente cuando se comprende la interrelación, no se analiza sólo por el texto ni tampoco por el tipo de lector que aborda el texto. El estudio implica la construcción de un soporte de prensa, que construye el nexo con el lector: coberturas, relaciones texto/imagen, etc.
La fotografía de prensa es de por sí un mensaje y con el texto forman parte de un todo. Las imágenes fotográficas son lugares privilegiados del contrato de lectura, donde el enunciador teje el nexo con su lector y al destinatario se le propone una cierta mirada sobre el mundo.
La ignorancia no es la ausencia del conocimiento sino rehusarse a adquirirlo, como si uno fuera una obra terminada y aprender una amenaza. Ser alumno es la disposición a reconocer lo que falta y a sentir el deseo de tenerlo. Sin humildad no existirían los alumnos. La vida se construye con la luz de los que nos alumbran. Nadie está del todo hecho, el niño al nacer es una página en blanco a completar.
Leer para Borges es hacerse persona. Leyendo textos con humor y juegos de palabras. Es una construcción llena de quiebres, como El señor Lanari en “Los imposibles” de Ema Wolf. Hecho de lana que se desteje su abuela lo vuelve a tejer. Al romper moldes, la lectura teje y desteje.
La excepción hace la regla ¿O la destruye? La ley es una hipótesis, rige hasta que se la descalifica. Cuando el fin o la regla son puntos terminales, no se aceptan argumentos. Para evitar que un error se convierta en hábito hay que cotejarlo con la realidad. Si la norma se defiende a cualquier precio, se esconde el error barriendo la basura debajo de la alfombra. Lo coherente es cuestionar las pautas rígidas y mejorarlas como textos abiertos. Someterse a la secuencia, impone que si sucede A, B será obligatorio. Así el pensamiento se ciega y no pude ser libre.
No es más que una película. París, 1895. Se presenta la foto en movimiento. Un tren avanza hacia la cámara, lo registra como real, grita de terror y se mete debajo del asiento. No advierte que ve una ilusión, la imagen es su realidad. El sentido de realismo atrapa en el cine y se respondes con los mismos circuitos neurológicos que en la vida misma. La película es un títere neural y da órdenes que se contagian de cerebro a cerebro. Algo es real por sus consecuencias. El área crítica puede evitar que una emoción juegue una mala pasada. Hay que contar hasta 10 en las decisiones claves.
El realismo mágico y el relato emotivo seducen y engañan. El tallado del alfabeto en el cerebro permite pensar los hechos con palabras que los representan y del juego nacen las ideas. Si el discurso se impone, surge el pensamiento único. La libertad tiene sentido con un pensamiento propio.
El Diálogo Apreciativo. Busca lo positivo para potenciarlo y anticipar el futuro. La solución tradicional parte del problema: ve lo que está mal, identifica la causa, construye hipótesis, elige la más fuerte y la ejecuta. El diálogo apreciativo parte de lo mejor y luego lo construye. El problema cierra, el diálogo abre. Lo negativo no tiene la fuerza de la visión, sus recursos son escasos, el diálogo abunda en alternativas. Uno apela a la resistencia el otro a la energía. Uno avanza paso a paso, el otro con ideas. Uno elige la dirección externa, el otro el poder interior. Cambiar la imagen negativa de problema por la visión positiva de la solución, es la idea de Nietzche en: No hay hechos, sólo interpretaciones. La fórmula Imagen positiva = acción positiva combina descubrimiento, meta, diseño, acción y conversar para abrir, decidir, ejecutar, evaluar y cerrar. Conversando, imaginando, descubriendo y ejecutando, el futuro es una creación. La fijación impide el pensamiento distintivo. La forma más perjudicial es quedar atrapado en un modelo mental. No ver más allá de lo que se hace. No desafiar los supuestos. Creer que lo que antes fue verdad seguirá siendo cierto hoy y también mañana. Ese «punto ciego« es muy peligroso para la innovación. Hay herramientas que curan la miopía del futuro. Una frase lo afirma: No siempre el desconocimiento es lo que te hará fracasar. Es lo que sabes lo que puede provocar tu fracaso.
Desde la posición determinista, la causa del efecto es la causa. Pero en el hombre un evento futuro puede actuar como causa. No se trata de la meta, sino de su anticipación psicológica lo que activa y dirige la conducta. La meta anticipada ejerce así su efecto causal.
Sistemas auto-regulados. El feedback corrige la discrepancia entre la situación actual y el estado deseado y el resultado sirve para activar o inhibir una conducta. La proacción anticipadora (feedforward) compara el estado deseado con la visión del resultado, la discrepancia no existe aún. Un sistema auto-regulado integra el Feedback para reaccionar con el Feedforward para anticipar el futuro. Anticiparse brinda un método de control donde las expectativas se emplean para producir acciones. El hombre integra la información sobre el pasado, el presente y el futuro, para mantener o modificar su presente, orientándolo hacia el futuro deseado. Si no conoce la causa de su problema, esa es la causa. Desde lo objetivo busca la causa en la educación, en la presión social, en los instintos. Desde lo subjetivo la causa del efecto son sus elecciones. Si no son felices estudian la causa y cambian su conducta, si no siguen obteniendo lo mismo. Son libres para decidir pero no para evitar las consecuencias de las decisiones.
Dr. Horacio Krell CEO de Ilvem. Mail de contacto [email protected]