Intensamente es una película arriesgada estrenada en 2015. Con tecnología de animación, lo que la hace atractiva para niños y adultos, atrapa por su honestidad en la propuesta y porque entra con precisión en el mundo complejo de las emociones humanas.
Cinco personajes –Alegría, Tristeza, Miedo, Rabia y Desagrado- que desde el Cuartel General ubicado en la mente, guían la conducta de Riley desde que nace hasta que se desencadena la trama, cuando ella tiene 11 años y tiene que abandonar su ciudad natal, Nebraska, para instalarse junto a sus padres en San Francisco. En medio de las inquietudes que generan los cambios, las emociones que la guían –Alegría y Tristeza- sufren una crisis que las expulsa del cuartel general, y las obliga a iniciar un largo camino de regreso. En ese viaje, la película juega con conceptos psicológicos que presentan en forma accesible el funcionamiento de la mente, y contaron con la asesoría de expertos durante su elaboración.
Alegría es la protagonista principal de la historia y se mantiene firme al sentimiento que representa sin embargo poco a poco ella también llega a sentirse diferente y gracias a Tristeza llega a conocer otra parte de su propio ser. Aunque en un principio Tristeza parecía ser la antagonista, pues es gracias a ella que se desencadena la historia, resulta luego ser fantástica y graciosa convirtiéndose en toda una heroína
Desde el nacimiento nos enseñan que el mundo es de cierta manera. Es natural que, luego de un cierto lapso, terminemos por creer lo que nos dicen. Pero si queremos ser creativos debemos desarrollar nuestro propio método para ver la realidad. De este modo no importará tanto como nos formaron sino como administramos la voluntad, que es el talento para seguir aquello que nos entusiasma. El creativo no se inclina ante nadie ni pide que lo hagan, el hombre servil se arrodilla ante uno más poderoso y exige que las personas que están bajo su mando se arrodillen ante él.
Inteligencia emocional. Las emociones involucran varias partes del cerebro conectadas en red en el sistema límbico. Este sistema registra los datos que ingresan al cerebro y decide a qué y cómo prestarle atención y conduce y regula el comportamiento, sin que eso se advierta de modo consciente. La sobre estimulación de emociones negativas como enojo, frustración, desilusión, miedo, desencadena el pensamiento negativo, aumenta los neurotransmisores de alerta, como el cortisol y la adrenalina, provocando sensaciones de amenaza, la desaparición de neuronas responsables del aprendizaje y memoria, y genera asociaciones inexistentes por interpretaciones erróneas de los datos.
Aprender a regular las emociones con inteligencia genera eficiencia y productividad. Una emoción comienza frente a situaciones cargadas de estímulos. Una atención selectiva las evalúa en el contexto de los objetivos, necesidades y deseos inmediatos. Si el resultado significa que algo no funciona, se incrementan la ansiedad, la inquietud y las trabas.
Trastorno de ansiedad. Se adueña de quien se preocupa constantemente por peligros imaginarios. No puede controlar la ansiedad y eso le produce trastornos físicos. La imaginación provoca la misma repercusión en el cerebro que un hecho real, y si predomina el pensamiento de peligro produce adrenalina para enfrentarlo como si fuera a ocurrir. Un cerebro sano produce endorfinas que son neurotransmisores que mejoran el rendimiento. Según del lado que te pongas el mundo será de terror o de maravilla. Se llaman distorsiones cognitivas a modos erróneos de interpretar que generan estados anímicos alterados. Como dijo Churchill me pasé la mitad de mi vida ocupándome de cosas que nunca ocurrieron.
La inferencia arbitraria es una conclusión sin evidencia o con evidencia contraria. Maximizar: consiste en agrandar. Minimizar: es subestimar o achicar. Abstracción selectiva es centrarse en un atributo fuera de contexto. Generalización excesiva es derivar reglas de situaciones específicas. Personalizar es la tendencia a atribuirse fenómenos que son externos. El pensamiento dicotómico es absolutista, juega a todo o nada.
Terapia cognitiva. Evitar algo inoportuno a corto plazo puede hacer crecer la tranquilidad pero no será beneficioso a largo plazo. Otro modo de actuar es incorporar a la situación elementos de humor, historias o ideas. Desviar la atención del estímulo puede hacer decrecer la respuesta emocional por un tiempo. Lo más aconsejable es revaluar, reinterpretar el significado de los estímulos de manera tal que cambien el impacto emocional, mirando el lado bueno de las cosas. Las emociones son eventos mentales fugaces que son definidas por las interpretaciones de los sucesos. La habilidad de revaluar los eventos genera un mayor bienestar físico y mental a largo plazo a través de mejores decisiones.
La meditación en la terapia médica. La meditación consiste en concentrarse en el presente, sin quedar atado al pasado, ni preocupado por el futuro. En ese estado de meditación, la mente se aquieta, y la práctica constante produce beneficios para la salud: reduce el estrés, la ansiedad y la sensación de soledad, baja la presión arterial y el deseo de fumar. Permite controlar el dolor crónico y la depresión en los pacientes. A partir de estas evidencias, los médicos aconsejan la práctica de la meditación como complemento de los tratamientos convencionales.
Hay actitudes sanadoras. Se usa la meditación para advertir que los pensamientos pueden perjudicar la salud física y psíquica. Son cargas del pasado, no resueltas, porque no se perdonaron heridas o porque se tienen expectativas exageradas sobre el futuro. Con la meditación, se consigue disolver esas cargas, y concentrarse en el presente. “Mindfulness” o atención plena, es una meditación desarrollada por el biólogo Jon Kabat-Zinn, despojada de la religiosidad que acompaña a las prácticas orientales. Al hacer una práctica diaria, se consigue una mayor aceptación del sufrimiento como parte de la vida, se desarrolla una atención ecuánime, sin reaccionar con violencia y dando más importancia al presente.
El paciente con cáncer siente que todo se descontrola al recibir el diagnóstico. Los ejercicios de visualización y relajación le aportan la sensación de tener la vida bajo control. Se les enseña a practicar con su familia para que puedan sentirse mejor frente a la enfermedad.
La meditación puede acompañarse del monitoreo de las funciones cerebrales para lograr el manejo del estrés. Se los atiende individualmente, pero también participan de talleres donde aprenden técnicas de relajación psicofísica. Así se reduce el nivel de estrés y se observa una mejora clínica. La meditación en un recurso especial para las enfermedades crónicas. Ante crisis de pánico o de angustia, la práctica permite concentrarse en la respiración. A partir de la meditación, se busca la causa de las crisis, conectarse consigo mismo y practicar aun fuera del consultorio.
Es sorprenderte ver como se logró realizar una película “infantil” pero con un mensaje profundo y complejo; por si fuera poco la fusión de los dos mundos (en el que vive Riley y lo que ocurre en su mente), están perfectamente manejados y muy ligados a lo que ocurre en ambos escenarios. Intensamente incrementa la capacidad de conectarnos con nuestras emociones, identificarnos con esos distintos estados donde ellas parecieran estar más allá de la comprensión, emocionarnos y entender a los otros y a nosotros mismos de una manera mucho más compleja y rica.
Las emociones son impulsos que preparan al organismo para la acción. Ante la pasión, la mente pierde el equilibrio. Aristóteles se adelantó a los estudios modernos de inteligencia emocional cuando dijo: “es fácil ponerse nervioso, lo difícil es hacerlo con la persona correcta, con la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto y de la manera correcta”.
Dr. Horacio Krell CEO de Ilvem, mail de contacto: [email protected]