Lo ideal es crear fábricas de ideas en instituciones educativas (universidades y colegios para sus alumnos) y en organizaciones (organismos y empresas, para funcionarios y clientes)

La empresa deben corregir los vicios que trae la gente de la escuela complementando su educación.
El capitalismo comenzó convirtiendo la materia prima en capital físico, hoy se concentra en la materia gris del cerebro para crear riqueza a través de la inteligencia.
La educación es la industria pesada de un país porque fabrica ciudadanos. La globalización exige competitividad, creatividad e innovación. Unidades sociales antes desconectadas hoy se reúnen en procesos de formación, de transformación, de conflictos y negociaciones.
La responsabilidad social empresaria promueve el bien común: tanto con los clientes internos (recursos humanos) para que sean productivos y mejores personas, como con los externos (comunidad, consumidores y proveedores) creando alianzas estratégicas múltiples: las empresas deben devolver a la sociedad parte de lo que reciben de ella al elegir sus productos y servicios.
La representación mental de la realidad que hacen los actores económicos depende de la función cognitiva, es decir de cómo la interpretan. De allí se deriva su conducta. Así construyen su teoría de la acción. Se aprende trabajando dentro o fuera de las organizaciones.
Las tecnologías de la información aceleran los procesos de cambio y son la columna vertebral de la nueva forma de producir de donde emerge una sociedad informatizada y cognitiva. El capitalismo industrial trabajaba con un tiempo lineal, secuencial y mensurable. Hoy el capital y el trabajo se mueven en tiempos y espacios diferentes. Al nuevo modelo de gestión no le resulta funcional el que disciplinaba tiempos y espacios de trabajo, sino otro flexible y autónomo.
El conocimiento es clave
La inteligencia organizativa reúne personas que deben trabajar con inteligencia. El inversor aporta capital financiero, el manager lo distribuye y todos advierten que el capital intelectual, que es la sumatoria de lo que se sabe, es el que construye la ventaja competitiva y la inteligencia en el uso del capital. Antes la fuente de la riqueza eran los recursos naturales, después fue el capital físico y hoy es la mente. La economía del conocimiento, el capitalismo intelectual, precisa administrar los bienes intelectuales, (no basta con tenerlos),
Hace cinco décadas las latas de cerveza eran de acero. Aunque el aluminio es el metal más común en el planeta, el costo de procesarlo era enorme. La primera lata de cerveza de aluminio simbolizó el triunfo del intelecto sobre la naturaleza ya que sustituyó la materia prima acero por el conocimiento. Menos metal y energía sostenidos por el gas que contienen en su interior.
Adam Smith interpretó la productividad laboral en función de la división del trabajo: «Un obrero trabajando hace un alfiler por día. Dividida la tarea un obrero estira el alambre, otro lo endereza, un tercero lo corta en trozos iguales, un cuarto hace la punta. He visto una pequeña fábrica que producía 48.000 alfileres con diez operarios: Correspondería a 4.800 cada uno».
El estudio de tiempos y movimientos del obrero, obligó al manager a usar su mente para dividir la tarea en la forma más sencilla, se usaba la inteligencia del gerente. El trabajo intelectual no es como se creía: que un hombrecillo habitaba en el cerebro y era la fuente de la sabiduría.
A medida que creció la especialización se vio que combinar las capacidades, que existen en todos los seres, como intuir, juzgar, crear, relacionar; eran claves para mejorar los resultados.
Las ideas de Taylor permitieron a EEUU triunfar sobre Hitler reconstruyendo velozmente su marina mercante destruida tras el ataque japonés a Pearl Harbor, convirtiendo a sus obreros en fabricantes de barcos. El Taylorismo evitó la lucha de clases. Un invento genial de Ford (1863-194) perfeccionó la coordinación de las tareas individuales. Fue la línea de ensamble.
Lo que no se mide no se puede mejorar
Hay que distinguir el dato (la temperatura es de 25°), la información (que es alta para esta época del año), el conocimiento (que deberíamos cancelar el viaje de esquí que habíamos planeado) y la sabiduría (que se habla mucho del clima pero no se hace nada).
Tipos de capital intelectual
El éxito surge de la interrelación pero el capital humano es el más valioso ¿Por qué las empresas lo dejan librado a la buena de Dios? Porque no distinguen entre el costo de remunerar y el valor de invertir. El capital humano crece si la organización usa su saber y si ellos adquieren conocimientos útiles para la organización.
Si el intelecto fuera un árbol el hombre sería la savia que lo hace crecer. La máquina ejecuta mejor pero no inventa. El hombre es el primer escalón en la escalera de la innovación.
El capital estructural
Cuando la savia que fluye por el árbol se vuelve madera sólida, se hace parte de la estructura. El conocimiento queda y no se va a la casa del trabajador. Con el fin del empleo a la japonesa de por vida terminó el contrato de fidelidad empresa-trabajador. Con la tercerización y con el trabajador del conocimiento, él le dio prioridad a su propia carrera. ¿Cómo capitalizar su saber antes que se jubile? ¿Cómo convertirlo en capital empresa?
Lo que conviene es relacionar capital humano y la política de incentivos, que el trabajador se motive para transferir su saber y se acostumbre a hacerlo en el marco de una relación sistémica gana-gana. Así se tornará irreversible el proceso positivo de la transformación
Una fábrica de ideas
Como ya no se puede asegurar empleo de por vida, el deber de las empresas es ofrecer un entrenamiento de primer nivel que les permita lograr la empleabilidad o la capacidad de emprender, capacitándolos para encarnar sus propias ideas y para llevarlas a la práctica.
La implementación se ejecuta con una estrategia educativa y comunicacional. Antes se separaba al intelectual que trabaja con palabras y con ideas del hombre de acción que lo hacía con personas y cosas. Un sentido holístico de la acción implica desarrollar en conjunto las destrezas.
Lecciones aprendidas
Toda persona se aleja de otra por la información y deberá hallar a quién le permita hacer el contacto. Si no lo tiene lo mejor es difundir los mejores métodos y lo que hacen los exitosos. Lincoln, en medio de la guerra, fue informado que el exitoso general Grant bebía demasiado. Dígame la marca, dijo Lincoln, Me gustaría enviar un barril a mis demás generales.
El conocimiento identificado puede ser imitado y difundido para consultar a los mejores. Si se premiara a la persona que comparte su saber no haría falta otro incentivo ni motivación. Hay que cuidarse del exceso de información (Funes el memorioso se suicidó por tener demasiada memoria). La información requerida rinde más que la enviada. Conocimiento explícito es saber lo que se sabe y laguna es saber lo que no se sabe. El conocimiento tácito se posee sin saberlo. Está el que no se sabe que no lo posee. Se reduce el exceso de datos consultando a un experto.
Check list en el consultorio
Transformar las valoraciones en acciones requiere un control entre lo que el médico pide y lo que debería pedir. El sistema revisa el historial, exige fundamentar su decisión, informa sobre efectos no deseados del remedio e incluye avisos de anormalidades, sin dejar todo librado a la intuición. Estas mejoras salvan vidas y bajan costos. Hay remedios que matan y decisiones que no se pueden demorar.
Enfoque interdisciplinario
Si el capital estructural funciona, mejora la probabilidad de que los clientes quieran seguir con nosotros y que el capital humano desee trabajar aquí para aprender. La capacidad de aprendizaje puede visualizarse con la fórmula G x G. La capacidad de generar ideas por la capacidad de generalización. Para convertir el capital humano en capital empresa las herramientas sugeridas son las siguientes:
Taller de medición del rendimiento intelectual
Carrera de Metodología Intelectual
Una vez identificado el nivel de los alumnos, docentes y empleados, en escuelas o universidades y de los colaboradores en empresas u organizaciones, la idea es generar una entidad inteligente basada en capacitarlos: (desarrollar el capital intelectual individual genera capital social para la institución).
Fábrica de ideas y relaciones productivas
Hay un poder interior que se conoce como empowerment y que se bloquea con tareas burocráticas. El curso de inteligencia aplicada logra activar el hemisferio derecho para producir ideas con el brainstorming (tormenta de ideas) y el webstorming (lo mismo hecho por internet). Las herramientas desarrollan la fábrica de ideas con un premio mensual para las mejores iniciativas, el capital individual se convierte así en un recurso para organización, mientras crece la motivación para todos los que participan.
Olimpíadas de la inteligencia
Se pierde la curiosidad por mirar siempre desde el mismo lugar o al mismo sitio, quedarse con lo que se tiene – supuestos, bienes, amigos, decisiones -, confirmar prejuicios, fijar condiciones imposibles, pensar en la pérdida. Las causas son miedos, falsas creencias, y sentimientos negativos. Así no detiene lo que somos y no potenciamos lo que podemos llegar a ser.
La curiosidad esencial es conocerse y superarse. Saber quién soy, de dónde vengo y hacia dónde voy. Crear problemas y resolverlos es el secreto del progreso en la aventura humana.
Seguro educativo
El costo de la inversión en la creación de una fábrica de ideas y relaciones productivas se amortiza mejor considerando un fee mensual por participante. Todo esto sin contar que la conversión de la fábrica en proyectos a realizar y realizados permite un autofinanciamiento de la inversión. De cualquier modo también considerando el seguro con franquicia admite tratar individualmente cualquier caso de una persona que presente dificultades o al que se lo quiera ascender dentro de la organización.
Planteada la fábrica de ideas como una organización el seguro educativo permite estudiar y solucionar cualquier caso en particular. Es un seguro con franquicia, puesto que una vez evaluado el caso podría sugerirse el tratamiento. En resumen el proceso será: diagnóstico, receta y tratamiento. Una fábrica de ideas y relaciones productivas cuenta hoy con un seguro educativo para garantizar el éxito de los proyectos