La creatividad estuvo asociada, en cierta manera encapsulada, durante varios siglos en personalidades de las artes. Llámese un Picasso, un Mozart, un Shakespeare. Simplemente el vulgo lo hacían depositario de esas dotes de clarividencia conceptual a ese pequeño grupo de generadores de arte.
Mucho más cerca en el tiempo los artistas que guardaban ese privilegio para sí (siempre en la percepción popular) comenzaron a compartirlo con los creativos publicitarios. David Ogilvy por ejemplo.
Pues bien, hoy hemos llegado a un estadio de democratización de la creatividad.
Todo el mundo puede ser creativo.
Todo el mundo quiere ser creativo.
Todo el mundo debe ser creativo.
Especialmente en el mundo de los negocios. Para ver una oportunidad o para crearla.
La creatividad debería impulsarse en las empresas de manera complementaria o paralela.
Un uso cotidiano de la creatividad en los ámbitos corporativos abrirán nuevas perspectivas del negocio de manera más temprana que tarde.
Una vez transformado en hábito las empresas multiplicaran las ideas con las cuales competir en siglo XXI. Qué hacer con ellas y que tratamiento ofrecerles es motivo de otro artículo.
Pues bien, celebremos prácticas.
De pensamiento lateral.
De pensamiento divergente.
De pensamiento productivo.
E inclusive, de pensamiento convergente. Este nos permitirá poner en “marco y en foco” la acumulación de ideas generadas.
Las empresas deben estar hoy día en sesiones de brainstorming permanentes.
Tendremos de esta manera grupos de empleados que innovan, que piensan, que investigan, que desarrollan.
Ellos nos mostrarán las “puntas” de los nuevos negocios.
El empleado de tareas burocráticas, ante el avance decisivo de los programas informáticos, va perdiendo valía.
Provocar una transformación para complementarlas con tareas divergentes se va volviendo una necesidad insoslayable.
Alertas a las oportunidades.
Insatisfechos con el portafolio de la empresa.
Inquietos intelectualmente.
Activos pensadores.
Facilitadores de ámbitos plurales de discusión positiva.
Ese es el camino y allá van.
Quienes más rápido lo encuentren tendrán más posibilidades de sobrevevir en el escenario competitivo global.
Enfatizo posibilidades. Nunca certezas. La certeza como tal ha quedado olvidada en siglos anteriores. Nunca más va a volver. No nos hagamos ilusiones.
* Prof. Germán Castaños. Creativo. Consultor en creatividad. www.ideavip.com.ar.
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