por Mariana Territo*
Los pensamientos que reaparecen una y otra vez construyen una conciencia. Estos nos dicen cómo o quiénes somos, y al repetirlos terminamos siendo aquello que pensamos.
En uno de los seminarios que di alrededor del mundo y que llamé “Atravesando desafíos”, me encontré con gente con diferentes retos que pueden presentarse en el trabajo, en la pareja o en la salud. A todos les digo que no pueden darse el lujo de tener un pensamiento negativo, porque estos hacen que las defensas bajen en forma automática.
Es clave estar presentes con nuestros pensamientos y saber reconocerlos. Si la mayoría son negativos, hay que trabajar para neutralizarlos.
Una de las maneras de lograrlo es a partir de afirmaciones positivas. Se trata de frases que tienen una potencia muy fuerte que pueden repetirse cada vez que surgen pensamientos negativos. La idea es hacerlo 30 veces. Y si se puede sumar alguna carga emocional positiva a esa frase, mejor, porque eso debilita o al menos neutraliza el pensamiento negativo.
Uno puede armar su propia frase positiva que puede ser “no me permito lugar para excusas, estoy funcionando en un alto nivel de excelencia”, o “estoy liderando con amor y con paz mi vida”. Estas frases tienen que repetirse muchas veces y es entonces cuando el cerebro empieza a escuchar en positivo. Si esta afirmación va unida a una emoción, esta se amplifica y se va achicando el lado negativo. De esta manera, cambia totalmente el enfoque de nuestras vidas.
Otra forma de no entrar en pensamientos negativos es adoptar una actitud neutral, es decir, sin carga emocional. Se trata de un estado de observación. Después de practicar esto mucho tiempo, uno se da cuenta de que, al sacarle la carga emocional a muchas situaciones y pensamientos, la vida cambia totalmente.
Lo importante es saber que siempre es posible dominar los pensamientos negativos, no hay que desanimarse. Uno puede controlarlos a partir de afirmaciones positivas que, con el tiempo, tienen efecto en la forma en que nos vemos y nos sentimos. Otra forma de dominarlos es reconociendo aquello negativo que nos afecta y aprendiendo a eliminar la carga emocional que lo potencia. De este modo impedimos que los pensamientos nos jueguen una mala pasada en nuestra vida.
Uno de los temas más importantes en la actualidad es como administramos nuestra energía. Es importante desconectar cuando nos damos cuenta de que empezamos a tener energía baja. Lo más importante es estar presente, por ejemplo, muchas veces arrancamos con un llamado negativo y nos enganchamos con esa situación y automáticamente baja nuestra energía.
¿Cómo hacemos para conectar con nuestra energía automáticamente y estar totalmente alineados a ella? Es simple, al levantarnos a la mañana tenemos que estar agradecidos por todo lo que tenemos, son dos o tres minutos en los que uno puede agradecer la familia que tiene, el trabajo, la salud. Hay que hacerlo y creérselo. Después poner una buena música, bien power que suba la energía. Lo importante es poder desconectar un poco de las situaciones que nos desaniman para elevar la energía.
El estrés diario nos lleva a una energía de supervivencia: pagar las cuentas, estar de mal humor, combatir con distintos problemas a diario. Pero hay que tomarse el tiempo para reconectar con nuestra energía y ponerla al máximo, porque cuando lo hacemos nos situamos en un estado de creatividad, con ideas nuevas con las que podemos resolver diferente, contagiar a otros y es entonces cuando las cosas buenas suceden.
Muy bueno y realista el artículo para controlar nuestra vida. Ese primer paso fundamental podría motivarnos para ir a la raíz y conocer las causas que producen y estimulan esos pensamientos y emociones negativas.