Las empresas y organizaciones de todo tipo solamente pueden crecer a través del trabajo en equipo. Esta sinergia bien conducida produce un resultado virtuoso no sólo para la compañía, sino que enriquece desde adentro a cada colaborador, aprendiendo del proceso, entendiendo las diferencias, flexibilizando paradigmas y ayudando a cambiar creencias limitantes.
Cuando el desafío es fomentar el espíritu del trabajo en equipo es fundamental delinear un plan sólido, consistente y sostenido para que se puedan visualizar los resultados. Los esfuerzos aislados no generan la pregnancia e impacto necesarios, por eso muchas iniciativas fracasan.
Si necesitas desarrollar un team cohesionado, con alta motivación, enfocados en los resultados y, a la vez, en el bienestar dentro de la organización y fuera de ella, estas diez estrategias pueden ayudarte:
1. Mejorar la comunicación
Se suele dar mucha importancia a la imagen pública de un proyecto o empresa; sin embargo, se descuida la interna, que es la salvia que los nutre. Diseña un plan donde la mejora del diálogo y todas las instancias sea tan potente que nadie diga “yo no me enteré” y todos pasen a expresar “estoy orgulloso de ser parte”.
2. Sostener instancias de feedback
Esta es una herramienta fundamental para retroalimentar cada momento con devoluciones que permitan la mejora continua. Recuerda que feedback no es sólo hablar, sino que se ratifica mediante los pequeños gestos cotidianos.
3. Mentoreo interno
Está demostrado que lo que se practica se aprende mejor. Busque aquellas personas con más experiencia en un campo y diseñe un programa para inducir a otros, y viceversa. Promueve el intercambio entre generaciones, y verás como muchos de los problemas de brechas se van encaminando.
4. Conocer los problemas y encauzar soluciones
Los líderes y responsables necesitan sentarse arriba de las dificultades, y ser los facilitadores. En la práctica, muchos suelen ser “complicadores” de las cosas. Este cambio de actitud es decisivo para el trabajo en equipo.
5. Pedir opiniones
Otro problema frecuente organizacional es considerar que el pedir opiniones sobre temas cruciales está mal visto, porque algunos pueden pensar que pierden poder o que mostrarán su desconocimiento. Nada más alejado: esta actitud de apertura para entender y aprender refuerza el espíritu del líder, y se transmite capilarmente a toda la empresa.
6. Contar con espacios de reflexión
El hacer en el trabajo es fundamental; sin embargo, es importante incorporar espacios para pensar. Module segmentos por equipos, todos juntos, y por líneas de conducción, dedicados específicamente a desarrollar herramientas de auto análisis organizacional que, una vez aprendidas, pueden ser auto facilitadas. A la vez, ayudarás a cada colaborador para que las incorpore en su vida.
7. Crear proyectos especiales
Pocas cosas hay tan motivantes como invitar a salir de la rutina. Desarrolla equipos con personas de distintas áreas en pos de un objetivo concreto; establece un tiempo y una meta, y brinda tu apoyo para que lo lleven adelante. Observa cómo aumenta su motivación.
8. Programar capacitaciones de habilidades blandas
Dentro del programa de formación, las organizaciones de hoy necesitan reforzar las habilidades que se rigen más por el hemisferio derecho del cerebro (como la comunicación, empatía, propósito, misión, visión, valores). Lo ideal es balancear el entrenamiento entre lo duro y lo blando, para generar una experiencia más completa en cada colaborador.
9. Realizar un programa de coaching grupal
La formación de líderes internos es decisiva para las empresas que quieren ser sostenibles en el tiempo. Trabaja con un coach profesional y que tenga al menos diez años de experiencia. Hay cientos de dinámicas organizacionales de alta efectividad para implementar.
10. Detectar los agentes de cambio
En todo equipo hay personas que brillan con luz propia. Son los agentes de cambio que no necesitan de un título en su tarjeta personal para mantenerse motivados. Trabaja con ellos en forma especial; conduce esa energía constructiva y anímalos a proyectarla hacia el resto. Piensa en estas personas en términos de presente y de futuro para formar el cuadro de líderes que pueden surgir desde dentro, y así, generar un círculo virtuoso interno que dará aún más fuerza a tu empresa.