por Dr. Horacio Krell
El poeta griego Horacio dijo: ¿De qué te reís? Piensa por un momento que se refiere a ti. Es que sin advertirlo tienes incorporadas pautas de la cultura predominante, lo que provoca la naturalización de las condiciones existentes. El efecto es invisible, es como el pez que no advierte que el agua existe porque es su medio natural. Nadie se pregunta sobre los que viven en el mismo país pero que están fuera del mapa, ni piensan en crear una sociedad diferente.
“La cosa es así y punto”. Todos creen que no hay alternativa: aun cuando la planteen.
Existen retóricas inclusivas pero no prácticas concretas
Se dice que el trabajo es una especie en extinción como si eso fuese algo natural. Algunos parecen rebelarse, estar en la vanguardia, pero terminan confirmando el orden predominante aunque griten más fuerte. Eso no es rebeldía.
También hay intelectuales que predicaron creencias distintas. Friedrich August von Hayek (Premio Nobel de Economía) dijo que en la posguerra, erróneamente, se había extendido la idea de que el Estado tenía que intervenir en la vida social. El principal valor para esta cultura del capital financiero es la absoluta libertad de mercado y no la democracia a la que piensan a los ciudadanos como seres transformados en consumidores.
Los políticos tradicionales decían lo contrario, hoy creen que no hay alternativa, que hay que moverse con las pautas que plantea la cultura predominante del capital financiero.
Por su relación con sus electores persisten en una retórica inclusiva que no se ve reflejada en sus acciones. Pero la tienen en su discurso para conservar su caudal electoral. Tampoco deliberan con las bases como se hacía en otras épocas. Hoy predomina un individuo pragmático cuyo éxito se mide en términos económicos. Los manipuladores de la opinión pública son la clave y la política se resigna a un presente de descalificaciones y de la inmediatez.
La universidad pública presenta heterogeneidad por su historia de movilidad social ascendente.
Como dijo Antonio Gramsci, debería prevalecer el optimismo de la voluntad y el pesimismo de la razón. Es decir ser pesimistas en el pensamiento pero optimistas en la acción.
Lo terrible es que muchos intelectuales abandonan la posibilidad de problematizar la situación.
Deberían ser crueles en el análisis de lo que ocurre
Si ponen la basura debajo la alfombra no por eso desaparece. Tendrían que construir objetos teóricos que expongan lo que ocurre.
Como dijo Dante, “hasta de las selvas más oscuras se sale”. Es intentando aún en el desconcierto. Lo importante es apostar. Uno no se puede ser un optimista tonto, pero tampoco tener una actitud sombría frente a la vida. Al contrario, sostener una actitud vital de pelea por tratar de encontrar caminos que no se sabe cómo son, pero que se deben construir.
Cambiar el modo de pensar
Un enfoque habitual que se utiliza para resolver problemas es intentar solucionar lo que está mal. Primero se trata de identificar la causa, construir hipótesis alternativas, elegir la mejor, armar un plan y llevarlo a la práctica.
El diálogo apreciativo, en cambio, no va directamente el problema sino que busca lo mejor en el pasado o en el presente, imagina su potencial e intenta construirlo. La ventaja de este método es que el sí es más fuerte que el no. Es decir que tiene más poder sobre la mente.
Mientras que el problema impone una visión única, el diálogo abre opciones. Atarse a lo negativo impide que emerjan alternativas y todo se limita a los recursos existentes que siempre son escasos. Un método cierra, el otro amplía: “la mente como el paracaídas solo funciona cuando se abre”.
Uno apela a la resistencia el otro a la energía. Uno avanza paso a paso, el otro a ideas que vienen de golpe. Uno apela al exterior, el otro al empowerment “al poder interior”.
Pasos para implementar el diálogo apreciativo
1) Intentar descubrir lo mejor.
2) Soñar en lo que podría ser. Imaginar más allá de los límites de la lógica y darle poder a la visión.
3) Diseñar. Darle forma al concepto y describir lo que debería ser y planear qué hacer para conseguirlo.
4) Ejecutar el sueño. Para los que piensan en negativo y utilizan el método clásico de resolución de problemas la vida es como un problema a resolver.
En el diálogo apreciativo la vida es un misterio que a veces hay que descubrir y en otras ocasiones hay que inventar.
El trastorno de atracón
Hay dos fuerzas opuestas y poderosas que influyen en la mente. Una es proactiva y estimula a aprender. La otra es pasiva e induce a ahorrar energía, tiempo, y dinero. El pensamiento positivo y el conservador suelen entrar en conflicto. La educación debería incentivar a cada individuo a ser el arquitecto creador de su propio destino y proponer una suerte de seguro educativo que aliente el desarrollo de la capacidad. Si prevalece el pensamiento negativo, la mayoría se conforma y opera solo al 10% de su capacidad potencial.
A la actitud negativa se le suman las carencias metodológicas. Como dijo Nietzche los métodos son la mayor riqueza del hombre. Mientras que el conocimiento crece exponencialmente el conservador es pasivo y prefiere lo malo conocido que lo nuevo por conocer. Sin actualizarse el cerebro disminuye su capacidad de adaptarse a situaciones nuevas y deteriora su inteligencia.
El impulso incontrolable de ingerir grandes cantidades de comida tendría su origen en un circuito cerebral alterado y el diálogo apreciativo planteó el problema de otra manera.
Así como un paciente con la enfermedad de Parkinson no tiene la culpa de sus temblores, se está dialogando y probando si la estimulación cerebral profunda, método que se utiliza para calmar los temblores en pacientes con Parkinson, podría usarse para personas que sufren esta patología. Consiste en colocar electrodos en el cerebro para regular las señales anormales. Los cables, conectados a los electrodos, se colocan debajo del cuero cabelludo, donde son invisibles.
Una de las personas que participan del experimento se había sometido antes a una cirugía bariátrica de su sistema digestivo para que el estómago fuera más pequeño y por lo tanto los alimentos más difíciles de digerir. Le fue bien pero luego recuperó el peso perdido.
Las investigaciones comenzaron con ratones. Una vez alimentados pusieron manteca en su jaula, estos la devoraron y comieron más del 25 por ciento de sus calorías diarias en una hora. La zona que se activó fue el núcleo accumbens, un eje clave del centro de recompensa del cerebro, que se localiza en las profundidades centrales. En los ratones, las neuronas del núcleo accumbens se activaban justo antes de un atracón. Cuando los investigadores utilizaron la estimulación cerebral profunda para calmar esas neuronas, evitaron que comieran sin control.
Los investigadores registraron los impulsos en las personas que participaron de la investigación mientras comían y determinaron que las neuronas se estimulaban justo antes del atracón y que esos impulsos eléctricos estaban relacionados con la sensación de pérdida de control.
Un estimulador cerebral directo interceptó las señales y evitó que las mujeres quisieran darse un atracón. Los pacientes advirtieron de inmediato cuando se activaron los dispositivos y dejaron de sentir un deseo insaciable de comer. Ahora prosigue la investigación.
Benchmarking
Es una estrategia para mejorar el rendimiento comparándose con los mejores en el ámbito del cual se trata. Al aprender a ser la persona que uno es o quiere ser se quita la máscara o el ego, que es un “Yo” impuesto por la vida social. Esto genera la energía. Al aprender a aprender de manera más efectiva se llega a la excelencia, al aprender a hacer se potencian los resultados y al aprender a convivir crece el capital social.
El proceso involucra aprender a desaprender lo cual supone eliminar los vicios personales que afectan el rendimiento. Pandora dejó escapar a todos los males que afectan a la humanidad pero logró salvar a los antídotos: la esperanza y el optimismo, que permiten creer que se puede.
Compararse y darse cuenta brinda un feedback con la realidad que impide al error convertirse en hábito. Un instinto conservador paraliza el cambio y mata al aprendizaje. Compararse implica hacer propias las mejores prácticas ¿Qué mejorar? ¿Cómo imitar al modelo? ¿Qué diferencias existen? ¿Cómo cerrar la brecha? La productividad se suicida si no se aplica lo aprendido. Cambiar un hábito hace que lo nuevo se vuelva automático reconectando las neuronas y viendo qué recompensa usaba el cerebro para sabotearse. Es hallar la causa y gestionar el bien.
El reduccionismo degrada la percepción
La visión tubular ve un mundo pequeño, insensibiliza con imágenes de baja calidad e impide apoderarse de él con la mirada.
El asombro logra penetrar en estructuras ricas, que requieren comprensión. La palabra completa a la imagen: enseña a mirar. La percepción lógica del hemisferio izquierdo amplía la sensación, aporta al estímulo su significado. Discriminar es reconocer las partes.
El vértigo por lo mecánico encadena a una fuerza bruta que anula la voluntad.
Un ejemplo de observación creativa fue la de Newton cuando cayó una manzana en su cabeza. En lugar de maldecir, aprovechó el suceso para descubrir la ley de la gravitación universal. Lo dijo Pasteur, el azar solo favorece a las mentes preparadas.
Una buena observación es el input que provoca procesos que desembocan en el output: la idea que resuelve el problema.
Un hachero llega la maderera. El capataz le da un hacha y le designa una zona. El hombre sale a talar y en un solo día corta dieciocho árboles. –Muy bien- le dijo el capataz –. Animado por sus palabras el hachero decide mejorar su desempeño. Se acuesta temprano, se levanta antes que nadie y se va al bosque. A pesar de su empeño corta sólo quince árboles.- Me debo haber cansado- pensó y se acostó. Se levantó decidido a batir su marca. Sin embargo no llegó ni a la mitad. Al día siguiente fueron siete y el último día estuvo toda la tarde tratando de tirar su segundo árbol. El veía a otro hachero que tiraba 20 árboles trabajando sólo medio día. Inquieto le contó todo al capataz. El capataz le preguntó: – ¿Cuándo afilaste el hacha?
-No tuve tiempo, estuve muy ocupado cortando árboles.
Cuando la rutina domina nos olvidamos de mejorar, de que no es cuestión de trabajar más sino mejor. El saber, el querer y la voluntad valen, pero los métodos sobresalen. Para ser productivo hay que aprender a modificarse. El aprendizaje permite adquirir destrezas y aplicarlas. La capacitación permite «afilar el hacha» y “el hacha es el cerebro”. Superarse en un recorrido sin retorno hacia el desarrollo de la productividad personal.
Benchmarking entre países
Para los países que hoy naturalizan la pobreza es interesante conocer el secreto de cómo Singapur logró superarla. Sus estudiantes hoy triunfan en las pruebas internacionales. Mientras los billetes de otros países muestran imágenes de próceres, el billete de Singapur tiene la imagen de alumnos atendiendo al profesor y se lee: “Educación”. Hace cuatro décadas Gran Bretaña la desechó como colonia y nadie quiso hacerse cargo de ella. Hoy, por su educación, Singapur es el noveno países más rico del planeta.
Hace cuatro décadas eran analfabetos. Hoy es de los primeros en lectura. Singapur no tiene recursos naturales. ¿Cómo logró su desarrollo? Convirtiendo su sistema educativo en una meritocracia que produce trabajadores calificados y exporta productos de alta tecnología.
Luego de un examen a nivel nacional, los estudiantes son derivados a secundarias vocacionales que canalizan sus capacidades y los encauzan hacia el desarrollo de su genio interior.
La tragedia educativa
El 63% de los estudiantes en América latina carece de habilidades básicas. La prueba PISA, es el medidor internacional. En Matemáticas, Singapur fue primero, seguido por Hong Kong, Macao, Taiwán y Japón. En los países asiáticos hay una obsesión por la educación: los padres invierten para que ingresen en universidades extranjeras.
Es hora de que América latina ponga la educación en el centro de su agenda. Si no seguirá atrasando. La tragedia educativa es que en los hogares no se la valora. Hay una crisis de valores.
Los resultados surgen de las Pruebas CERCE 2019 -un estudio de 2019 del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE), realizado por UNESCO-. La prueba para Latinoamérica fue diseñada para escuelas primarias. Argentina mostró un retroceso preocupante desde 1996 ante el progreso de sus países vecinos.
El Salvador atravesó una guerra y tuvo que crear escuelas comunitarias de manera autónoma, organizadas por las familias ante la ausencia del Estado, para alfabetizar a sus hijos. El país mejoró, mientras Argentina, con una de las mayores inversiones estatales en educación -el 6% del PBI- desmejora. La conflictividad gremial impide garantizar el ciclo lectivo.
En Santa Cruz terminan la escuela media alumnos que asistieron a clase la mitad de los días. Los alumnos que terminan la escuela media carecen de comprensión lectora. El Ciclo Básico de la UBA dictó cursos de lectoescritura porque los postulantes no entienden los textos.
Ley de Financiamiento Educativo
Sancionada hace 20 años tuvo un fracaso estrepitoso. Deberían ser de jornada completa, y hoy no llegan a la mitad. Los problemas van desde la infraestructura y mantenimiento hasta la formación docente. La tragedia educativa suma a escuelas cerradas durante la pandemia, que desvinculó a un millón de alumnos y rebajó el aprendizaje por educar a distancia, sin estar preparados. En las campañas electorales se habla muy poco de educación, lo que supone que interesa poco a la dirigencia ya quienes los votan.
Las pruebas internacionales
Son evaluaciones como las pruebas PISA diseñadas por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) y participan 80 países. Argentina pasó de liderar la región en el año 2000 a quedar detrás de Chile, Uruguay, Brasil, México, Costa Rica y Colombia.
Las pruebas muestran que los países que están mejor en educación están mejor en economía. La oportunidad de cambio existe haciendo Benchmarking, comparando, imitando y adecuando las experiencias exitosas. Si logras entender lo que se te ofrece, generas la energía y encuentras el camino. Cuando el discípulo está preparado, el maestro aparece.