Al principio siempre decía aquello de “no tengo tiempo”. Hasta que me di cuenta de una obviedad: el tiempo es el recurso mejor repartido del mundo. Desde el más rico al más pobre, y desde el más guapo al más feo, todos tenemos 24 horas en el día y está en nosotros el cómo distribuir ese tiempo.
Lógicamente la expresión más correcta sería: “no tengo tiempo para hacer todo lo que me gustaría” o, en algún caso, “no tengo tiempo para eso porque no me interesa”. Es cierto que me gustaría tener tiempo para hacer más cosas, pero en general soy capaz de abarcar casi todo.
Hay que tener en cuenta que he fundado cuatro empresas con las que aún colaboro, asesoro a otras dos, soy patrono de la Fundación Iniciador, tengo mujer y dos hijos, intento hacer deporte diariamente, leo y saco ratos para mí. Como mucha gente suele decirme esa otra frase tan popular de “no sé cómo tienes tiempo para todo”, hoy quería compartir algunas ideas útiles que me ayudan a gestionar mi tiempo, por si a alguien le sirve también:
Usar técnicas de GTD (Getting Things Done)
A veces nos vemos abrumados por tantas cosas que tenemos que hacer que perdemos mucho tiempo solamente pensando por dónde empezar. Por eso recurrir a este tipo de procedimientos y esquemas nos suele venir muy bien. Una de mis favoritas es la regla de los dos minutos: “si algo te lleva menos de dos minutos, hazlo en ese momento”.
Dormir poco
Otra obviedad, pero como decía, el día tiene 24 horas para todos. Así que para tener más tiempo de día hay que quitárselo a la noche, pero ojo, sin desmejorar el descanso. Aquí hay varias fórmulas, la primera es eliminar el tiempo de “perrear en la cama”, son unos minutos que ya no aportan al descanso, aunque esos 5-10 minutos de más den gustito a todos. Otra opción buena es usar la meditación, meditar 10 minutos antes de dormir y 10 minutos al levantarse pueden ahorrarte de una a dos horas de sueño. También existen métodos como el programa Uberman para maximizar las horas REM; se puede llegar a dormir sólo 4 horas, yo no lo he probado pero la gente con disciplina habla bien de él. Para todo esto lógicamente es bueno crear hábitos y rutinas, para que el cuerpo se acostumbre.
Saber decir no
Éste es de los apartados que más estoy aprendiendo últimamente a nivel personal. Es importante tener claras tus prioridades y saber qué te aporta y qué no a tus objetivos. No se trata de ser descortés, sino claro, porque si quedas con una persona a la que sabes que no le vas a ser de ayuda, también le estás haciendo perder el tiempo a ella. Si un evento o una actividad no te va a aportar, no la hagas, evita los compromisos, la vida es limitada para despreciarla.
Delegar en tu equipo
Esto me lo explicó de una forma muy visual un amigo: “si tienes un equipo de 5 personas y aprendes a delegar bien, es como si tuvieras 10 brazos más”. Claro está que lo importante es tener coordinado al equipo, para que no vaya cada brazo por su lado, pero a delegar también se aprende. Es importante tener un número dos en tu empresa, por muy pequeña que sea.
Pagar por tiempo, externalizando cosas superfluas
Aquí hay miles de ejemplos donde lo importante es tener claro el valor de tu tiempo, entonces tú decides si merece la pena contratar a alguien que te planche, qué medio de transporte usar, contratar gestores, etc.
Como decía, estas son cosas que me valen a mí, todas requieren trabajo y esfuerzo, pero lo importante es que tú busques las tuyas, porque si consigues sacar una hora más al día, es una jornada laboral extra a la semana, lo cual te dará una ventaja competitiva.