por Jonathan Baldovino*
Imaginemos por un momento a Juan, un porteño que ha logrado ahorrar $100.000 y decide invertirlo al inicio del año. Si Juan no tuviera educación financiera, probablemente optaría por el método más tradicional: el plazo fijo. Al 31 de agosto, con un rendimiento del 72,8%, sus ahorros se habrían convertido en $172.870. Nada mal, dirían algunos, teniendo en cuenta el contexto actual.
Pero, ¿qué pasaría si Juan hubiera considerado otras opciones?
Si hubiera comprado dólar Blue o dólar MEP el 1 de enero, al experimentar una subida del 110%, hoy tendría $210.000. Si hubiera optado por el índice S&P 500, que en este año registró un incremento del 167%, su inversión ascendería a $267.000. Esta cifra considera tanto el crecimiento del índice como el aumento del dólar, puesto que la cotización es en esa moneda.
Por otro lado, el Nasdaq, el índice de las tecnológicas, hubiera hecho que triplicara su dinero, dejándole con $320.000, gracias a una impresionante subida del 220%. Y, finalmente, si hubiese decidido invertir en el S&P MERVAL, que ha tenido un desempeño impresionante en Argentina, habría obtenido un rendimiento del 223%, teniendo al 1 de septiembre un total de $323.000.
Las cifras hablan por sí solas. La decisión de Juan al comienzo del año podría haberle generado ganancias modestas o, con un poco más de conocimiento e información, haber casi triplicado su capital inicial.
Esto nos lleva a reflexionar: la diferencia entre un inversor informado y uno no informado no es solo cuestión de suerte, sino de educación financiera.
Nassim Taleb, en sus emblemáticos libros sobre azar y probabilidad, nos habla del «cisne negro», un evento impredecible que tiene un impacto masivo. El mercado, en ciertos aspectos, está lleno de estos «cisnes negros». Sin embargo, lo que Taleb nos enseña es que no podemos prever estos eventos, pero sí podemos prepararnos para ellos.
La preparación viene de la mano con la educación. Aquí van algunos pasos que cualquier argentino puede tomar para comenzar este camino:
- Capacitación constante: Hay una amplia gama de cursos, libros y talleres disponibles sobre finanzas e inversiones. La clave es estar siempre dispuesto a aprender.
- Diversificar: No pongas todos tus huevos en una sola canasta. Estudia y distribuye tus inversiones en distintos instrumentos.
- Consulta con expertos: Si bien la autonomía es valiosa, un buen asesor financiero puede ser la brújula que necesitas en este vasto mar económico.
- Estudia el mercado local e internacional: Conocer las tendencias y acontecimientos tanto en Argentina como en el extranjero puede abrirte un abanico de oportunidades.
- Prepárate para lo inesperado: Como Taleb nos advierte, siempre hay eventos imprevistos. La clave está en estar preparado y tener un colchón financiero.
Conclusión: el paisaje financiero de Argentina es complejo, pero lleno de oportunidades para aquellos dispuestos a aprender y adaptarse. El verdadero desafío no radica en predecir el mercado, sino en prepararse para cualquier escenario. Así que, ¿por qué no empezar hoy? La decisión es tuya, y las herramientas están a tu alcance. Con educación y preparación, tus inversiones podrían alcanzar alturas que jamás imaginaste.