- En el mundo de las startups, hay tips que usualmente no se mencionan y que los emprendedores deberían tener en cuenta a la hora de impulsar sus proyectos.
A continuación, enumeramos esas cuestiones de importancia crucial:
Fracaso
Empezaremos con esta palabra que asusta al principio, pero que con el correr del tiempo y sobre todo en el ecosistema emprendedor se transformó en un escalón previo e inevitable antes del éxito y casi como un grito de guerra: “yo ya he fracasado”.
Es verdad que del fracaso siempre se aprende pero deberíamos darle el justo lugar que merece: es un hito que marca la vida de la compañía. Al mismo le sigue un período de frustración donde un equipo con un razonable grado de tolerancia y de resiliencia volverá a ponerse con la guardia en alto para el próximo proyecto.
El fracaso debería ser tomado como una parte no inevitable del camino y del aprendizaje de las startups. Ni más ni menos que eso y sin llegar a hacer un culto a su alrededor.
Hacer gala de nuestros fracasos no asegura el próximo éxito, que dependerá de muchos otros factores. El mito de “si no has fracasado antes no tendrás éxito en el futuro”, genera muchísimas dudas.
Como conclusión: desmitifiquemos el fracaso como un track record inevitable. Probablemente sea parte del camino y del aprendizaje. Dependerá de la madurez del equipo para asimilarlo y sacar de ello cosas positivas. No es algo automático y no funcionará de igual manera para todos.
Storytelling
Tenemos equipo. Tenemos financiamiento. Tenemos una idea. Tenemos nuestro MVP.
¿Tenemos una historia? ¿Cómo nos daremos a conocer? ¿Cómo nos diferenciaremos del resto?
Porque, seguramente, nuestro producto o servicio no será único y existirán otros en el mercado. ¿Cómo llegaremos a nuestros targets de una manera diferente y generando empatía? ¿Cómo atraeremos nuevos clientes? ¿Cómo construiremos nuestra marca?
Debemos encontrar cuál es nuestra “historia” y contarla con pasión. Después de todo, ¿a quién no le gusta escuchar una buena historia?
Escalar o personalizar (o ambas)
En nuestro business plan una parte destacada estará dedicada a cómo escalar, cómo ser globales.
La tecnología ha sido y es un aliado indispensable para las startups, ampliar nuestros horizontes y hacer crecer nuestra compañía. Gracias a ella no tenemos techo y ese ya es un enorme incentivo en sí mismo.
Escalar, llegar a un mayor público con nuestro producto o servicio, es quizás una de las metas más importantes a alcanzar. Pero por otro lado, vemos una tendencia a la personalización. Entonces, surge la disyuntiva: ¿masivo o personalizado? ¿o ambos? ¿son excluyentes? Si bien parecería ser un contrasentido, quizás la respuesta la última pregunta sea no.
Hoy la tecnología nos permite ser masivos y personalizados simultáneamente. Podríamos referirnos a esta personalización como “digital” ya que no dependerá de lo humano. Los bots y la inteligencia artificial, nos permiten brindar servicios que combinan las dos cualidades.
Quizás deberíamos hablar de distintos niveles, el humano y el digital, probablemente con distinto valor agregado, por lo menos hasta que ambos sean difíciles o imposibles de ser diferenciados.
Hoy, en plena transformación digital, la tecnología es una pieza clave y nadie lo duda, pero también vemos una vuelta a darle valor a lo humano. Por eso deberemos analizar nuestros clientes y usuarios, y definir para cada uno de ellos la estrategia más adecuada.