Todos los días mi bandeja de entrada está llena de preguntas de lectores que quiere saber qué hice para hacerme millonario.
Mi respuesta siempre los sorprende.
Déjame ponerlo de esta manera: ganar un millón en un año requiere el mismo esfuerzo que ganar 100 mil en el mismo lapso. Sin embargo, la diferencia no está en el empeño que se le ponga, sino en cómo planteamos ese ahínco.
Tuve docenas de trabajos antes de descubrir la fórmula para generar riqueza. De hecho, recuerdo un empleo en el que me tenía que levantar a las tres de la mañana para llegar a que me gritara mi jefe. No solo era una actividad mundana, también era degradante.
Después de salir de ese empleo iba a la escuela, pero apenas podía mantenerme despierto para escuchar a mis profesores. Era un ciclo que me deprimía mucho. Dentro de mí sabía que tenía que encontrar otra fuente de dinero así que puse un negocio.
Luego de años de trabajar me hice la pregunta que cambió mi vida:
“¿Cómo puedo entregar más valor a las personas en menos tiempo?”
Cuando te haces esta pregunta, básicamente te cuestionas tres cosas:
1. ¿Cómo puedo entregar más valor?
Se refiere a cómo puedes darles mejor servicio a las personas. Te hace dar todo lo que tienes a tus clientes y mejorar la calidad del trato que ofreces a los demás.
Al principio de mi carrera nunca daba el extra o lo que las personas querían. De hecho, me burlaba de los voluntarios que siempre hacían cosas de más. Eventualmente me di cuenta de que la manera más segura de ganar consumidores leales era entregar el tipo de servicio que a mí me haría regresar a un negocio.
Deje de hacerme tonto y di todo lo que tenía en mis trabajos, lo que aumentó significativamente el valor de mi empresa. La única manera de volverte millonario es enriquecerla vida de otros.
2. ¿Cómo alcanzo a más personas?
Varios estudios han demostrado que un ser humano promedio se conecta con al menos 27 personas al día, ya sea de manera directa o indirecta. ¿Te imaginas alcanzar a estas casi tres decenas de personas para tu negocio diariamente?
Pues bien, esto se logra al aumentar tu alcance y frecuencia.
El alcance se refiere al número de personas que estarán expuestos a tu trabajo, mientras que frecuencia quiere decir el número de veces que este individuo será impactado por tu labor. Yo quería distribuir mi valor a más personas aumentando ambos factores al mismo tiempo, algo que se volvió el secreto de mi éxito.
3. ¿Cómo lo hago en menos tiempo?
Los segundos son el recurso más valioso que tenemos y todos queremos tener más. Esta pregunta aumenta tu eficiencia y te ayuda a mejorar tu productividad. No solo debes entregar un servicio de alta calidad, tienes que hacerlo de la manera más rápida posible.
Si puedes aumentar tu alcance, mejoras tu ingreso. Piensa en maneras de impactar de manera positiva a más personas con tu negocio. El secreto está en dar calidad de servicio en un buen tiempo.
En resumen, el éxito se centra en responder cómo puede entregar más valor a las personas en menos tiempo desde tu empresa. Escribe esta pregunta y repítela todos los días por los próximos 30 años. Cambiará la manera en la que trabajas.