Always Day One («Siempre el Día Uno») profundiza en la cultura de invención de Amazon, la obsesión de Mark Zuckerberg con los comentarios y la importancia de la colaboración para Google
En el año 2017, el CEO de Amazon, Jeff Bezos, se dirigió a su plantilla y le formuló la siguiente pregunta: «¿cómo será el Día Dos?». Tras una breve pausa, y ante las miradas estupefactas de sus empleados, el magnate se respondió a sí mismo: «lleno de éxtasis, seguido de irrelevancia, seguido de un declive insoportable y doloroso, seguido de muerte».
De esta premisa parte el último libro del periodista Alex Kantrowitz, Always Day One: How the Tech Titans Stay on Top (Siempre el Día Uno: Cómo los gigantes de la tecnología se mantienen en la cima, en español)—, una crónica de varios años en la que el reportero se pone en la piel de protagonistas de la industria para desvelar los secretos mejor guardados en varias de las mayores empresas del planeta.
Desde varios trabajadores de Google que se burlaban de la exejecutiva Marissa Mayer hasta cómo Mark Zuckerberg hizo match con una amiga de su esposa en una aplicación de citas, el libro ofrece una visión sin igual de los secretos comerciales, las estructuras corporativas y las culturas internas que han propiciado la hegemonía de Facebook, Amazon y Google, entre otros.
Desglosamos algunas de las lecciones clave de Always Day One:
La insistencia de Mark Zuckerberg por el feedback de Facebook
Históricamente, Facebook ha crecido con la reputación de ignorar las críticas del público y seguir su plan de negocio a expensas del consumidor, pero esto podría no ser del todo así.
Según relata Kantrowitz, el fundador Mark Zuckerberg siempre ha respondido mucho más de lo que aparentaba a los estímulos de sus usuarios, demandando insistentemente un feedback que no siempre ha sido el esperado. «Regularmente, el actual CEO realizaba rondas de consulta en la empresa para saber qué pensaba la gente y en qué tono pedía modificaciones», cuenta la directora de RRHH de Facebook, Lori Goler.
Kantrowitz resalta la admiración de Zuckerberg por el libro Give and Take, de Adam Grant; un manual de psicología organizacional que divide a las personas mediante la combinación de 4 categorías: agradables, desagradables, dadores y tomadores.
Precisamente por la influencia de este libro se cuenta cómo Zuckerberg mantuvo en su junta directiva a Peter Thiel, el famoso inversor de riesgo, por el mero hecho de que lo consideraba un «dador desagradable» muy útil para contraponer las posturas del CEO.
Sundar Pichai tiene la regla no escrita de que sus trabajadores no compartan proyectos
Es bien sabido que Google utiliza sus propias aplicaciones —Docs, Spreadsheets, Hangouts…— para las labores ordinarias de su equipo para aumentar su coordinación, lo que es menos conocido es que el CEO de la compañía, Sundar Pichai, impide a sus trabajadores compartir estos documentos entre ellos por correo.
Esta medida se trata de una regla no escrita que, sin embargo, todo el mundo cumple. La tesis Sundai, en este caso, es que al no dejar que se adjunten documentos compartidos evitará que los empleados trabajen en varias versiones de un mismo proyecto a la vez.