- Para dejar huella, los pasos más profundos comienzan a darse en nuestro interior, que es donde se forja el acero del espíritu
Si les preguntase sobre las cualidades de un emprendedor tendría una avalancha de respuestas. Constancia, tenacidad, creatividad, liderazgo, innovador y decenas de calificativos más integrarían la lista, pero difícilmente alguien diría “Espíritu de acero inoxidable”
Espíritu de acero inoxidable no significa soportar los trompazos que tiran el mercado, la competencia, el fisco o la política sino que se refiere a la mística personal, la garra interior, la fuerza de voluntad que todos y cada uno de nosotros tiene, aunque no estemos consciente de ella.
¿Vieron cuando todo parece estar en contra y no encontramos apoyo ni siquiera en nuestro círculo más cercano e igual seguimos adelante? Bueno, ése es el espíritu del que hablo y que vale más que todo el conocimiento adquirido.
Es una corriente de energía positiva que te hace creer y apostar por vos mismo. Es el motor que te impulsa a asumir riesgos, salir de tu zona de confort y fortalecerte con cada crítica y caída.
Buena parte de los grandes líderes de negocios del mundo entero no tuvieron vidas sencillas, ni provienen de familias pudientes y algunos ni siquiera completaron sus estudios. Carlos Slim, Steve Jobs, Amancio Ortega, Warren Buffett, Bill Gates, Walt Disney y tanto otros son la prueba de ello.
Ser emprendedor es cool hoy en día pero no es sencillo. Hay un mundo de oportunidades allí afuera pero el viaje comienza por dentro. Para dejar huella, los pasos más profundos comienzan a darse en nuestro interior, que es donde se forja el acero del espíritu; aquel que nos permitirá ser duros para “ponerle el pecho a la balas”, flexibles para considerar las caídas como una oportunidad de saltar más alto y sembrar semillas de felicidad y satisfacción para disfrutar en el futuro.
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein