1. Perder el foco en el objetivo principal
Para algunas startups, su enfoque puede desviarse hacia factores sin importancia del objetivo principal. Una startup de éxito aprende a priorizar sus esfuerzos y a mantenerse religiosamente centrada en ese objetivo final. Mantener al equipo firmemente centrado en el objetivo final también puede ser beneficioso para el ambiente de trabajo, ya que mantendrá a todo el equipo remando en la misma dirección deseada. Si ves que una startup se agita en el viento del cambio, yendo en múltiples direcciones basadas en el «sabor del mes», sabes que el negocio está en problemas.
2. Ejecución pobre o lenta
Hay startups que comienzan con conceptos innovadores pero no pueden ejecutarlos adecuadamente. Esto se debe a una serie de razones: falta de recursos relevantes, falta de motivación o malos hábitos de trabajo, para empezar. Las empresas que hacen un seguimiento adecuado de su progreso con respecto a un proyecto concreto verán rápidamente si se están quedando atrás y encontrarán la forma de corregir el problema antes de que se convierta en algo material. Las que no están ejecutando bien sufrirán déficits de capital o de plazos. También hay un problema con la velocidad de ejecución, ya que muchas startups no son capaces de sacar productos o servicios tan rápido como sus competidores. La velocidad es fundamental para adelantarse a los competidores y no verse obligado a jugar a ponerse al día.
3. Falta de compromiso con el cliente
La falta de compromiso con el cliente es algo a lo que se enfrentan muchas startups en su fase inicial. Hay muchos escenarios posibles en los que los clientes pueden perder el interés en un producto o servicio. ¿Quizás la startup no investigó adecuadamente el mercado para asegurar una demanda significativa? ¿Quizás los esfuerzos de ventas y marketing no son la mejor estrategia para ese negocio? Si no entiendes realmente los puntos de dolor de tus clientes, nunca tendrán un interés serio en tu producto o servicio. Es mejor averiguar por qué los clientes no se comprometen, más pronto que tarde, para tratar de resolver esos problemas relacionados con el producto o el marketing para ver si son solucionables, antes de decidir cortar las pérdidas y cerrar el negocio.
4. Mal trabajo en equipo
A veces, startups perfectamente capaces y prometedoras comienzan a descender hacia el fracaso debido a las diferencias entre los miembros del equipo o a la falta de un trabajo en equipo eficaz. Esto no tiene necesariamente nada que ver con el rendimiento de una persona o un grupo de personas en el trabajo. Sólo significa que, a veces, algunas personas no pueden trabajar bien juntas. Es responsabilidad del director general de una empresa emergente saber qué se necesita para que el equipo siga funcionando y cómo mejorar el rendimiento del equipo para que piense y actúe como una máquina bien engrasada. Si el trabajo en equipo ineficaz no se detecta o no se resuelve durante un largo período de tiempo, la startup tendrá dificultades para recuperarse.
5. Alta tasa de rotación de empleados
Si la tasa de rotación de empleados es alta y recurrente, podría ser un indicador de una startup que está fracasando. Puede haber una serie de razones por las que la tasa de rotación es alta. Por un lado, la cultura de una startup juega un papel importante. Si los empleados no están satisfechos con el entorno de trabajo, no les gusta la gente con la que trabajan o no tienen confianza en su dirección, lo más probable es que busquen irse. Por lo tanto, si tienes una puerta giratoria con tu personal, algo está mal y hay que solucionarlo, ya que no se puede escalar un negocio sobre una base tambaleante de talento.
6. Falta de adaptabilidad
Cualquier startup que diga que es inmune a los cambios del mercado se está condenando al fracaso. Las fuerzas externas del mercado son las que, en última instancia, dictan cómo le irá a tu startup frente a las tendencias cambiantes y los competidores del sector. Si una startup no entiende realmente lo que está sucediendo fuera de su propia oficina o no lo tiene en cuenta, está condenada al fracaso. Para que una startup alcance realmente el éxito, es posible que tenga que pivotar varias veces hasta encontrar la combinación adecuada de producto y mercado. Si una startup no pivota lo suficientemente rápido, suele ser una señal de que el final está cerca.
7. No hay desarrollo de nuevos productos
Para que una startup siga siendo relevante, necesita estar constantemente reinventándose. Sus esfuerzos de desarrollo de productos nunca terminan, ya que siempre debe estar esforzándose por mejorar de la versión 1, a la versión 2 y a la versión 3 con el tiempo. Porque si no lo haces, puedes estar seguro de que tus competidores copiarán claramente lo que estés haciendo con éxito hoy, y estarán mejorando su negocio a tu costa.
8. Desconocimiento de las finanzas
Toda buena startup debería ser siempre consciente de su situación financiera. Pero te sorprendería saber cuántos emprendedores no tienen ni idea de sus finanzas y, por tanto, no pueden predecir fácilmente que están a punto de estrellarse contra un muro. Es necesario que haya informes financieros, cuadros de mando y KPI que una startup estudie de cerca cada semana para entender cuánto está gastando, ganando y reteniendo en comparación con sus objetivos. No puedes gestionar lo que no estás midiendo, así que asegúrate de que tienes tus métricas de informes clave identificadas y rastreadas.
9. Bloqueo creativo o terquedad
A menudo, el equipo de una startup se aferra a una perspectiva o enfoque particular de un problema. Cuando las cosas no van bien, es importante empujar al equipo a cambiar su perspectiva y probar algo nuevo y creativo para resolver el problema. Las startups que se encaminan hacia el fracaso a menudo no están seguras de hacia dónde deben dirigirse como empresa, y carecen de las habilidades de pensamiento creativo que se requieren para idear posibles soluciones. O simplemente son inflexibles y no están dispuestas a considerar un enfoque diferente.
10. Aburrimiento
Que el equipo se aburra con lo que está trabajando puede ser sin duda un asesino de la startup. Al principio de la vida de la startup, el equipo está motivado, ya que es emocionante trabajar en la empresa, y el equipo disfruta trabajando para el éxito de la startup. Por lo tanto, todos trabajan con dedicación y dedican muchas horas. Pero la realidad es que, cuando la euforia desaparece, es fácil que el equipo se aburra de su trabajo. Puede deberse a que su atención se desvíe a otra parte, a la falta de motivación o a la monotonía del día a día en el lugar de trabajo, especialmente si el negocio no está teniendo el éxito previsto. Un buen empresario buscará la manera de mantener a sus empleados comprometidos y motivados en todo momento.
Así que haga una evaluación crítica de su negocio para asegurarse de que no está a punto de despeñarse. Si algo de lo anterior le suena a su empresa, es hora de poner un remedio inmediato.