La pregunta es un clásico del ecosistema: ¿Emprendedor se nace o se hace? Académicos, intelectuales, celebrities entrepreneurs, todos tiene su opinión.
Particularmente, estoy convencido que todos nacemos con capacidades emprendedoras. Por supuesto que cada persona tiene sus capacidades diferentes y se atrofian si no se ejercitan.
Los emprendedores son personas que aprenden a tomar decisiones, asumir riesgos, dominar sus miedos, fomentan su curiosidad, cultivan el arte de investigar para ir más allá de sus límites….
Lo mismo hacemos los seres humanos en nuestros primeros años de vida. ¿Acaso erguirse y aprender a caminar no es una de las acciones más trascedentes que implementamos? Pocas cosas necesitan en la vida más dominio del miedo, determinación, curiosidad y autoconfianza que dejar de reptar y ponernos de pie.
Lo mismo sucede cuando aprendemos a hablar; pasamos de los sonidos guturales a expresarnos… ¡Y pensar que de adultos tenemos complicaciones para aprender nuevos idiomas!
Sin duda nacemos con capacidades emprendedoras, algunas comunes y otras particulares; unas inherentes a la condición humana y las otras escritas en el mapa genético.
Probablemente si educamos hijos con más estímulos que prohibiciones, dándoles más “si” que “no”, estaremos fijando cualidades emprendedoras en lugar de obediencia ciega y temores.
Cada acto de nuestra vida es un emprendimiento, sea familiar, social, comercial, profesional. Vivir es emprender.
Repito, todos los seres humanos nacemos con espíritu emprendedor, sólo que algunos lo desarrollan y otros lo bloquean, lo niegan o lo cercenan. Lo que diferencia a unos de otros, entonces, no es una cuestión de naturaleza sino de actitud.
Animarse. Asumir riesgos. Creer. Confiar. No entregarse. Sufrir. Gozar. Anhelar. Pelear. Hacer realidad los sueños. Autoconfianza. Pasión. Crisis. Oportunidad. Planificar. Apostar. Jugarse. Hacer posible lo imposible. Desafiar la rutina. Aprender. Adoptar el sí y desterrar el no. Perder. Ganar. Todo esto nos pasa en lo cotidiano desde que llegamos al mundo y hasta que nos vamos.
Por eso, respiremos fuerte, tomemos impulso y emprendamos buenos negocios y una vida feliz.
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein
[email protected]
Así mismo es, nacemos con una serie de inquietudes y la sociedad nos impulsa o nos depriome, los emprendedores somos seres divergentes.
Hola Marcelo,
Esta pregunta, ahora, creo tiene un matiz diferente al considerar el emprendimiento por necesidad. Luego de la crisis COVID y millones de empleos perdidos, pienso que el autoempleo digital, las capacitaciones online y la venta online desde casa facilitan las cosas para un nuevo tipo de emprendedor, diferente al arriesgado cazador de fortunas o cambiador de reglas. Veremos.
Coincidimos Roberto, Covid-19 cambia reglas de juego y paradigmas