“No tengo”, “no puedo, “no sé”, “no hay dinero”, “no me animo”, “no conozco a nadie”, “no tengo fuerzas”, “no, no y no”… Un rosario de excusas para no emprender, para no cumplir sueños, para fosilizar ilusiones y para ser siempre esclavo de las falsas seguridades.
La vida es el mejor maestro, la práctica es la forma más elevada de sabiduría, y el común, el más valioso de los sentidos.
Esta semana que pasó tuve una lección de vida que logró aplacar, al menos por tu tiempo, los atisbos de miedo e inseguridad que a veces me invaden.
Resulta que tuve la buena estrella de entrevistar a Tiago Giansily, un titán de la vida que enseña con el ejemplo personal, que no hay un solo “no” que sea más fuerte que un “si”.
Tiago se moviliza en silla de ruedas desde los tres años por una atrofia muscular genética. Su físico va en silla porque su espíritu va en un Fórmula Uno. A los siete años quiso estudiar locución y después de un casting preparado especialmente para él fue aceptado en el curso. Y desde entonces hace realidad su sueño de trabajar en medios. Su programa radial “Tardes con Tiago” es uno de los más escuchados en la radio de Vera, la ciudad santafesina donde nació y vive con sus padres. A diario, además, tiene un micro en el noticiero de la tv local. Además, recorre el país dando charlas motivacionales para empresarios que suelen aplaudirlo de pie a finalizar su charla. Ah, y como si fuera poco, es un alumno excelente, abanderado en su escuela.
La Federación Argentina de Jóvenes Empresarios lo nombró miembro honorario y es considerado como el “Emprendedor más Joven” del país.
Para mí, fue uno de los reportajes más importantes que hice en 25 años de periodismo (y les aseguro que tuve oportunidad de estar con pesos pesados de los negocios internacionales y la política). Hablar con Tiago me hizo sentir que todavía puedo hacer realidad mis sueños; que el riesgo de fosilizar mi espíritu emprendedor es un riesgo latente; que los “no” se vuelven algo más poderosos si no estoy atento. Me hizo sentir que él es un alma plena y que solo su cuerpo físico es el impedido y que el verdadero discapacitado puedo ser yo; que teniendo el cuerpo en condiciones a veces me paralizo por miedos y dudas.
Dejemos los “no”, permitámonos más “sí”. Intentemos, probemos, animémonos, fluyamos… porque podemos si nos proponemos. Porque la recompensa no está en la meta sino en el camino.
Tiago Giansily es la muestra viviente de aquella gran enseñanza de Albert Einstein:
“Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la VOLUNTAD”
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein
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Marcelo gracias por compartir esta hermosa experiencia. Un verdadero Ejemplo!!! Gracias!!
Bal
Hoy para mi es un dia justo para leer estas cosas, necesito fuerza para tirar para adelante y hoy me invadió un poco el desanimo. Voluntad… ven a mi!!!
Muy bueno Marcelo! Me encantó! Seguí así!
buen articulo