Parece que en los tiempos que estamos, vivimos en una especie de burbuja tecnológica que se concentra en los centros de innovación tecnológica de todo el planeta. Cada vez más, surgen más empresas startup que prometen revolucionar un sector determinado. Los inversores se ven atraídos por ellas y por las cantidades de dinero que pueden llegar a obtener si consiguen ser exitosas, por lo que cantidades y cantidades de dinero fluyen para dar financiación a estas compañías.
Hace poco ya hablamos de las compañías denominadas como “unicornios”, que eran empresas statup que habían obtenido un capital superior a 1.000 millones de dólares. Ahora les toca el turno a las compañías zombi, que son exactamente lo contrario que las “unicornio” y han fracasado en su financiación.
Como seres humanos, tendemos a pensar –aunque nos equivocamos– que una compañía que obtiene millones y millones de dólares para financiarse, lo debe estar haciendo bien. No obstante, la verdad es que los incentivos de las empresas de capital riesgo incentivan a que se funden empresas que desgraciadamente deberían haber echado el cierre ya hace bastante tiempo.
¿Qué es una “compañía zombi”?
Estas compañías son startups con muchas expectativas puestas en ellas que consiguen toneladas de dinero y valoraciones de mercado muy elevadas, pero que luego se estancan. Son verdaderos pozos sin fondo de dinero, que lo único que consiguen con su existencia es disminuir los retornos de los inversores y evitar que el dinero que consiguen se invierta en otras compañías con retornos más elevados.
Los zombis también reducen el valor de las acciones que tienen los empleados y provocan que la gente esté en contra de los negocios privados, ya que los ven como una manera de malversar dinero que podría invertirse en otras cosas más útiles.
Puede ser difícil identificar una compañía zombi antes de que cierre o sea vendida a otros, puesto que los ejecutivos y los inversores no quieren revelar esta información de manera pública. No obstante, algunas empresas pueden ser nombradas como tal si cumplen una serie de requisitos.
- Disminución drástica de la valoración
- Menor contratación de altos ejecutivos
- Gran número de despidos (Layoffs)
Evidentemente, no quiere decir que todas las empresas que experimenten esto tengan que ser denominadas zombi, y al revés, no todos los zombis tienen estas características, pero es un buen indicador para que nos demos cuenta que tenemos que estar alerta de todo lo que pueda ocurrir.
Cómo se crea una compañía zombi
Para poder entender qué es lo que incentiva a los inversores para crear zombis, necesitamos saber la manera en como son retribuidos. Las empresas de capital riesgo, normalmente obtienen entre un 20 o un 30% de los ingresos que tiene la compañía. Si la startup funciona bien, los ingresos son elevados y por lo tanto la gente que aporta dinero a estos Venture Capitalists está contenta con sus tratos.
Sin embargo, los inversores también consiguen una tasa por administrar la compañía, que generalmente se sitúa en un 2 o 3% de los fondos totales invertidos. Si por ejemplo 1 millón de dólares está bajo tasa de administración, lo que conseguirán los inversores serán 20.000 o 30.000 dólares por tasas. Esto se paga independientemente de si la empresa funciona bien o funciona mal.
Si la empresa no funciona demasiado bien, los venture capitalists, no consiguen dinero de los beneficios, pero continúan obteniendo ingresos por las tasas de administración, siempre y cuando la empresa siga consiguiendo financiación.
Las empresas de capital riesgo obtienen nuevas rondas de financiación cada 2 o 4 años, pero se tarda entre 5 o 12 años en salir de una inversión. Cuando quieren obtener nuevos inversores para que les den dinero, los VCs normalmente enseñan las valoraciones en auge de las empresas, pero que como hemos visto no se corresponden con la realidad.
En definitiva, lo mejor para evitar una compañía zombi es dejar de dar dinero y cerrarla, pero el problema viene cuando el VC tiene que reportarlo como una pérdida a sus potenciales inversores en las nuevas rondas de finaciación. No obstante, si decide mantener la compañía, aquí se despierta el zombi, ya que puede decir a los inversores que el valor de la empresa se ha mantenido constante, o incluso puede subir enseguida.
Finalmente, para evitar que vengan más zombis, los venture capitalists pueden hacer tres cosas: vender, contratar nuevos administradores o convertir la empresa en otro tipo. Ninguna de ellas es fácil y todas tienen repercusiones negativas, pero si somos capaces de dar este paso evitaremos malgastar nuestro dinero en empresas que solo comen sin dar nada a cambio.
Laia Riu