Los mayores incovenientes a la hora de hablar por el célula cuando estás andado por la calle son que apenas puedas oir al que tienes al otro lado por culpa del ruido del tráfico y que algún curioso escuche tu conversación.
Por estas razones el artista bostoniano Nick Rodrigues ha creado esta cabina portátil. Básicamente es una estructura plegable que cubre al que habla por teléfono cuando necesite intimidad.
Además de un gadget es una escultura, es decir, arte, y eso significa dos cosas: que es una pieza única y que, si la querés, tendrás que encargarla y pagarla como obra de arte que es.