«La oportunidad se deja alcanzar sólo por quienes la persiguen» (H. Jackson Brown)
Emprender es buscar oportunidades. Elegir caminos poco explorados, y si no hay, crearlos.
Si vas a andar por caminos que muchos otros recorren, los resultados no serán demasiados diferentes y tu lucha por la subsistencia será más dura.
Así como en los 90 vimos la invasión de canchas de paddle y videoclubes, hoy el milagro de la multiplicación, se da, por ejemplo, en agencias de marketing digital y social media.
Recorrer el trayecto que recorren otros puede parecer seguro pero no es más que eso: una apariencia. Buscá diferenciarte, ser único en lo posible, dejá tu huella; no seas uno más.
Transitar el camino de muchos te puede llevar a perder algo mejor.
Este cuento, puede ayudarte a comprender mejor esta idea:
“Un buen día un becerro atravesó el bosque virgen para lograr volver a la pradera donde siempre pastaba. El animal que andaba medio perdido pasó por un camino complicado, lleno de curvas, subiendo y bajando colinas. Otro día, un perro que estaba paseando por ahí, utilizó el mismo sendero. Luego lo siguió un carnero, jefe de un rebaño quien hizo que todos sus compañeros pasaran también por ese lugar difícil de atravesar. Poco a poco el camino se veía más ancho y hasta los hombres lo empezaron a utilizar a pesar de ser un sendero donde entraban y tenían que girar a la derecha, a la izquierda, bajar, subir, debían sortear una serie de obstáculos… todos pasaban maldiciendo ese camino pues era mayor esfuerzo el que tenían que hacer, pero no hacían nada para crear otro nuevo camino más simple y directo hacia el pueblo.
Con el uso que tuvo tanto para los animales y los hombres, el camino se convirtió en una amplia carretera donde se pasaban 3 horas para llegar a su destino, pudiendo tomar otras vías que permitirían llegar al pueblo en 30 minutos. Luego de varios años este camino sinuoso se convirtió en la avenida principal de una ciudad. La gente seguía quejándose, pero no hacían nada por cambiar la situación.
De cerca y de lejos, el viejo y sabio bosque, miraba la situación de ceguera de los hombres y reía. “Si estos hombres dejaran la rutina y dejaran de seguir aquella vía abierta por el becerro, encontrarían una mejor opción y tal vez paisajes mucho más hermosos”.
Que tu emprendimiento sea tu obra, que puedas estampar orgullosamente tu firma en él.
Marcelo Berenstein
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