Tener asegurada una salida laboral sin una motivación no garantiza una inserción plena. Es necesario contar con una verdadera motivación para poder sostener las dificultades que se pueden presentar
La tradición pude ser un guía para elegir una carrera, pero no una cárcel. Las generaciones muertas suelen oprimir el cerebro de los vivos con la frase: todo tiempo pasado fue mejor.
La colisión entre el sentido común, que se adapta al cambio, con repetir el pasado, es lo que impide un vínculo positivo. En lugar de ir contra la libre elección, el mérito y el progreso, se precisa asociarlos. El pasado moldeó muchos cerebros y alienta la puja entre las tradiciones con el presente que duda y con propiciar un mejor futuro para los jóvenes, en un mundo que cambia.
Hoy las universidades arman sus programas en relación a dar la seguridad de conseguir empleo.
En Japón ya no existe el seguro de empleo de por vida y en EEUU, se producen cambios en los planes de estudio, derivados de que los objetivos apuntan principalmente a la salida laboral.
El Thomas College, en Maine, se promociona como una institución que garantiza el trabajo. Así el egresado que no consiga empleo en los 6 meses posteriores a graduarse recibe clases gratis. Louisiana, en Lafayette, eliminó su especialización en filosofía, por no tener salida laboral.
En la Universidad de Austin, Texas, los estudiantes analizan la obra “La muerte de un viajante”, de Tennessee Williams, que cuestiona el sueño americano. Allí se capacita sobre el trabajo a distancia, cómo hacer un CV y a manejarse en una entrevista de empleo. Todo responde a una demanda de los estudiantes: ¿qué pasará conmigo después de la graduación?
En los años 70 el 37% de los estudiantes se preocupaba por su futuro laboral, mientras que el 73% restante por una filosofía de vida. Hoy el 80% tiene como meta hacer fortuna.
Esta tendencia actualiza una paradoja, ¿Qué está primero, el huevo o la gallina. ¿La universidad debe estar al servicio de la demanda laboral? Como es parte del mercado: ¿Deberá adaptarse a las necesidades de sus clientes que reclaman un retorno de la inversión?
La figura del ingeniero conduciendo un taxi se ha hecho tan popular que genera incertidumbre.
Pareciera que una carrera tradicional como la ingeniería ya no es tampoco un seguro laboral.
La elección de una carrera es racional, emocional, o transitoria, hay muchos estudiantes que van cambiando de carrera sobre la marcha. Esta situación lleva a cuestionarse si, antes que nada, no debería meditarse sobre para qué uno está en este mundo y luego qué estudiar para conseguirlo.
La promesa de salida laboral siempre corre el riesgo de no cumplirse y de no concretarse y conlleva el riesgo de frustrarse ya que la masa de profesionales insatisfechos es muy abundante.
Es en este punto es donde cobra mayor relevancia la capacidad de descubrir el talento para luego desarrollarlo. Más allá o más acá de la formación académica, existe la delicada tarea de detectar las opciones, sin pretender sentarse a una mesa donde la comida ya esté servida.´
Cómo descubrir al genio interior
Dicen que el niño es el padre del hombre. Al observarlo con atención se advierten características que lo definirán en su edad adulta.
Es importante descubrir sus rasgos positivos y desarrollarlos. Y también los negativos para evitar que se hagan crónicos. Hay que estimularlo para que llegue enriquecido a la adultez.
La cultura del ejemplo señala que la principal herramienta del aprendizaje es la imitación. El cerebro no es una pieza perfecta como la mano que reemplazó a la garra. Es el resultado de la evolución y la educación no enseña a armonizar sus partes, que son los instintos, las emociones y los pensamientos; como a un soldado se le enseña a usar el arma.
Sus maestros son sus padres, pero tampoco aprendieron a usar su cerebro y todo esto crea una disonancia cognitiva que es la discrepancia entre lo que se cree con la realidad.
Deriva de una formación que lo lleva a no razonar, a sacar conclusiones sin base firme, a centrarse en atributos no esenciales, a generalizar a partir de pocos casos o atribuirse como propios éxitos externos a su gestión y a tener un pensamiento que apuesta a todo o nada. La información que recibe el cerebro supera a su capacidad de procesarla. El cerebro crece naturalmente, como la lechuga. Sale del paso con reglas automáticas, desfasadas de la realidad. No desarrolla la materia gris y sostiene teorías obsoletas para leer el mundo.
Década del cerebro. (1990-2000)
En ella la neurociencias descubrieron cómo funciona el cerebro. Mediante las neuroimágenes se pudo observar al cerebro cuando piensa. Pero sus avances no llegan a las aulas. Si resucitara un maestro del siglo XX podría enseñar hoy.
La inteligencia clave es la vocacional porque es la que le da sentido a la vida.
La sociedad de consumo ofrece un radar que lleva a imitar a ricos y famosos. En cambio, la brújula interior conduce a conocerse mejor a uno mismo. El Ego es una máscara del Yo que es impuesta por el medio. Tomar conciencia despierta al Yo que permanecía dormido.
La teoría de las inteligencias múltiples
Tenemos un genio interior. La educación no sabe detectarlo ni desarrollar su potencia. Así el talento, las virtudes y capacidades esenciales no crecen. La escuela debe estar preparada para descubrirlos, sin cortarle las alas a nadie. Ser uno más es ser uno menos, para que exista el genio antes hay que descubrirlo.
Quien descubre su genio genera un poder interior que se conoce como empowerment.
La herramienta para lograrlo es la orientación vocacional o profesional para reconvertirse, redescubrir el genio interior y desarrollar su empowerment. La orientación vocacional no se limita a encontrar el llamado de la vocación. Analiza las destrezas asociadas con ella y con el mercado laboral. No basta con descubrir la vocación. Hay que desarrollar al genio interior, para que no quede atrapado dentro de la lámpara de Aladino.
Las inteligencias complementarias
Una vez descubierta la inteligencia principal hay que activarla. Si la energía no circula se estanca. Es necesario activar las inteligencias complementarias, la emocional, la creativa y la estratégica. Saber fabricar ideas, descubrir oportunidades, neutralizar las amenazas, centrarse en el aquí y el ahora. Se necesita armonizarlas con disciplina y entrenamiento para superar las trabas que suelen bloquearlas.
La búsqueda debe ser activa, la actitud es lo que vale
El iluso crea castillos en el aire, el optimista ve tan solo el lado positivo. El esperanzado activo es el que logra que las cosas ocurran. Meditando se logra la atención plena que activa las emociones positivas y a la inteligencia social. Y restringe las áreas conectadas con las emociones negativas.
Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza
Por eso el creador cuando es innovador es el mejor imitador de Dios en la tierra .De la nada que es su vocación aprende a convertir su espíritu en materia. Orientación vocacional y metodología intelectual asocian y combinan la inteligencia fluida recibida de Dios con la inteligencia cristalizada, propia del hombre. El principal recurso para descubrir al genio interior es la educación. El que le sigue en jerarquía es el tiempo. Hay gente que necesita chocar varias veces con la misma piedra en lugar de hallar tempranamente el llamado de la vocación. No hay que quedarse con una única vocación sino aprovechar el tiempo libre para desarrollar otras latentes, ya sea por no contar con las destrezas que requieren o porque no exista mercado para la principal. Con respecto a la vocación siempre es útil tener presenta la frase de Séneca:
“No hay vientos favorables para quien no sepa a dónde quiere llegar”
Las universidades ya inscriben para el ciclo 2022
Vocación, salida laboral, duración, distancia a la facultad, costos y demás factores se analizan entre los interesados.
Antes de ingresar a la vida universitaria se requiere un trabajo exhaustivo por parte del futuro estudiante. Inscribirse no significa elegir, habiendo realizado un trabajo previo de reflexión, búsqueda de información, charlas con profesionales, y diferenciar gustos de profesiones.
Es necesario analizar la oferta de carreras y preguntarse: ¿para qué quiero estudiar una carrera?, ¿de qué quiero trabajar en un futuro?, ¿qué intereses quisiera desarrollar?, ¿qué conocimientos me gustaría adquirir?, ¿dónde quisiera prepararme?, ¿cuánto tiempo deseo estudiar?
Las respuestas se basarán en aspectos personales y otras en el mundo educativo y laboral.
Cómo elegir una carrera
Esa elección es una de las primeras grandes decisiones en la construcción del proyecto de vida. El joven cuenta con habilidades a reconocer para establecer contacto y analizar la oferta de profesiones que se ofrecen. Debe barajar las opciones, y otorgarle tanta importancia a qué carrera a estudiar como a dónde llevarla a cabo.
El análisis incluye facultades, horarios, habilidades, costos y más. Es útil informarse bien sobre los perfiles diferenciales que ofrecen las instituciones, dado que ese será un sello distintivo que determinará su formación integral y lo hará cualitativamente diferente de otro profesional.
No todos los jóvenes están seguros de querer dedicarse toda su vida a una carrera en la que deben inscribirse alrededor de los 18 años. ¿Deben avanzar en el proceso con esas dudas? La vocación es un proceso paulatino que se construye a lo largo de la vida, es un llamado interior a desplegarse, a ser cada vez más uno mismo, a saber que lo impulsa a avanzar.
Los jóvenes deben tomarse el tiempo adecuado para anotarse en una carrera. Esta búsqueda está ligada a múltiples caminos donde florece la vocación dentro un escenario de convicciones.
Con relación a la carrera: conocer el plan de estudios, las actividades que se pueden desarrollar con esa titulación, horarios, posibilidades de movilidad internacional que ofrece.
Con relación a la universidad: identidad y misión de la institución.
Con relación a la modalidad de ingreso: si tiene curso de ingreso, si es eliminatorio, cuáles son las materias que la integran, fechas y horarios de los cursos de ingreso.
El rol los padres
El ingreso a la universidad es un momento bisagra en la vida familiar. Tal elección es un hito en la vida del estudiante pero también en la de los padres.
El autoconocimiento es imprescindible a la hora de elegir una carrera, tanto como la importancia que otorga a las opiniones de los adultos más cercanos. Los padres pueden tener un rol de acompañamiento, siempre y cuando tengan claro quién es el protagonista.
Una forma de colaborar con ellos es comprar la Guía del Estudiante 21/22 con la oferta completa de carreras. Los padres como agentes socializadores tienen un rol fundamental, ya que uno de los pilares fundamentales para poder tomar una decisión vocacional es el autoconocimiento.
El joven debe considerar sus características personales, habilidades, aptitudes, gustos, intereses, motivaciones, su potencial creativo, sus valores para poder confeccionar un perfil vocacional acorde a sus inquietudes. Otros puntos a tener en cuenta por los adultos a cargo son: Promover un espacio de confianza y apertura al diálogo. Ayudarlos a conocerse, promover que se cuestionen. Fomentar y acompañarlo en la búsqueda de información. Ser empáticos y pacientes. Acercarles testimonios de otros profesionales. Los adultos no deben inculcarles sus propias expectativas, temores o proyectos frustrados. Es esencial reconocerlos como seres singulares con sus propios deseos, necesidades y modos de transitar este proceso.
“Pero, ¿de qué vas a vivir?”
La preocupación es recurrente entre padres cuando eligen una carrera donde la salida laboral es limitada. Se trata de un «antagonismo engañoso», ya que nadie toma esa decisión basándose en un sólo factor. Existen muchas maneras de vincularse con los propios intereses y de desarrollar una vocación. Con respecto a la salida laboral, no es tan sencillo predecir el desarrollo de una carrera y poder anticipar cuales garantizan el empleo. Sobre la presunta seguridad para el futuro el mundo está en permanente cambio y va planteando diferentes necesidades, las cuales varían en función de las diferentes zonas geográficas.
Cada carrera tiene campos ocupacionales que se vinculan con lo laboral de modos diferentes, lo cual hace más compleja la predicción. No es correcto inclinar la balanza Elegir una carrera por lo laboral es una motivación endeble ante las exigencias de una formación universitaria.
Tener asegurada una salida laboral sin una motivación no garantiza una inserción plena.
Es necesario contar con una verdadera motivación para poder sostener las dificultades que se pueden presentar. El despliegue de la vocaciónes mucho más que un trabajo, incluye todo lo que es profesional, pero también lo excede. Pensar en la salida laboral como prioridad es sesgar la experiencia, se debe poder poner énfasis en las habilidades, los intereses y los valores.
Nuevas modalidades
Muchos no tienen acceso a la formación para aspirar a trabajar en empresas tecnológicas. Eso y la convicción de que el trabajo de programador será cada vez más remoto, llevó a crear Microverse, una empresa que no cobra por la formación hasta que el alumno consiga trabajo. Les importa que sea en forma remota, eso implica educar sus habilidades blandas, porque debe trabajar en otra franja horaria, en inglés y con otras culturas. Cada alumno marca su propio ritmo, algunos terminan en 6 meses y otros más de un año.
El curso cuesta 15.000 dólares. A partir de conseguir trabajo, debe abonar el 15% de su salario hasta completar el pago. Lambda School es otra escuela que sólo está disponible para EEUU. Lambda creció muy rápido y debió pagar el precio y prometer menos para poder cumplir. Microverse se abre a los 213 países que existen, eso la diferencia y la distingue de Lambda.
La inteligencia vocacional es la clave del éxito, se puede hallar en una empresa o aprendiendo a crear el propio trabajo. Como el futuro no existe debemos inventarlo. Al talento natural, al poder duro de la razón y del conocimiento tecnológico hay que sumarle las habilidades blandas. Aprender a ser, a aprender, a hacer, a convivir y a desaprender lo que ya no sirve, eso que traba y encarcela al pensamiento. El futuro está sentado en el banco de la escuela y debe conducirlo la ciencia de los métodos. Porque los métodos constituyen la mayor riqueza del hombre.