Una idea nacida hace 10.000 años logró que la naturaleza haga lo que el hombre quería. Fue la invención de la semilla Así pudo afincarse y almacenar. Hace 5000 años el hombre aprendió a leer y escribir. Desde allí la evolución se hizo explosiva y acelerada. Fue la primera tecnología creada por el hombre y las tecnologías modernas dependen de ella. Borges dijo que somos lo que somos por lo que leemos y Newton afirmó: no soy un genio, estoy parado sobre las espaldas de gigantes. El hombre no es fuerte cómo el elefante, no puede nadar bajo el agua como el pez, ni puede volar como el pájaro, ni cambiar de colores como el camaleón, precisa a sus padres para sobrevivir, y sin embargo pudo dominar el planeta. Ese poder fue logrado gracias a su capacidad de comunicación que ninguna otra especie pudo imitar. Fue la invención del lenguaje verbal la que le permitió compartir ideas, teorías, conocimientos, miedos y esperanzas. El hombre es el único ser que pudo grabar el alfabeto en su cerebro.
Múltiples conexiones posteriores surgieron de esa capacidad, aunque a primera vista no estaban relacionadas. Así, la imprenta de Gutenberg fue mucho más allá de la lectura. Muchos lectores advirtieron que eran cortos de vista, aumentó la demanda de anteojos; eso alentó la experimentación con lentes que llevó la invención del microscopio, y luego a descubrir las células. La chispa de la lectura encendió el cerebro humano.
En 1582 Galileo estudiaba en la Universidad de Pisa y quedó fascinado por los vaivenes de un candelabro. Advirtió que sin importar la amplitud del arco, la lámpara tardaba lo mismo en ir y volver. Y lo midió con su pulso, el único reloj confiable de la época. A los 70 años, desarrolló un reloj más exacto basado en el isocronismo del péndulo. Y en el siglo xvii el astrónomo Huyghens logró construirlo y patentarlo.
Desde entonces, dispositivos más exactos hicieron posible la tecnología de la revolución industrial, las computadoras, Internet y la exploración espacial. Estaremos siempre en deuda con muchos conocimientos aparentemente inútiles.
Un bello ejemplo de observación creativa sucedió cuando a Newton le cayó una manzana en su cabeza. En lugar de maldecir por lo que había pasado, aprovechó para descubrir la ley de la gravitación universal. Como dijo Pasteur el azar sólo favorece a las mentes preparadas. Una buena observación es el input que provoca procesos que desembocan en el output: es la idea que resuelve el problema que la observación plantea.
A fines del xvii un conocimiento combinó la energía de los combustibles con tecnologías de producción en serie, educación, medios de comunicación y cultura de masas. La riqueza surgió de la ciencia. La ciencia no se adueña de la verdad pero se acerca. La economía del saber agrega a los recursos tradicionales -tierra, mano de obra y capital- el conocimiento. El conocimiento recolector encontró alimentos, el agrario los hizo crecer, el industrial los fabricó, el saber usa la mente: pensando, inventando, aplicando, experimentando. Descubrir el fundamento de la época que nos toca vivir es el desafío del presente. Si para Heráclito lo constante es el cambio, para Parménides se mantienen las esencias.
Invertir en los inventos. Desde los albores del siglo veinte los emprendedores que no cuentan con los fondos suficientes para hacer realidad sus proyectos, cuentan con una “ayuda celestial” para financiarlos. Quienes encarnan esta solución son los “inversores ángeles”. En un mundo donde las alternativas de inversión no abundan, seduce la idea de salir de lo convencional, diversificar el riesgo y multiplicar las ganancias.
Ni bonos de naciones exóticas, ni canastas de monedas, ni futuros de commodities. La propuesta es más tangible y recluta adeptos: apostar a proyectos nacientes, financiarlos y tomar parte en el crecimiento. Estos inversores invierten a cambio de una participación accionaria.
Una característica común es que tienden a agruparse en asociaciones. Son clubes que agrupan inversores que deambulan por el mundo con dinero en la mano buscando proyectos innovadores que prometan ganancias jugosas. Ya existen 400 mil inversores ángeles nucleados en 300 clubes.
Falsas predicciones. Veamos lo que se creía sobre las computadoras. No sirve para nada (George Bidell, sobre la máquina de Babbage, 1842) El llamado teléfono no tiene valor (Western Union, 1876) ¿Para qué coño sirve? (Lloyd, de IBM sobre el microchip). No te necesitamos, no tienes título universitario (Hewlett-Packard, ante el pedido de empleo de Steve Jobs) No hay razón para que alguien tenga una computadora en el hogar (Olson, de Digital Equipment Corporation 1977). Hay mercado para unos 5 ordenadores en todo el mundo.(Watson, presidente de IBM, 1993).
Robo de ideas. Una preocupación común entre los inventores es el temor a contarlo y que alguien les robe la idea. Hay que diferenciar entre que a alguien se le ocurra algo con tener una idea. Sin un desarrollo quien escucha está en las mismas condiciones para emprender y sacarle provecho. Robarla parecería algo fácil si todo lo que se sabe de la idea puede ser transmitido en una charla. Eso no es una idea, es una ocurrencia.
En el caso de Officenet Andy Freire y Santiago Bilinkis tuvieron la idea de “vender insumos de oficina a empresas por catálogo e internet”. Antes de hablarlo con alguien trabajaron en entender el mercado, la mejor manera de atacarlo con un plan de acción y con proyecciones financieras serias. Al momento de sentarse a hablar con los inversores estaban sólidamente equipados por su investigación previa. El objetivo de quien tiene una idea es llegar a ser la persona ideal para llevarla adelante. Después de todos esos meses de preparación, sentados frente a los posibles inversores, si estos hubieran tenido malas intenciones el dilema de ellos sería: ¿trato de conseguir una persona mejor para conducir el proyecto? Ya no sólo robar la idea era difícil, era posiblemente inconveniente. Hecho el trabajo a conciencia no hay nada que temer.
Vivir de los inventos. Hay personas que ven los problemas o las quejas y las convierten en oportunidades de negocio. Pero sólo avanzan con ideas que les parecen viables. En la Argentina hay 3000 inventores amateurs, sólo unos 30 son profesionales, son los que logran vivir de sus inventos.
Más allá de los estereotipos que existen sobre la figura del inventor, los que son profesionales, tienen un objetivo muy claro: «inventar algo que la gente esté dispuesta a comprar; que cuando lo vea, inmediatamente entienda qué es y para qué sirve, y que le solucione un problema.
Maclen es ingeniero mecánico y trabajó en relación de dependencia hasta que se dio cuenta de que su mujer, farmacéutica, envasaba las fórmulas magistrales en frasquitos. Entonces se preguntó por qué no envasarlos en blíster. Así, investigación mediante, porque no era un tema que manejaba, inventó una máquina emblistadora para medicamentos que se producen a pequeña escala, además de los insumos que ésta requiere.
Al inventor profesional no le basta con tener ideas o patentes; hace falta que tengan valor comercial: «Lo pienso, lo digo, lo hago y lo vendo. El fin es venderlo. Y por supuesto no es fácil. Pero cuando saben que sus proyectos pueden rendir económicamente, buscan inversores o éstos les compran parte de su empresa o la patente. En otras ocasiones arriesgan su propio capital o los convocan ellos para que desarrollen algún invento.
Carlos Arcusín se «el Maradona de los inventos», por haber insertado en el mercado unos 30 proyectos. Trabajó varios años en la industria alimentaria, donde inventó máquinas e implementos para resolver sus problemas cotidianos. En 1985 patentó su primer invento: un sistema para envasado. Años más tarde, en 1989, introdujo un gran aporte: la jeringa autodescartable. Pero como él mismo dice, la forma de comercialización puede variar en cada invención. Por ejemplo desarrolló un equipo de cocción de hamburguesas sin humo ni olor a pedido de Pumper Nic. Resolvé este tema y te lo compramos, le plantearon desde la cadena de comida rápida. Y así lo hizo. En el caso de la jeringa se le ocurrió la idea a él y por ser un aporte tan importante para prevenir el contagio del sida logró patentarla rápidamente y logró el reconocimiento a nivel mundial.
Agilizar los trámites. Muchos obstáculos pasan por las trabas burocráticas. Necesitan que les faciliten los trámites y el asesoramiento. Las patentes benefician al país y se precisa una política de Estado de educación de la creatividad y de resguardo de las patentes e incentivos a la invención.
El Índice de Innovación Global mide la cantidad de patentes que llegan al mercado. Argentina tiene el puesto 63, por las condiciones adversas del contexto, a pesar de contar con un alto «coeficiente de inventiva» y ser el país mejor posicionado en América latina.
La lentitud de los trámites para patentar un invento tampoco es alentadora. En Argentina se tardan ocho años, en Chile no supera los cinco, en Estados Unidos el trámite no demora más de un año y medio, y en Europa, no más de dos. Los profesionales coinciden en la importancia de que el trámite esté bien hecho para evitar que ocurran plagios. Por eso existen los agentes de patentes, pero implican mayores costos.
La parte de la inspiración es la más agradable, atractiva y fácil para el inventor, pero como dijo Edison “el genio es un 10% de inspiración y un 90% de transpiración”. Hay que ponerle mucha energía, tiempo y trabajo. Es una profesión de alto riesgo, son pocos los que se animan a sacrificar tiempo, esfuerzo y dinero en algo que dará frutos años después, si es que los da. Y a eso hay que sumarle el tiempo que lleva cada proyecto.
Fuentes de inspiración. El emprendedor es el que le da forma a las ideas. Las crea o copia e innova sobre las existentes. Nada surge de la nada, por eso las ideas surgen del conocimiento y la experiencia . También es importante la actitud de estar atentos al cambio, dado que una idea también tiene su timing, su momento de oportunidad. Como el futuro no existe debemos inventarlo. Hay especialistas que tienen el martillo de su saber y siempre ven un clavo. Hay otros que se apartan de la lógica y usan la imaginación.
Dijo Einstein que la lógica siempre lleva de A a B y la imaginación lleva a cualquier parte. Internet ha estimulado formas de hacer negocios, empleando el comercio electrónico, los mercados virtuales, publicidad online, etc.
Valve Corporation -laplataforma de juegos online- tien 400 empleados, pero sin que se le parezca a la organización tradicional. El empleado es un emprendedor que decide en qué quiere participar. Y todo se decide por consenso dentro de cada equipo de proyecto. Valve está valuada en 4000 millones de dólares y su producto estrella, Steam, tiene 55 millones de clientes y vende el 70% de los juegos que se comercializan online.
Yo S.A, una fábrica de ideas. Ver la oportunidad es la puerta de entrada del cerebro. La salida son las ideas que surgen de concentrarse en la tarea. La vida es una fuente de oportunidades, hay que salir del piloto automático para detectarlas. Un señor hace más de 100 años decidió cambiar su estilo de vida que lo aburría y decidió seguir su deseo de inventar. Aplicó la observación creativa para observar la realidad.
Pudo ver que los hombres se lastimaban la cara al afeitarse. De allí nació la idea de fabricar una máquina de afeitar. Luego convirtió su idea en materia. Esto demuestra que el creador cuando es innovador es el mejor imitador de Dios en la tierra, que para eso lo hizo a su imagen y semejanza. Debe aprender a convertir su espíritu en materia.
Sin embargo las personas se enamoran de la rutina en vez de aplicar la destrucción creativa. El exitoso sigue haciendo lo mismo sin percibir que otros pugnan por superarlo. Sólo el que se destruye a sí mismo evita ser imitado. Siempre estará un paso adelante. Einstein definía a la locura como querer mejorar pero seguir haciendo lo mismo. Lo importante es que las buenas ideas señalen el camino.
En los próximos 5 años los robots eliminarán 7 millones de empleos mientras que la tecnología creará 2 millones de empleos nuevos. El 65% de los que ingresan a la escuela primaria tendrán empleos que hoy no existen. Si no te preparas y preparas a tus hijos en destrezas técnicas, en saber emprender e innovar, pueden sucumbir ante la ola tecnológica. El agente para adaptarte a los cambios y producir ideas es tu cerebro.
Dijo Borges que: “Descubrir lo desconocido no es una especialidad de Simbad el marino o de Copérnico. No hay hombre que no sea un descubridor. Empieza descubriendo lo amargo, lo salado, lo cóncavo, lo liso, lo áspero, los siete colores y las letras del alfabeto; pasa por los rostros, los mapas, los animales y los astros; concluye por la duda o por la fe y por la certidumbre casi total de su propia ignorancia”.
El mañana no es una fecha, ni un lugar. Es una construcción de la cual participamos todos y donde cada uno de nosotros hace la diferencia.
Dr. Horacio Krell. Director de Ilvem, mail de contacto [email protected]
Cultivar a los pequeños amor por la ciencia, resulta tan fácil como ver «Experimentos al ataque» un programa para aprender haciendo experimentos con materiales que se pueden encontrar en casa. Mira los vídeos y dinos que opinas. Programas educativos, entretenidos y de calidad existen solo hay que divulgarlos.
Saludos
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