Dr. Horacio Krell*
Hay dos fuerzas opuestas y poderosas que influyen en la mente humana. Una es proactiva y estimula a aprender. La otra es pasiva e induce a ahorrar energía, tiempo, y dinero.
El pensamiento positivo y el conservador suelen entrar en conflicto. La educación debería incentivar a cada uno a ser el arquitecto creador de su propio destino y proponer una suerte de seguro educativo que aliente el desarrollo de la capacidad. Si prevalece el pensamiento negativo, la mayoría se conforma con operar tan solo al 10% de su capacidad potencial.
A la actitud negativa se le suman las carencias metodológicas. Como dijo Nietzche los métodos son la mayor riqueza del hombre. Mientras que el conocimiento crece exponencialmente el conservador es pasivo y prefiere lo malo conocido que lo nuevo por conocer. Sin actualizarse el cerebro disminuye su capacidad de adaptarse a situaciones nuevas y detiene su inteligencia.
El seguro se aplica al conocimiento y a la capacidad de aprender
Se trata de saber usar el cerebro eficazmente para estar siempre actualizado. Los países que lideran en el mundo son los que apostaron por la educación del cerebro. En los países que atrasan su gente lee 4 libros por año en promedio, mientras que en los países que lideran, llegan a 40 libros por año.
El seguro para el cerebro es una iniciativa en desarrollo que permite mantenerlo entrenado y optimizado para el estudio, el trabajo y los negocios. Con una muy accesible prima anual se cubriría a la familia y/o a los integrantes de cualquier empresa o institución.
Fueron miles de años
En ellos los humanos vimos caer las cosas sin conocer la ley que generaba ese movimiento. Pero cuando una manzana, que luego se hizo famosa, cayó sobre la cabeza de Newton, él aprovechó el accidente para descubrir la ley de gravedad.
La evolución creció desde el primitivo cerebro del reptil que operaba según los instintos, luego el mamífero incorporó el amor por sus crías y, por lo tanto, las emociones, y con el tallado del alfabeto en el cerebro, pudo pensar de un modo tal que ninguna otra especie pudo imitar.
La inteligencia es la capacidad de resolver problemas. Es comprender la situación, inventar la solución y actuar en consecuencia. El problema es un motor para el pensamiento.
Nadie puede ser obligado a pensar
La existencia de un problema abarca tres etapas: aceptarlo como tal, que esté al alcance intelectual del sujeto y que quiera resolverlo. Un problema no se resuelve de memoria. Si se conociera la solución no lo sería. La costumbre es enemiga de las ideas y el deseo de descubrir lo que otros no pueden ver, moviliza la energía del creador.
Las ideologías buscaron siempre darle un sentido a la vida, justicia y hasta un futuro feliz. Pero arrojan un balance de violencia, asesinatos, guerras, terrorismo, campos de concentración y genocidios.
A los nacionalistas, fascistas, racistas, terroristas, imperialistas, providencialistas o neoconservadores los unen ideales absolutos, ciertos, ineludibles y guiados por una fe ciega, y por un dios, una ciencia, un racismo científico, raíces ancestrales o una identidad indudable.
La creencia ciega es infranqueable a la crítica y al pensamiento. El creyente no razona y cuando dice “yo pienso así”, se refiere a una creencia oculta disfrazada detrás de esa palabra.
Hoy las divisiones ideológicas recrudecen bajo la forma de luchas irreconciliables. A diferencia de las ciencias duras, las humanas avanzan bastante poco y se estancan por los prejuicios.
La inteligencia funciona según la competencia que se tiene. Bill Gates es brillante en tecnología, pero un jardinero lo supera en mantener un jardín.
El doctor Isaac Asimov (1920-1992), fue un escritor de ciencia ficción y decía en sus memorias:
En el ejército mi intelecto fue 60% por encima de lo normal, pero al día siguiente estaba en la cocina cumpliendo mi deber. Soy muy bueno en pruebas de inteligencia. Mi mecánico no podría superarlas. Sin embargo, escuchaba sus dichos como si fueran oráculos divinos. Si él hubiese diseñado pruebas, yo no podría superarlas. Si tuviera que realizarlas con mis manos, lo haría mal. Mi inteligencia es una cuestión de la sociedad en la que una minoría ha logrado imponer a los demás las normas.
Mi mecánico me preguntó un día: ´Doc, un sordomudo entró en una ferretería a pedir clavos. Puso dos dedos juntos e hizo el movimiento de martillar con la otra mano. El empleado le trajo un martillo. Sacudió la cabeza y señaló a los dos dedos. El empleado le trajo los clavos. Al rato entró un ciego buscando tijeras. ¿Cómo cree que preguntó por ellas? Levante mi mano derecha e hice un movimiento con los dedos. Mi mecánico se rio y dijo: Él usó su voz y pidió tijeras. Estaba seguro de que no acertaría. Usted es tan educado que no podría ser muy inteligente.
La mente posee dos sistemas
Uno es rápido y automático, da respuestas de memoria, el otro es racional y se ocupa de las actividades complejas.
El sistema 1 es automático y rastrea la información adecuada, según la ley del menor esfuerzo.
El Sistema 2, es más lento y prudente. Observa y controla el pensamiento y las acciones sugeridas, dejando que actúen o reprimiendo o modificando sus sugerencias. Muchas acciones no se analizan. Las consecuencias son decisiones apresuradas, errores frecuentes, opiniones sesgadas, juicios subjetivos y respuestas intuitivas.
El Sistema 2 posterga sus sugerencias e invierte su tiempo en un esfuerzo cognitivo. Cuando la racionalidad vence, lo hace a partir de sus errores más que de sus triunfos.
Prejuicios comunes
El efecto Halo resuelve según pistas parciales y atractivas. La ilusión de validez hace confiar en predicciones infundadas. El Sistema 1 está más preparado para creer que para dudar y salta a conclusiones precipitadas. El fanatismo y los dogmas se basan en la ignorancia, por eso el escepticismo es tan impopular. La racionalidad puede domar a los sesgos naturales, examinar los prejuicios y asumir que errar es lo natural y que las nuevas ideas llegan de golpe. Para Sócrates: “Una vida sin examinar no merece ser vivida”.
Técnicas anti prejuicios
1. Método del abogado del diablo. Analiza los planes para tomar conciencia de los peligros.
2. La indagación dialéctica. Realiza un contra plan para conocer los pro y los contra.
3. La perspectiva externa. Compara el plan con otras estrategias.
Una cosa es la percepción y otra la realidad
La percepción nos hace creer que es el sol el que se mueve y no la tierra. Provoca la parálisis por exceso de análisis tanto como errar por apresurarse. La percepción se debilita por la arrogancia y por falta de métodos o incentivos.
El pensamiento natural va derecho a la acción. Eso está bien para combinar la corbata con el traje. El intuitivo no tiene que justificar su decisión, juzga a la gente por su cara. El mundo es resultadista, pero se puede perder jugando bien. La clave es separar decisiones de resultados.
La educación castiga el error, premia poco al que acierta y no castiga al indeciso. Lo incentiva a no hacer nada. El miedo a fracasar inhibe. El que no hace no se equivoca pero tampoco aprende. El deseo nubla la razón, mientras que el consenso es lento, pero mejora la decisión. La sociedad de consumo ofrece un radar para imitar a ricos y famosos. Hay que hallar la brújula interior y conocerse. Dijo Séneca: “no hay vientos favorables para el que no sabe a dónde quiere llegar”.
La naturaleza del prejuicio
Se excluye gente por prejuicios que marginan por pertenecer a una raza, etnia o grupo social. Resulta más fácil despreciar que discutir, agredir que razonar, imponer que convencer. La herramienta es lanzar afirmaciones sin pruebas y estigmatizar al otro. Pocos advierten que los tienen y practican. La ciencia alumbra paradojas y los destierra.
Darle paso a las ideas
Para Einstein “es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación reglada”. Para tener una gran idea se necesita curiosidad. Las mayorías trabajan en relación de dependencia y hacen lo que se les dice. Dijo Einstein que “el arte llega a las verdades más profundas por el camino más sencillo”. Sus profesores desconfiaban de él. Pero sentó las bases de la revolución científica con su teoría de la relatividad.
Ortega y Gasset dijo: “la teoría de Einstein es una maravillosa justificación de la multiplicidad en armonía de todos los puntos de vista”. La ciencia debe aprovechar el arte para acercar y transmitir aspectos desconocidos que enriquecen la divulgación científica. Las ideas de Newton aludían a magnitudes absolutas, independientes de los hechos. Eran el escenario donde ocurrían.
Las apariencias engañan
Newton propuso que tiempo y espacio se modifican por los hechos y por su velocidad. La subjetividad alude a la interpretación por creencias previas. No es posible separar lo subjetivo y lo objetivo, son visiones que operan como referencias.
Eso modifica la noción de percepción y del proceso mental que para la psicología tradicional poseían un carácter absoluto, la psicología«Gestáltica», sostuvo que el contexto la condiciona. La realidad es modificada por la psicología del observador. Abandonar las posiciones extremas logra el pluralismo de ideas y el abandono delos fanatismos. La convivencia fue impulsada por la teoría de la relatividad, su repercusión se extendió más allá de lo imaginable.
Adaptarse a situaciones nuevas
Para Einstein el hardware no era lo importante, sino el software que lo hace funcionar. Lo genético es la constitución física y ciertas aptitudes, pero la cultura brinda un repertorio para elegir. La inteligencia situacional se conecta con la práctica.
Se refiere tanto a la capacidad del individuo como a la situación que la facilita o que la dificulta.
Los tests de inteligencia tradicionales desconocen el carácter situacional. La ven como una propiedad fija y abstracta, donde unos son más inteligentes. Pero el rendimiento cambia en función del ambiente físico y psicológico. El conocimiento nuevo forma un repertorio que define nuevos patrones. Adaptarse a situaciones nuevas es la mejor definición de inteligencia.
También influye la presentación del problema
Algunos reaccionan bien ante un contexto visual y no ante un examen escrito, algunos se motivan por un desafío y otros se paralizan.
Hay que tomar con pinzas el test, es mejor ver si uno es capaz de agregar valor a la situación. Somos ignorantes o inteligentes en medios distintos. El saber conforma los modelos mentales.
Un ser inteligente se basa en el conocimiento, posee iniciativa, aprende durante la experiencia y anticipa los sucesos. El primer paso es la realidad, está ahí, pero lo que vale es la percepción.
El segundo es generar y elegir alternativas. El tercero es la acción. La acción inteligente proviene de la percepción, del estado interno, de sus objetivos y de integrar el conocimiento para intuir el futuro. Para Bernard Shaw “la persona razonable se adapta al mundo, la persona irrazonable adapta el mundo a él”. El progreso depende de la persona irrazonable”.
El tiempo real
Es una traba para las acciones y sus efectos, porque los resultados se ven largo plazo. Para evitar la reacción tipo estímulo-respuesta conviene generar una memoria del ambiente, para que la acción se sitúe y propicie la toma de conciencia. Si p entonces q, pero si hay varios p, hay que aprender a priorizarlos. La inteligencia opera en un entorno, al que filtra con creencias y deseos, interpreta, hace planes y las intenciones lo llevan a la acción.
Hay que jerarquizarlos. Si se lo revisa demasiado no se trabaja, si se lo revisa mal el mundo va en otra dirección y se vuelve inalcanzable. Fomentar el espíritu emprendedor permite rodearse de gente capaz sin amenazas, sino apelando al poder blando de la sugestión. Hay que aprender a liderar. Para Nietzche “no hay hechos, solo interpretaciones”. Giran según la posición del observador. Nada es verdad o mentira, todo depende del color del cristal con que se mira.
El alumno le enseña al maestro
Una señora con kilos de más (la alumna) visita al médico (el maestro) que le sugiere un régimen de comidas y ejercicios. Pero la mujer tiene una idea fija), y quiere una liposucción. El maestro insiste en cambiar sus hábitos alimentarios. Pero ella dice que su amiga quedó muy bien al realizarla. El médico insiste: es una intervención invasiva, cruenta y para casos extremos. Pero ella quiere ponerse la bikini. Los que aprenden llegan con diagnóstico y terapia. Solo necesitan a alguien que haga lo que le piden. Parecen alumnos pero no lo son. La tienen clara, no poseen apertura para escuchar y aprender.
El alumno aparente
Un estudiante consulta a un Neuroeducador para qué le indique cómo
mejorar. El profesional lo observa, le toma un test de inteligencia, otro para medir su velocidad y comprensión en la lectura, analiza sus hábitos de estudio y le dice: Tú necesitas cambiar tus métodos. El interesado le responde, “gracias profesor no tengo tiempo, tengo problemas inmediatos para resolver, veré como me arreglo, y lo haré más adelante”.
La anécdota es ilustrativa: el alumno tiene su diagnóstico y aplica su propia receta. La misión de educarlo no es posible si no asume la actitud de aprender. Y si el maestro no tiene un sólido dominio de cada necesidad y que sepa fundamentarlo, pues también hay docentes aparentes.
Procrastinar es dejar para mañana lo que debes hacer hoy. Finalmente o te decides a aprender o probarás con la ignorancia. Y todo sigue igual: que pase el alumno aparente que sigue.
El seguro para el cerebro
Incluye capacitación y entrenamiento. Requiere apertura para que un país lo autorice. La mente es como el paracaídas, solo funciona cuando se abre. La educación tal como atrasa y no asegura nada. ¿Quién triunfa entre lo duro o lo blando?
El junco es débil pero flexible y en la tormenta se dobla pero no se rompe. En cambio, el roble es muy duro pero ante el viento despiadado se quiebra. Para que sea la educación sea la industria pesada de un país debe atender a las habilidades blandas que son las que se adaptan con éxito a los cambios. Pero siendo muy importantes no se trabajan en la escuela.
Apuntan al autoconocimiento (inteligencia vocacional), a las relaciones (inteligencia social), a la resolución de problemas (inteligencia creativa), a reconocer y a manejar las emociones (inteligencia emocional), a plantear objetivos y planificar, (inteligencia estratégica) y a la conexión con los valores (inteligencia espiritual).
Las habilidades duras o cognitivas se centran en la experiencia, en contenidos y conceptos. Las blandas se dan en todos los contextos y hacen a las personas más felices, con conductas pro-sociales y con salud física y mental.
El presupuesto cognitivo debe equilibrar la educación reglada con la inversión en desarrollar la capacidad. Las habilidades blandas, las destrezas humanas, no se aprenden en la universidad. *