A menudo, el hecho de que desarrollemos un producto mínimo se confunde con dejar de lado funciones esenciales o llevar un producto semiacabado al mercado. Esto no es en absoluto así. Se trata más bien de desarrollar un producto que funcione de manera autosuficiente y satisfaga las necesidades de los usuarios.
El arte de desarrollar un producto que el mercado necesita no es tan trivial como a menudo se cree. Normalmente nos gusta poner de ejemplo a Steve Jobs y al iPhone 1: suponemos que sabía lo que los clientes querían sin que ellos lo supieran. Suena trivial, pero no lo es y ciertamente no lo fue, pero eso lo contaré más adelante.
Aunque siempre podemos construir sobre algo con productos existentes, ya sean físicos o digitales, con los nuevos desarrollos no es tan fácil. Si quieres construir una red social, echa un vistazo a Facebook para ver qué funciones proporciona y qué es lo que molesta a los usuarios. Entonces lo «reconstruyes» y añades tus propios deseos combinados con la experiencia de terceros.
En artículos anteriores, no me he cansado de pedir a los lectores que salieran a hablar con los clientes y entonces volvemos al desarrollo y adaptamos el RMP (el producto mínimo viable).
¿Pero qué sucede si todavía no hay ningún producto similar? ¿Qué sucede si no podemos reconstruir un auricular y hacer que nuestros clientes lo prueben para optimizarlo gradualmente? ¿Qué pasa si no podemos optimizar el software basándonos en la experiencia de miles de millones de usuarios de YouTube? ¿Qué hacer entonces? Volvemos a visitar a nuestros futuros clientes y les hacemos preguntas específicas sobre cómo imaginan el producto.
A continuación, recopilamos las respuestas y ajustamos las preguntas paso a paso hasta que recopilemos suficiente información para poder desarrollar un producto de la forma que el mercado (el que ni siquiera lo conoce y el que de alguna manera lo conoce) exige.
Steve Jobs se tomó la molestia de realizar innumerables encuestas para averiguar cómo la gente imaginaba un dispositivo que tuviera una cierta función. Sin limitaciones, ¿qué tipo de función alocada pedirían? Una y otra vez se ha dado un paso adelante en el desarrollo del primer iPhone, que por cierto, inicialmente era un iPad y luego se convirtió en un teléfono móvil. Jobs permitió que la gente expresara sus deseos, que revelaran sus problemas con los dispositivos existentes, que soñaran, que dejaran volar la imaginación… Fue un proceso largo, pero se ha convertido en una historia de éxito única.
Si tienes una idea, no importa lo increíble que sea, habla sobre ella. Haz las preguntas para recibir las respuestas que sean importantes para ti. Aprende una y otra vez a optimizar las preguntas y deja que las respuestas fluyan en tu concepto. Todo visionario ha pensado en una gran idea durante mucho tiempo, pero siempre involucrará a otros para hacerla realidad.