La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro de reformatearse hasta el último momento de la vida. Muchos no saben que puede ser inducida
Lo que nos hace verdaderamante humanos: son los recuerdos, deseos, valores y conocimientos, que se encuentran alojados en una telaraña de 100.000 millones de neuronas que pueden conectarse con hasta otras 10.000. Las neuronas “conversan” a través de las sinapsis, donde un axón toma contacto con una dendrita o con el cuerpo de otra neurona. Los impulsos eléctricos que circulan a través de redes permiten que la información se transmita de una neurona a la otra. La neuroplasticidad es la capacidad que posee el cerebro para adaptarse a los cambios, funcionar de otro modo y modificar las rutas que conectan a las neuronas.
Esto genera cambios en los circuitos neurales y en la organización general del cerebro.
La neuroplasticidad positiva crea y amplia las redes neuronales, la negativa elimina las que no usan. Lo que no se usa se pierde. La neuroplasticidad puede ser reactiva ante los cambios ambientales de corta duración o adaptativa si produce una modificación estable en la ruta de conexiones a través de la memoria y el aprendizaje. Piaget descubrió la evolución del psiquismo. La asimilación que logra que ninguna conducta, aunque sea nueva, constituya un comienzo absoluto, ya que se relaciona con esquemas anteriores (función de la memoria). Y la acomodación que es la modificación de la estructura causada por lo que se asimila (función del aprendizaje). La neuroplasticidad es reconstructiva cuando recupera las funciones perdidas y es evolutiva cuando la maduración en los patrones de conexión modifica la estructura por la influencia predominante.
Lo innato y lo adquirido
Los genes son los responsables del 10 % de las redes neuronales, el 90% se forma por las experiencias y por los conocimientos adquiridos. Los lóbulos prefrontales son lo último que se forma en el cerebro y completan su maduración a los 21 años. La forma de ver y actuar en el mundo, los planes y proyectos, el desarrollo personal, dependen de la eficacia de us funcionamiento.
Son los pilares de la neuromodelación consciente que es la que brinda el poder de planear el destino, la que permite escapar del condicionamiento que los genes imponen y la que que hace seguir, cambiar o remodelar lo que ya no se desea o crear nuevas rutas neuronales para los proyectos.
Reformatear el cerebro
El cerebro se modela con la actividad que se realiza. La Universidad de Londres comprobó que los taxistas que trabajaban en su profesión mejoraban cada año el hipocampo, es la región del cerebro que regula la memoria espacial. En 2002 comprobaron en Alemania que los músicos tenían más desarrollada la circunvolución de Heschl. En 2004 se verificó lo mismo en personas bilingües. La conclusión es que la actividad que se realiza crea neuronas.
Los ejercicios físicos preservan la salud cardiovascular, los cognitivos preservan la salud mental.
Para ser sabios al llegar a la vejez debemos reformatearnos. Usamos más el hemisferio izquierdo que automatiza las respuestas adquiridas, es lo que llamamos experiencia. El que aprende lo nuevo es el derecho y lo delega en el izquierdo que así adquiere la capacidad para reconocer.
Si por rutina comodidad dejamos de investigar se detiene la marcha. Como dijo Platón “La virtud, como el arte, se consagra a lo que es difícil de hacer, y cuanto más dura es la tarea, más brillante es el éxito”.
La edad no es una traba pero la conquista es diaria. Desarrollo no es lo que tenemos sino que hacemos con eso. Si paramos nos estancamos. La gimnasia mental crea neuroplasticidad si relaciona saber, imaginación y actividad. Como dijo Einstein en épocas de crisis la imaginación es más importante que el conocimiento.
Cómo estimular la capacidad asociativa
Una buena narrativa facilita el recuerdo. Todos querríamos que las acciones vayan en la dirección deseada, que los actos se coordinen de modo tal que no sea necesario vigilarlos uno por uno. Hasta una alarma puede fallar si olvidamos conectarla. El control remoto humano de los actos todavía no se inventó, pero una buena la comunicación ayuda. No es fácil pero conociendo como se conecta el cerebro con la información se pueden lograr excelentes resultados. Vincular lo que se desea retener con una canción conocida funciona, porque para incorporar un hábito lo mejor esa atarlo a uno viejo.
Estrategias cognitivas
Informar que algo se puede hacer en cuatro pasos es más efectivo que hacerlo con siete, porque la gente se abruma y no recuerda más. Poner el alcohol en gel en el centro de una habitación y apuntarle con una flecha grande incrementa tres veces las chances de que se lo use.
Las reacciones de los cerebros son bastante predecibles. Por lo tanto hay que tener en cuenta los conocimientos previos para conectarlos con las nuevas conductas. Otra alternativa es inventar asociaciones, como por ejemplo dejar el barbijo cerca del abrigo, para asociarlo al hábito de abrigarse antes de salir.
Ante una crisis global como la que vivimos por el Corona virus, debemos enseñar a usar todo el conocimiento disponible. Ofrecer recompensas que premien las acciones positivas aumenta su cumplimiento. Poner un juguete dentro de un jabón es más efectivo que darlos por separado, para que los niños se laven las manos. Hay que premiar las acciones positivas e ir pensando ideas para eso. Por ejemplo no conviene amplificar el incumplimiento de las reglas, ya que todos tenemos inclinación a cumplir las normas sociales. No cambiamos conductas porque nos convencen con buenas razones, sino para conformar a otros. Si nos parece que el amontonamiento es extendido nos lanzamos a él, y no sería lógico promoverlo.
La eficacia de una una buena narrativa facilita los recuerdos y sin embargo no se ha construido un relato articulado que explique con éxito la forma en la que se transmite el virus.
Storytelling
“Story” significa historia y “telling”, contar. Es contar historias con técnicas modernas para hacerlas inolvidables, con efectos especiales como para que no las tome como «una más».
Wikipedia entrega contenidos directos compuestos por hechos y datos. Pero para cautivar hay que presentar los temas bien estructurados y explotando el encadenamiento mental de las ideas, para que resulte exitoso.
Las historias en todos los tiempos fueron un medio para entretener, educar, mantener la cultura o inculcar valores. Los elementos esenciales son los argumentos, los personajes y los puntos de vista.Hay experimentos que muestran la eficacia de la narrativa para recordar información, y sin embargo no se han construido relatos articulados de cómo se transmiten los virus. Se dijo que el virus se transmite por las superficies (información falsa) y después tampoco se encontraron metáforas adecuadas para explicarlo.
El proyecto#ReframeCovid
Intenta reemplazar las metáforas bélicas por otras mejores. Precisamos narrativas que ayuden a entender el contagio por el aire. Por ejemplo, comparar al virus con el humo del cigarrillo: si alguien fuma podemos verlo y olerlo aunque esté a unos metros de distancia.
Para evitarlo se necesita crear una corriente de ventilación; no se trata simplemente de abrir una ventana.
Las buenas historias no se advierten por todas partes. El miedo no cambia conductas por sí mismo. El dato de alarmar sobre la gran cantidad de camas ocupadas, no sirve sin informar además sobre qué podemos hacer, sólo lleva al desánimo y al no hacer nada. En cambio, saber que otros cumplen nos moviliza, no sirve ver al presidente sin tapabocas o permitir marchas céntricas cuando están prohibidas para todos.
Todo lo que sabemos podría estar aplicándose ya mismo y, aunque no resuelva los desafíos de la pandemia, puede ayudar. Los hábitos que se incorporan son difíciles de cambiar. El trapo de piso con lavandina en la puerta puede quedar ahí por el resto de los tiempos. Nos acostumbraremos a ellos.
Pena natural
Es cuando el cerebro desencadena la tragedia. Mientras la justicia la investiga, las neurociencias apuntan a que un cerebro automatizado suele producir lapsus de conciencia, que genera fallas inexplicables sin que exista ningún deterioro cognitivo importante. Un hombre de 36 años que habría sufrido un ACV se olvidó a su beba en un auto y murió asfixiada: investigarán si tiene problemas mentales.
La pena natural por razones no imputables legalmente no está prevista en la ley. Cuando como consecuencia de un delito, el imputado se daña a sí mismo, hay pautas de atenuación de su conducta no previstas en los códigos, pero que surgen de la jurisprudencia para que no se torne injusta la sanción. En EEUU, algunos autos preguntan al conductor: ¿Chequeó el asiento trasero? Es que bajo presión el cerebro baja sus defensas y comete errores garrafales. Hay acciones automatizadas que se hacen sin reflexionar y un pequeño cambio en la rutina, una mínima distracción, sin que exista patología alguna, pueden desencadenar un olvido fatal.
El cerebro sigue dos caminos
Para procesar información y decidir usa el camino rápido o automático o el reflexivo consciente. En el primer caso ahorra recursos intelectuales y activa el circuito automático (al vestirse, lavarse los dientes, caminar, manejar,) etc. Las decisiones complejas, se procesan por el circuito consciente. Un pequeño cambio en la rutina puede resultar inadvertido por el cerebro cuando está en modo automático, si no ocurre algo que lo despierte. Recibir una llamada o estar preocupado por algo puede hacer que la mente saltee un paso o que genere un falso recuerdo, por una falla de la memoria. Así es como el mecanismo que tiene el cerebro para procesar los datos, puede transformar una situación en tragedia.
Un ejemplo basta para observar la falla. ¿Cuál es el objeto que la gente más se olvida en otras casas u oficinas? Es el paraguas cuando deja de llover. En cambio si se lo olvida, sale y llueve entonces recuerda que lo dejó y vuelve a buscarlo inmediatamente.
El estrés al organizar las rutinas diarias es un factor que se suma. Afecta la toma de decisiones y hace que entren en competencia el modo automático y el modo consciente. Las reacciones hormonales inciden nublando la memoria. Se produce así un desequilibrio que genera el error.
Padres que olvidan a sus hijos en el auto
Este es un problema mundial. La mitad de los chicos son menores de dos años. Entre quienes los olvidan no hay diferencia de edad, sexo o condición social. Es una forma normal pero trágica de olvidar. Hay elementos que se repiten: una interrupción en la rutina o algún desvío de la ruta habitual. Incluso un sencillo cambio de carril puede ser suficiente para activar el “sistema hábito”, el modo automático que llega desde la parte baja del cerebro, que es la que se utiliza para huir y sobrevivir, y cuando ocurre, se apaga la conciencia del niño a bordo, sin notar que está en el asiento de atrás.
Un lapsus de la memoria
Se trata de una fragilidad en el sistema de memoria prospectivo, responsable de lo que intentamos hacer en el futuro, en lugar de la memoria retrospectiva, que son recuerdos del pasado.
El periodista del Washington Post, Gene Weingarten ganó en 2009 el Pulitzer con un artículo sobre cómo se castiga a los padres que olvidan a sus hijos en el auto. Es un error espantoso, pero ¿Es un crimen? Un padre estacionó su auto junto a los terrenos. Cuando descubrió el cuerpo de su hijo, un ciervo saltaba al lado. Otro, trató de quitarle el arma a un policía y suicidarse. Muchos manejaron desde su lugar de trabajo a la guardería para recoger al niño que creían haber dejado, sin advertir de que estaba muerto en el asiento de atrás. Fueron accidentes, accidentes terribles, pero estos padres no son monstruos. Si no se crea consciencia de que puede pasarle a cualquiera, no vamos a poder evitar que suceda”, dijo el periodista.
Estrategias para no olvidar
En EEUU se tomaron medidas. Varios estados prohibieron dejar a los chicos en el auto, pero eso no produjo cambios. En cambio, la presión de organizaciones que se ocupan de la seguridad de los chicos a bordo, consiguió que el Chevrolet Cruze o la Hyundai Santa Fe, incorporen alertas: “Atención, chequee el asiento trasero”, cuando se apaga el motor. El Consejo de Seguridad sugiere: Coloca tu celular en el asiento de atrás como recordatorio.
Suena extraño, puede olvidar a su hijo, pero nadie olvida su celular del auto.
En piloto automático
Una vez que un proceso se aprende o un sistema funciona, la tentación es dejarlos en piloto automático sin considerar los cambios Cuando dominamos un trabajo tendemos a repetir la rutina sin considerar alternativas mejores. Cuando nos va bien repetimos la conducta ganadora sin advertir los cambios, por eso nada fracasa tanto como tener éxito.
William Wordsworth dijo una vez que es el hábito y no la elección lo que gobierna al rebaño colectivo. Con el cerebro en piloto automático actuamos sin pensar, en la comodidad o zona de confort que nos proporciona la rutina. Nosotros creamos el hábito, luego el hábito nos crea.
El hábito no es bueno o malo en sí mismo, es conveniente revisarlo a la luz de los objetivos y de los resultados. Cuando se consolida, se hace cada vez más necesario y no podemos despegarnos.
Check list
Es listar los factores claves de una tarea para evitar tragedias por fallas de la memoria, por distracciones o por exceso de confianza.
l cerebro no es una pieza perfecta. Anticiparse es lo mejor. Organizar las tareas es sencillo, pero es difícil de aceptar para mentes reactivas, que prefieren solucionar los problemas recién cuando aparecen. Aducen que hacer listas es de cabezas huecas. Pero el encargado de la revisión es responsable por las fallas. Antes del despegue los pilotos usan listas que evitan el olvido. Las lee un piloto y el otro contesta y verifica. Se repiten en cada fase: al llegar al avión, antes del despegue, etc.
En el vuelo 3142 de LAPA que se estrelló el 31 de agosto de1999, los pilotos no usaron el check list. Sonó una alarma, que los pilotos no atendieron, indicaba que los flaps se hallaban retraídos, lo que hizo que el avión se estrellara. El informe de lLa Junta de Investigaciones, dijo que los pilotos repetían errores que reaparecían en el ambiente por falta de disciplina de la cabina. Se demostró también la inexistencia de controles.
El check list debió ser controlado tanto por la empresa como por el gobierno.
Generar caminos alternativos
La mente no puede cerrar rutas, pero sí construir caminos paralelos. Para lograrlo no hace falta eliminar lo viejo. Nos enseñaron a decidir como si existiera una elección mejor o única en lugar de soluciones alternativas. De niños incorporamos mecanismos fijos.
Cuando un desafío se encara en forma analítica o práctica se clausura la forma relacional o la innovadora. Comprendamos que no sabemos hacer de todo, que somos buenos para algo y esa fortaleza es la que debemos potenciar. Hay una zona de comodidad, otra de estrés o de incomodidad y una tercera de tensión o dificultad, en esta última se pueden crear caminos nuevos. Salir de la rutina mejora la atención. Los pasos pequeños mantienen el cerebro pensante y sin temor, incursionando en lo desconocido para pasar de la curiosidad al asombro
Ejercitar la mente
Somos lo que recordamos. En 2021, 16 millones de norteamericanos padecerán el Alzheimer. La plasticidad del cerebro se da por la creación de nuevas dendritas -proyecciones neuronales ramificadas como árboles que transportan las señales eléctricas en el cerebro-. Al desafiar al cerebro con gimnasia mental lo alteramos. Entrenar la inteligencia con práctica y ejercicio físico es una poderosa medicina. Pasemos de “piloto automático” a “manual” y comencemos a experimentar una nueva manera de ver la realidad con curiosidad, generando así una cuota mínima de observaciones significativas.
No lo hagamos en piloto automático
Regulemos la atención para observar de un modo consciente. La claridad, el compromiso con la verdad y la concentración en el resultado conectan el aparato consciente e inconsciente, y a mayor conocimiento mejores resultados.
La pena natural no tiene condena pero qué pena da que muchas desgracias podrían evitarse atacando la tragedia educativa, que consiste en no entrenar el cerebro para prevenir sus fallas. La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro de reformatearse hasta el último momento de la vida. Lamentablemente son muchos los que no saben que la neuroplasticidad puede ser inducida. Como el futuro todavía no existe, debemos inventarlo.
Dr. Horacio Krell – Director de Ilvem, [email protected]