por Dr. Horacio Krell*
Este deterioro se atribuye al cambio del método tradicional silábico al enfoque global de enseñanza de la lectura.
El mito de leer por palabra completa
El método global, que promueve la lectura por palabra completa, se basa en la suposición de que las palabras pueden ser comprendidas por su forma, ha generado controversias y críticas justificadas. Aunque al principio puede parecer efectivo, los niños olvidan las palabras una vez aprendidas, ya que no se les enseña a descifrar nuevas palabras a partir de la combinación de letras y sonidos.
Esta primera etapa de la lectura denominada pictórica, aunque artificial, puede considerarse como un primer paso en el reconocimiento de palabras, similar al reconocimiento de imágenes, pero sin la capacidad de decodificarlas.
Conciencia fenomenológica
Sin embargo, la base esencial para la lectura efectiva radica en la enseñanza de las letras (grafemas) y sus sonidos (fonemas). Este proceso, conocido como conciencia fonológica, implica que los niños comprendan que las palabras pueden descomponerse en fonemas, sonidos que se combinan para formar nuevas palabras. Es crucial enseñar explícitamente estas habilidades, pues el descubrimiento de los fonemas no es automático.
La fase ortográfica
La tercera etapa es la fase ortográfica, donde la experiencia en la lectura permite la adquisición de un vocabulario amplio y no hace necesario leer la palabra por sus letras. La automatización del proceso permite aumentar la velocidad y la comprensión en la lectura.
Además, mediante un entrenamiento específico, es posible convertir al lector común en un lector veloz y comprensivo. En esta fase, el lector experto no solo lee palabras, sino que comprende su significado en contexto, identifica relaciones entre ideas y extrae información de manera eficiente.
La lectura se convierte en una actividad fluida y placentera, enriqueciendo el conocimiento y la experiencia del individuo. Este nivel de competencia lectora es el objetivo final de cualquier programa de enseñanza de la lectura, y su consecución refleja no solo el dominio del código escrito, sino también el desarrollo cognitivo y emocional del lector.
Déficit en la enseñanza de la lectura
La escuela contemporánea, lamentablemente, ha descuidado esta enseñanza fundamental. Se ha perdido la práctica de la lectura y escritura en el aula, y se ha abandonado el concepto del dictado y la corrección. Antaño, se enseñaba a los niños a leer, escribir, sumar y restar, pero esta visión se ha desvanecido con la creencia de que los niños ya poseen conocimientos previos.
La ciudad de Mississippi, es un ejemplo elocuente
Transformó su enfoque educativo de métodos globales a estructurados, logrando resultados equiparables a los del próspero estado de Florida. ¿Cómo lo logró? A través de un enfoque científico en la enseñanza de la lectura, la detección temprana de dificultades en la lectura, y asegurando que todos los estudiantes puedan leer al final del tercer grado.
Los métodos de enseñanza
Existen varios enfoques, como el global, el silábico y el fonético. Si bien cada uno tiene sus ventajas y desventajas, los métodos fonéticos emergen como los más eficaces y rápidos. Aunque inicialmente pueden presentar dificultades en la pronunciación de fonemas aislados, la combinación de vocales y consonantes pronunciables permite a los niños comprender el concepto rápidamente.
Por ende, la enseñanza de la lectura debe abordarse como una ciencia, donde se priorice la formación de circuitos cerebrales responsables de la lectura en el cerebro infantil. Padres y maestros tienen un papel crucial en este proceso, fomentando el aprendizaje simultáneo del abecedario y los fonemas, y brindando un ambiente propicio para la práctica y el desarrollo del vocabulario.
En conclusión, la enseñanza de la lectura es una tarea primordial en la escolaridad, con impacto directo en el éxito académico y personal de los niños. Es fundamental adoptar enfoques basados en evidencias científicas adaptadas a las necesidades individuales de los estudiantes para garantizar un aprendizaje efectivo y duradero.