La gestión del conocimiento se puede ver desde la perspectiva del Estado que tiende a retener el poder y regular el saber para afianzarlo. La Empresa busca transformar la naturaleza según principios económicos. El poder económico es productivo y hace uso del saber para conseguir sus fines y beneficiarse con eso. Por eso las empresas sólo financian las investigaciones que le convienen. No está interesada en el bien común como el Estado. El desafío de la Universidad es recuperar la dimensión universal del saber. Una ciencia sin conciencia social será la ruina del hombre.
Hace más de 200 años Malthus, afirmó que la población crecía en progresión geométrica (1, 2, 4, 8), y la producción de alimentos en forma aritmética (1, 2, 3, 4). Se denominó a la economía como la ciencia lúgubre porque debe satisfacer múltiples necesidades con escasos recursos. Fue profesor y fundador del Club de la Economía Política. Como era sacerdote conocía la cantidad de nacimientos, casamientos y defunciones que ocurrían. Pero su teoría no se materializó. Fue porque durante el siglo XX, la creación de conocimiento permitió aumentar la producción y también porque se produjo una drástica reducción del crecimiento poblacional, porque cayó más la tasa de natalidad que la de mortalidad.
Los errores de predicción son muy comunes por eso los modelos del conocimiento deben adaptarse a la realidad y no la realidad al modelo.
Falsas predicciones. Veamos lo que se creía sobre las computadoras. No sirve para nada (George Bidell, sobre la máquina de Babbage, 1842) El llamado teléfono no tiene valor (Western Union, 1876) ¿Para qué coño sirve? (Lloyd, de IBM sobre el microchip). No te necesitamos, no tienes título universitario (Hewlett-Packard, ante el pedido de empleo de Steve Jobs) No hay razón para que alguien tenga una computadora en el hogar (Olson, de Digital Equipment Corporation 1977). Hay mercado para unos 5 ordenadores en todo el mundo.(Watson, presidente de IBM, 1993).
La OCDE (organización internacional del comercio) nació en 1960 para la reconstrucción económica europea. Observó que los sistemas educativos, no eran muy fuertes en ciencia y tecnología. En una sociedad con pocas personas educadas, la economía pierde dinamismo. Con el tiempo crearon el informe PISA que mide cuánto saben los chicos en matemática, comprensión de textos y ciencias en diferentes países. Y observaron que los mejores resultados se dan con igualdad, es decir cuando todos los niños reciben educación de calidad. La cultura también importa, el apoyo a la educación desde la familia. Así los jóvenes se comprometen y la profesión docente se vuelve más atractiva.
El aprendizaje tiene un componente social: el mismo chico puede aprender de forma distinta según el contexto. Y si sienten emociones negativas, como la baja autoestima disminuye su capacidad de aprendizaje. La prioridad es contar con buenos docentes. Para lograrlo resulta esencial que su tarea sea valorada por la sociedad, que se confíe en la importancia de la educación. Es el buen docente quien hace atractivo aprender porque sabe mucho sobre algo y transmite al alumno su entusiasmo. Esa pasión despierta en el alumno el deseo de realizar el esfuerzo de aprender.
Pero ningún progreso será posible si no se renueva el contrato entre padres aliados con maestros para educar a los chicos. Las modificaciones pedagógicas son meros instrumentos cuyo éxito dependerá de que se logre reconstruir la confianza social en la educación.
Bill Gates tuvo a su favor el número mágico de las diez mil horas de práctica. La experiencia es la clave. Hay eventos que le facilitaron abandonar Harvard y armar su propia empresa. Fue a una escuela secundaria con acceso a Internet. Cuando Harvard lo aburrió decidió retirarse sin obtener el título de ingeniero. Gates es brillante, pero hay otros tan brillantes como él. Es el deber del Estado nivelarlos. Los chicos asiáticos estudian más horas, condición básica para rendir en matemáticas. Su herencia cultural de trabajo duro deriva del cultivo de arroz. Dice un proverbio chino: Nadie que se levanta antes del amanecer los 360 días al año deja de crear una familia rica. En Occidente, las vacaciones son parte de la cultura. Los chicos pobres aprenden más que los ricos, sin embargo sin ir a clase, decaen por falta de estímulo. Una escuela marginal del Bronx aumento el 60% las horas de clase y logró que el 80% ingrese a la universidad.
Educación dual. En países como Alemania existe la educación dual donde los estudiantes pasan la mitad del tiempo aprendiendo y la otra mitad practicando en el trabajo. No es posible preparar para empleos que aún no existen, pero sí se los puede formar en destrezas de pensamiento que los ayuden a dominarlos o a crear su propio trabajo. Podemos formarlos para saber responder a la adversidad y a los desafíos, a ser más adaptables y flexibles, a aprender lo nuevo y a olvidar cosas que no son útiles. El cambio no radica en formar jóvenes para que busquen un empleo, sino logrando que vayan de la escuela al trabajo, para aplicar lo aprendido. La otra manera es tomar problemas del mundo real y volver con su solución.
La brecha de habilidades es la diferencia entre lo que buscan las empresas y lo que saben hacer los trabajadores. Las Asociaciones de Habilidades solicitadas estudian dónde hay mayor déficit y arman Programas de Aprendices que capacitan en módulos específicos.
Empresas del conocimiento. Toda empresa tiene un capital intelectual derivado de los que trabajan en ella y de los grupos que conforman. Ese capital les permite innovar y brindar servicios de excelencia. Del capital intelectual surgen sus competencias y sus ventajas competitivas. Desarrollar el talento de los individuos y el aprendizaje colectivo es la “gestión del conocimiento”. Sus pilares son: la conducción de la gente, mantener alta su motivación y mejorar sus destrezas de aprendizaje. En un mundo globalizado, donde las tecnologías varían, no es el capital físico el que garantiza el éxito sino las ideas, la capacidad de innovación para llevarlas a la práctica y los altos niveles de desempeño con los clientes.
El capital intelectual incluye activos intangibles de mercado (marcas, alianzas, canales, fidelidad del cliente), la propiedad intelectual de patentes y sus secretos comerciales, la infraestructura, las tecnologías y métodos que posee, sus métodos, la cultura de la empresa, su gente y el liderazgo.
Los paradigmas empresarios se fueron adaptando a las olas de la economía. Cada una de ellas tuvo una tecnología dominante. La tecnología agrícola basada en la combinación trabajo- tierra tuvo su apogeo en la edad media. Con la aparición de las máquinas llegaron las fábricas que reemplazaron al artesano, dando lugar al capitalismo industrial. Hoy prevalece es el avance tecnológico y generó la economía del conocimiento.
Una idea de hace 10.000 años logró que la naturaleza trabajara para el hombre. La invención de la semilla le permitió afincarse. Hace 5000 años se inventó el alfabeto. Desde allí la evolución se hizo explosiva. Es la primera tecnología creada por el hombre y las tecnologías modernas dependen de ella. Borges dijo que somos lo que somos por lo que leemos y Newton: no soy un genio, estoy parado sobre las espaldas de gigantes.
El hombre pudo dominar el planeta gracias a esa capacidad de comunicación que ninguna especie posee. La invención del lenguaje verbal le permitió compartir ideas, teorías, conocimientos, miedos y esperanzas. La imprenta lo llevó más lejos. Muchos lectores advirtieron que eran cortos de vista, creció la demanda de lentes, eso llevó la invención del microscopio, ya descubrir las células. La chispa de la lectura encendió el cerebro.
Un bello ejemplo de observación creativa sucedió cuando a Newton le cayó una manzana en su cabeza. En lugar de maldecir por lo que había pasado, aprovechó para descubrir la ley de la gravitación universal. Como dijo Pasteur el azar sólo favorece a las mentes preparadas.
A fines del siglo xvii se combinó la energía de los combustibles con tecnologías de producción en serie, educación, medios de comunicación y cultura de masas. La riqueza surgió de la ciencia. La economía sumó a los recursos tradicionales -tierra, mano de obra y capital- el conocimiento. El saber recolector encontró alimentos, el agrario los hizo crecer, el industrial los fabricó, el saber usa la mente: pensar, inventar, aplicar.
El progreso implica una sociedad de responsabilidades mutuas entre las empresas y los trabajadores. Poder desarrollar el empowerment (el poder interior de cada uno) y retener al talento son los imperativos de la época, con estrategias para generar valor teniendo en la mira a los clientes.
Este cambio implica pasar del empleo a las destrezas, de la persona al equipo. Una organización inteligente se crea con personas capaces de resolver problemas, generar ideas, aprovechar los errores y las experiencias, copiar las mejores prácticas, transferir el conocimiento. Reclutarlos, capacitarlos, recompensarlos, medir su desempeño, generar conocimiento significativo, dirigirlos: es crear una organización que lo realice.
Un nuevo contrato. Con el fin del empleo a la japonesa de por vida terminó con el contrato de fidelidad que unía a empresas y empleados. Con la tercerización y la aparición del trabajador del conocimiento, éste le dio prioridad a su propia carrera, y surgió una dificultad: ¿cómo incorporar el conocimiento tácito y práctico que posee y capitalizarlo, antes que se aleje? ¿Cómo convertir el capital humano en capital empresa? No se trata de que el vínculo entre la empresa y el trabajador esté roto, cambió el formato, se trata relacionar el capital humano con la política de incentivos.
Lo que se pretende es que el trabajador esté motivado a transferir su saber y se acostumbre a transmitir sus observaciones productivas. Como los círculos virtuosos producen contagio, cuando los exploradores del cambio desarrollen una mirada colectiva, generarán un crecimiento de la energía individual, que transportada hacia el objetivo, tornarán irreversible el proceso positivo de la transformación.
Para eso hay que lograr que se haga explícito el conocimiento implícito, generar diferenciación y ventajas competitivas. Las capacidades a desarrollar son entre el mercado y la empresa para lograr competitividad, entre el conocimiento y los sistemas (la forma de hacer las cosas), entre las estructuras y los procesos (la organización del trabajo), entre las personas y su motivación (el motor impulsor).
Todo esto es para satisfacer al mercado generando una capacidad de respuesta. Que todos comprendan las metas y las prioridades, con un compromiso basado en recompensas significativas, expectativas claras y capacidades construidas mediante retroalimentación y aprendizaje.
La secuencia correcta. Las empresas para hacer propuestas de valor precisan innovación, calidad y atención al cliente, los que se desarrollan a partir de la acción humana. La gente y la tecnología son los recursos inteligentes de la empresa, que debe saber administrarlos. Esto requiere una organización orientada al aprendizaje y un liderazgo genuino. Esto implica saber seleccionar a la gente, desarrollarla, motivarla.
La influencia de la empresa en la comunidad. El liderazgo debe ser tal que todos quieran imitar al líder, quien debe ser el motivador y el maestro, para convertirlos a su vez en líderes. El modelo es un círculo de mejora personal, de aprender para enseñar a los demás. No debe comportarse como víctima sino como protagonista. Debe ser congruente entre lo que piensa, lo que dice, lo que hace y lo que demuestra.
El desafío es vencer a los enemigos del aprendizaje: arrogancia, pereza, aburrimiento, desconfianza, confusión, enojo y los miedos. Necesita evitar la necesidad de tener razón porque eso va contra el aprendizaje. Debe practicar la inteligencia emocional para regular las emociones y usarlas para guiar el pensamiento y la acción. La autoconciencia es la base de la competencia emocional, lo importante es mantener vivo el entusiasmo.
Aprender a aprender. Estudiar es una tarea para toda la vida. Hay buenos hábitos como estudiar con anticipación, obtener información, aprovechar el tiempo libre. Saberes sobre cómo, cuándo y cuánto estudiar, relacionarte y desenvolverse no se enseñan en la escuela y son parte de un currículum oculto para saber preguntar, proponerte objetivos y revisar si se cumplen o no.
Inteligencias Blandas. Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo indica que la educación formal está “desconectada” y no enseña las habilidades que los empleadores valoran. Se destaca la falta de habilidades socioemocionales, como la capacidad de tomar decisiones, el pensamiento crítico, la responsabilidad, la empatía, la planificación, saber formular objetivos, dominar estrategias de trabajo y tener fortalecida la autoestima. A los empresarios les gustaría enseñarles su tarea pero que, los que lleguen, sean jóvenes responsables y disciplinados, que crean en valor del trabajo y del esfuerzo, y que vayan todos los días a trabajar. Lamentablemente esas competencias “blandas” no las aprenden en la escuela. Esas virtudes especiales incluyen capacidad de expresarse, de desenvolverse en diferentes contextos sociales, incluso hasta cómo vestirse.
Hay un “desacople” entre lo que la escuela enseña y lo que el mercado necesita, una disociación entre la educación y el sistema productivo.
Una alianza estratégica fundamental entre el Estado, la Universidad y la empresa, es la clave para generar la economía del conocimiento.
Porque la educación es la industria pesada de cualquier nación, ya que que fabrica a los ciudadanos y a los dirigentes del futuro.