Las diferencias entre los inventores amateurs y profesionales no son nada sutiles sino todo lo contrario. Esta útil guía del Director de la Escuela Argentina de Inventores, Eduardo Fernández nos permite conocer las claves para reconocer a cada uno:
INVENTORES AMATEURS
- Creen que una idea es un invento.
- Son básicamente egoístas y quieren hacer todo por su cuenta, solos y sin ayuda. Prefieren el 100% de algo pequeño, antes que compartir porcentajes de algo mayor.
- Tienen miedo de que les roben sus ideas y desconfían de todo el mundo.
- Exageran y ocultan información relacionada con las propiedades, atributos y virtudes de su invento, con el objeto de protegerse o para convencer a posibles socios.
- Creen que la idea o invento que tienen en el presente es algo único o totalmente original, y lo mejor que jamás se les haya o habrá ocurrido. Además, suelen concluir que por el solo hecho de que su invento no esté ahora en el mercado, el mismo no existe o nunca ha sido patentado.
- Afirman tener un invento de gran utilidad para la humanidad, pero dado que no tienen los recursos técnicos o financieros, han decidido donarlo, u ofrecer grandes porcentajes, a quien pueda llevarlo a la práctica. Sin embargo, esto sólo suele ser una forma muy frecuente de intentar ocultar su ignorancia, su incompetencia, su temor, su falta de autoestima, y su falta de compromiso.
- Hacen de la postergación, la queja, el lamento y la denuncia, una práctica habitual a la hora intentar justificar su propio fracaso. Ven en cada oportunidad sólo problemas potenciales, no quieren correr riesgos, ni asumir responsabilidades, no saben esperar, y tienen baja tolerancia a la frustración.
- Hacen preguntas a personas especializadas y buscan consejo, pero siempre terminan haciendo lo que creían, o querían desde un principio. Dan la fuerte impresión de que en el momento de hacer sus preguntas, ya habían tomado una decisión, y que sólo lo hacen con la esperanza de que alguien más confirme sus creencias, prejuicios o convicciones, y no con la intención de ponerlas a prueba.
- Suelen confundir a la tozudez con la perseverancia.
10. Tienen la fuerte tendencia a arrogarse el éxito final de un proyecto, sólo por haber propuesto la idea original, olvidándose con gran facilidad del apoyo, trabajo, inversión y talento de sus compañeros, colaboradores, socios e inversores que lo hicieron finalmente posible.
11. Cambian fácilmente de opinión, objetivos y pretensiones, y son fácilmente influidos por sus más allegados, casi siempre con los peores resultados y consecuencias.
12. Sienten una recurrente necesidad de hacer cosas imposibles.
13. Se involucran con facilidad en muchos proyectos a la vez, se entusiasman con muchas y diversas ideas al mismo tiempo, y tienen fuertes dificultades para concentrarse y dedicarse al completo desarrollo de las mismas. Además, suelen insistir en que el proyecto actual es sólo el primer paso de otros inventos más importantes, pero no concretan ninguno.
14. Pierden el entusiasmo una vez superado el desafío técnico.Al mismo tiempo creen con firmeza que los criterios técnicos son suficientes como para sacar conclusiones comerciales.
15. A veces rechazan la idea misma de patentar, y suelen ser críticos con el Sistema Internacional de Patentes, invocan la necesidad de asociar el concepto de Propiedad Industrial con el concepto de Propiedad Intelectual (Derechos de Autor). Buscan seguidores o apoyo para luchar en contra de los sistemas ya establecidos, pero no son capaces de dirigir o proponer ninguna alternativa consistente y perdurable.
16. Suelen quedar fácilmente seducidos por los premios, la publicidad y la exposición pública, olvidando que el verdadero desafío y compromiso es el de tener éxito en el mercado
17. Creen que su talento para inventar los habilita además para proponer nuevos sistemas sociales, políticos o económicos, como si fueran visionarios y profetas que anuncian un nuevo orden mundial.
18. Pretenden atribuir su talento inventivo a cuestiones místicas, tales como visiones o sueños proféticos, mensajes divinos, premoniciones espirituales, o contactos con seres extraterrestres.
19. Son básicamente autodidactos chapuceros, intuitivos, cerrados a las críticas, supersticiosos y autocomplacientes.
20. Se ofenden y se resienten profundamente si alguien sugiere mejoras sustanciales a su invento, o si alguien advierte una seria falla, inconsistencia o limitación en el mismo.
21. Ocultan su baja autoestima bajo una actitud arrogante, agresiva, desafiante y autosuficiente.
22. Son capaces de sabotear a sus propios proyectos antes que aceptar sus errores, o antes que compartir el éxito con los demás.
23. Se concentran más en la idea técnica que en los aspectos económicos y financieros de su proyecto. No obstante, pretenden imponerles a sus socios, o a posibles inversores, sus propias ideas al respecto.
24. Ven en los problemas inesperados, amenazas altamente preocupantes.
25. Ante la posibilidad del primer acuerdo con inversores, o interesados en la explotación comercial de su invento, pretenden resarcirse de un “solo golpe” de todo su esfuerzo e inversión previa, se precipitan, se impacientan y solicitan cifras y condiciones irrazonables.
26. Reclaman recompensas económicas en función de sus necesidades inmediatas o deseos, y no en función al real potencial económico de su invento. Quieren “salvarse” económicamente a toda costa, sin ningún argumento consistente. Su sueño oculto es que sería bueno, justo y necesario para ellos que “alguien les pague por sólo pensar”, y que otro se encargue de llevar a la práctica lo que ellos imaginan.
27. Aspiran a “vivir de su invento”, antes que estar dispuestos a vivir concentradamente para el desarrollo exitoso de su invento.
28. Tienden a “apropiarse” de las ideas ajenas, y las creen propias consciente o inconscientemente, perdiendo todo sentido de justicia y ecuanimidad, cuando sus colaboradores les proponen ideas que puedan mejorar o incluso superar a las suyas.
29. Creen que si logran construir un prototipo, o aún conseguir una patente, ya están en condiciones para convencer a los inversores, o que los mismos los irán a buscar.
30. Suelen hablar de solidaridad y de trabajo colectivo, pero no les gusta la competencia, ni el trabajo en equipo, ni las comparaciones con otros inventores.
31. Creen que la clave para él éxito de su proyecto, está en conseguir más dinero.
32. Creen el en lema “avancemos y luego veamos”.
33. Suelen auto-engañarse diciendo “hagamos lo que podamos”
34. No saben casi nada de la práctica profesional de la actividad inventiva, y sin embargo pretenden hacerlo todo según sus propias reglas.
INVENTORES PROFESIONALES
- Saben que su idea debe transformarse en un proyecto concreto, detallado y sólido, para llegar a ser un invento que a su vez pueda derivar en un producto comercial.
- Son básicamente generosos, y saben que la mejor forma de aumentar sus posibilidades de éxito se basará en la delegación de tareas específicas, y en la formación de un muy buen equipo de trabajo.
- Saben que corren el riesgo de ser copiados o engañados por personas deshonestas, pero aprenden a protegerse y a confiar en los demás.
- Deciden ser lo más francos, sinceros y concretos posible, a la hora de buscar inversores y socios, para evitar de este modo los malos entendidos y las falsas expectativas.
- Antes de seguir adelante con el desarrollo de su proyecto, realizan búsquedas de antecedentes en forma profesional. Apuestan a la autosuperación, saben que las mejores oportunidades están aún por venir, y asumen que su mejor invento será el próximo. (No importa de cual se trate).
- Tienen siempre presente que, si bien su invento puede ser beneficioso para los demás, su esfuerzo principal está orientado a satisfacer intereses personales y a la búsqueda genuina de una justa recompensa económica. Para tal fin están dispuestos a asociarse, a delegar tareas y a hacerse responsables por todo el esfuerzo, dedicación y tiempo que esto demanda.
- Nunca se concentran en las quejas, ni en los lamentos, ni en las excusas, ni en las denuncias. Saben esperar, asumir riesgos y tomar responsabilidades, y ven en cada problema una fuente segura de oportunidades impostergables.
- Saben hacer preguntas y valoran en su justa medida las respuestas, los consejos y las críticas de los demás. Confían en la experiencia y en las sugerencias de las personas que ya han pasado con éxito por circunstancias similares, y están abiertos para someter a prueba a todas sus ideas, creencias y convicciones, para ajustarlas así a la realidad.
- Hacen de la perseverancia inteligente y flexible, un instrumento con el cual construir su propio éxito.
10. Saben reconocer y valorar a tiempo, y en su justa medida, las contribuciones de sus socios, compañeros, e inversores, y tienen siempre presente que el éxito es el resultado de una compleja conjunción de múltiples y diversos factores, aportes y circunstancias que se planifican y desarrollan en armonía.
11. Saben honrar a sus compromisos, son coherentes con sus objetivos, y consecuentes con sus pretensiones. Y sobre todo, saben escuchar y aplicar a tiempo los buenos consejos de los demás, sin perder su propia valoración de los hechos, ni su capacidad de elección.
12. Tienen la profunda vocación y compromiso, por hacer posible lo necesario.
13. Son conscientes de la imperiosa necesidad de concentrarse en una sola idea a la vez, y se comprometen profundamente en el desarrollo completo de su invento hasta la instancia final, es decir: “el éxito en el mercado”. No se disipan, no pierden el foco y concentran sus esfuerzos caso por caso y etapa por etapa.
14. Mantienen un entusiasmo responsable durante todo el proceso de llevar sus ideas a la práctica, sin descuidar los aspectos y criterios técnicos, legales, económicos y financieros.
15. Lejos de quejarse de un supuesto sistema injusto, se dedican a aprender en detalle cómo funciona el Sistema Internacional de Patentes, se adaptan, y se esfuerzan por sacarle el mayor y mejor provecho posible.
16. Nunca pierden de vista a sus objetivos y saben muy bien que los premios, la publicidad y la exposición pública sólo son instrumentos al servicio de sus metas económicas.
17. Saben muy bien cuáles son sus virtudes y potencialidades personales, pero al mismo tiempo reconocen las limitaciones y alcances específicos de sus contribuciones, sin caer en generalizaciones, o concepciones absolutas.
18. Son racionales y concretos, básicamente agnósticos, escépticos, o con una fe moderada, y tienen los pies bien puestos sobre la tierra.
19. Son básicamente autodidactos metódicos, curiosos, reflexivos, racionales, abiertos a las críticas y autoexigentes.
20. No se sienten heridos u ofendidos ante las críticas o sugerencias de los demás, ya que ven en esa circunstancia una valiosa oportunidad para mejorar o perfeccionar su propio invento.
21. Tienen una alta y fuerte autoestima que se alimenta con el ejercicio continuo de convicciones firmes y permanentes, lo que no les impide mantener su humildad.
22. No permiten que sus convicciones personales entren en conflicto con sus propios intereses, y no se sienten menoscabados si comparten el éxito con sus colaboradores.
23. Saben que la única forma de tener éxito con su invento, está basada en un plan, que pueda integrar y sostener tanto a los aspectos técnicos como a los aspectos económicos y financieros, y aceptan la experiencia de los demás en esas áreas.
24. Saben que los problemas y dificultades son oportunidades de cambio positivo.
25. Tienen plena consciencia de la evolución natural de los negocios, y saben que hace falta tiempo y mucha paciencia, para que todos los actores involucrados en la explotación comercial de un invento, logren los beneficios esperados.
26. Basan sus expectativas económicas en función de un “Plan de Negocio” bien concebido y detallado, y ajustan sus deseos y esperanzas a los datos objetivos de la realidad.
27. Reconocen muy bien que su invento sólo podrá darles beneficios económicos, en función del esfuerzo, concentración y recursos que puedan invertir en él.
28. Saben defender debidamente a sus propias ideas y proyectos, sin necesidad de apropiarse de las ideas ajenas, y sin dejar de reconocer los aportes de sus colaboradores. Para eso, pactan anticipadamente con ellos los criterios y porcentajes a distribuir en cada caso.
29. Advierten tempranamente que ningún inversor golpeará a su puerta ofreciendo dinero, sino que es su tarea y responsabilidad básica, la de ir en su búsqueda para convencerlos con un excelente “Plan de Negocio”.
30. Son altamente competitivos, saben trabajar en equipo, y aceptan gustosos los desafíos, y las comparaciones con otros inventores.
31. Saben que la clave para lograr el éxito de su proyecto, está en está en la gestión profesional.
32. Son partidarios del lema “Veamos y planifiquemos y luego avancemos”.
33. Tienen la firme convicción de hacer siempre lo que sea necesario, en todos los detalles, sin postergar ni improvisar nada, y su idea fuerza en este aspecto es “hagamos lo que sea necesario”.
34. Aprenden mucho de sus propios errores, están altamente dispuestos a una mejora permanente, y no se olvidan de que alguna vez ellos mismos también fueron amateurs.
Eduardo R. Fernández: Inventor profesional y tecno-emprendedor. Director de la Escuela Argentina de Inventores y del Foro Argentino de Inventores. Experto en Creatividad tecnológica y Gestión de la Innovación; disertante y consultor de la OMPI (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual).