Para las personas muy ocupadas, con una agenda apretada cargada de compromisos, lograr ser productivos durante todo el día se ha convertido en un gran desafío.
Por eso aquí compartimos algunas claves simples para hacer rendir al máximo cada una de las horas del día:
1) Organizar el tiempo
Es útil organizar el día con agendas y listas por categorías (“temas de trabajo”, “temas personales”, “temas de familia”; incluso, hasta las tareas domésticas como compras o trámites, necesitarán estar en este sistema de listas). Abre un espacio cada día dentro de tu agenda, y dedícalo exclusivamente a ordenar tu jornada y la semana, el mes y el año. Registra los compromisos fijos e impostergables; y registra en lápiz o en el computador aquellos que pueden ser móviles. Una vez que lo hayas hecho, táchalo -no lo borres-; necesitas “verlo” concretado para dar una señal fuerte y clara de entusiasmo a ti mismo, para animarte a duplicar la apuesta.
2) Tomar nota de todo
Anotar todas las cosas (pensamientos, ideas, compromisos, etc.) ayuda mucho, ya que si utilizamos nuestra memoria podemos olvidarnos asuntos verdaderamente importantes. Al tomar nota vamos a ir liberando espacio de nuestra memoria mental y tendremos más energía disponible para lo creativo, lo innovador y lo productivo.
3) Tomar pequeñas pausas
Se estima que aproximadamente necesitamos tomar entre 10 y 15 minutos cada dos horas de trabajo intenso para poder tener la energía en un mismo nivel durante todo el día, independientemente de si somos más productivos durante el día, por la tarde o por la noche. Frenar de vez en cuando la actividad también nos puede servir para repasar la actividad del resto del día.
4) No postergar las pequeñas actividades
Una clave muy importante es realizar todo lo que tengamos que hacer, y que nos lleve menos de un minuto, en el preciso momento en que tenemos que hacerlo, sin postergarlo. Esa cantidad de minutos será muy preciada al final del día. Cuanto más cosas posterguemos, más sobrecarga vamos a sentir.
5) Cerrar los círculos
Una gran parte del agotamiento que muchas personas sienten al final de la jornada tiene que ver con los compromisos rotos. Se llaman así a aquellas cosas a las que he dicho que “si”, cuando en verdad no estaban seguros de poder asumir ese tema. Cda pequeña acción que no se completa literalmente mina tu energía vital; de allí que es fundamental cerrar los círculos y declarar las cosas “completas” incluso cuando he decidido no continuarlas por determinado motivo. Un ejemplo puede ser un libro que hace meses que está esperando ser leído; y que, al no hacerlo, ya pasa a ser un objeto. En este caso, es preferible declararlo completo, guardarlo en la biblioteca o donarlo, antes de seguir teniendo la energía estancada.
Así, si vamos adquiriendo el hábito de anotar todo, de repasar nuestras listas, mirar nuestra agenda, programar los días que vienen y cerrar los círculos, nos vamos a dar cuenta que, al tener una referencia física, nuestro día va a rendir mucho más y sin dudas dispondremos de más tiempo libre para disfrutar con nosotros mismos, con la familia, con amigos y haciendo las cosas que más nos gustan.