A diario vemos desfilar innovaciones que se suceden, reemplazan y complementan. Son predicadas por una variopinta clase de gurús, y como consecuencia de lo anterior, una obsolescencia continua. Como tal, una de las recetas, es la autocanibalización.
Pues bien, todas estas recetas de alto management ya fueron explicadas, desarrolladas y aconsejadas hace casi cien años por Joseph Schumpeter, autor de la célebre “destrucción creativa”
Schumpeter también introdujo el papel del entrepreneur ( emprendedor ). Es el individuo que lleva a cabo las innovaciones y genera nuevas empresas. El emprendedor no necesariamente tiene que ser el inventor de la idea para llevar a cabo la innovación y el proceso de destrucción creativa.
Bill Gates puede ser una gran ejemplo de ello. El sistema operativo D.O.S. que Gates vendió a IBM para sus ordenadores personales no fue un producto innovador en sí mismo"; se trataron de mejoras introducidas en un sistema que Gates le había comprado por un pocos miles de dólares a Seattle Computer Products.
Dijo Schumpeter: “ el proceso de destrucción creadora constituye el dato de hecho esencial del capitalismo. En ella consiste en definitiva el capitalismo y toda empresa capitalista tiene que amoldarse a ella para vivir”.
Lidiar con las consecuencias de la destrucción creativa tampoco es simple. Es justo reconocerlo. Un informe cita lo siguiente: “El proceso de destrucción creativa involucra a muchos trabajadores. En los países industrializados, cada año se crean y destruyen entre un 10% y un 15% de puestos de trabajo y la proporción alcanza un 30% en algunas economías emergentes Esto es particularmente cierto en economías de transición donde la mano de obra debió ser redistribuida masivamente entre las empresas, sectores y localidades, pero también en Brasil, México y Chile donde todos los años se crean o destruyen más del 20% de los
puestos de trabajo”
A su vez el economista / periodista Juan Carlos de Pablo realiza acerca del tema unas apreciaciones muy interesantes y además, simpáticas: “ La apertura del Canal de Suez fue aplaudida por muchos, pero no precisamente por los dueños y fabricantes de barcos; la invención del e-mail fue aplaudida por muchos, pero no precisamente por los fabricantes de máquinas de fax; los 2 carriles por mano de la ruta que une Buenos Aires con Mar del Plata fue aplaudida por muchos, pero no precisamente por los dueños de las parrillas ubicadas en Dolores; el ferrocarril que unía Buenos Aires con Tucumán fue aplaudido por muchos, pero no precisamente por quienes elaboraban artesanías en esta última ciudad, etc” .
Finaliza de Pablo: “Frente a la destrucción creativa caben dos posiciones extremas: se detiene la creación, para evitar la destrucción, o se acepta la destrucción, en el nombre de la creación”
Joseph Schumpeter fue un visionario y un adelantado. Todavía estamos a tiempo de subirnos a sus enseñanzas y comprender el valor de la creatividad en el complejo y competitivo mundo económico-cultural en que nos toca desarrollarnos.
* Prof. Germán Castaños. Creativo. Consultor en creatividad. www.ideavip.com.ar.
Para diseño creativo de productos o servicios, acciones de marketing, publicidad, disertaciones, talleres o desarrollo del potencial de creatividad individualizada: [email protected]
Es lo mismo que dice wikipedia