La retención de talentos es un talón de Aquiles en las organizaciones modernas. La directora del Dale Carnegie de Argentina comparte unos prácticos consejos para lograr conservarlos.
En tiempos de reestructuraciones corporativas y reducciones de personal, la comunicación efectiva cobra una mayor importancia. El mayor desafío consiste en mantener el enfoque, la responsabilidad y el entusiasmo del equipo.
Para lograr esto, deberá redoblar sus esfuerzos para comunicarse de manera persuasiva, precisa y auténtica.
Revise los siguientes principios prácticos y testeados de comunicación efectiva y compruebe Usted mismo de qué manera lo ayudarán a mantener a su equipo entusiasmado, aún en tiempos de crisis o stress:
Sea honesto:
Nunca trate de engañar o confundir a su equipo.
Las personas reconocen la falta de honestidad y la evasión ni bien la perciben. Si Usted posee una reputación de ser una persona sincera, eso es un bien de inestimable valor con el que siempre podrá contar cuando necesite mantener involucrado a su equipo.
Cuando Usted o cualquier otro decisor se equivoquen, admítalo. Si fracasa, acéptelo. Este tipo de honestidad le hará ganar la confianza de su equipo. En los momentos buenos, su equipo estará ahí para apoyarlo. Y en los tiempos difíciles, esa confianza ganada le facilitará ser el emisor de malas noticias.
Crea en lo que dice:
Usted debe estar convencido de lo que está diciendo y vendiendo. De lo contrario, sus interlocutores se darán cuenta.
Su nivel de convicción y entusiasmo tiene un fuerte impacto en la audiencia, porque es lo que le permitirá -o no- obtener la motivación que busca.
En una oportunidad Dale Carnegie dijo: ‘Todo éxito que he tenido, lo he obtenido casi exclusivamente por mi entusiasmo’.
Conéctese con los oyentes:
Coloque a su equipo o audiencia en el centro de su comunicación.
Trate de anticipar sus preocupaciones, temores y aspiraciones; particularmente si está apuntando a la posibilidad de un cambio mayor. Tenga presente que, en la mayoría de los casos, brindar un enfoque global y positivo ayuda a que las personas se sientan más cómodas.
Refiérase a todas las opciones, evalue los pro y los contras de una acción específica, e identifique los mejores y peores escenarios para todos los actores involucrados.
Logre que los oyentes se involucren en la conversación. Responda a sus principales preguntas y objeciones. Nunca pierda de vista la necesidad de ser cuidadoso y, sobre todo, de comunicar su empatía.
Mantenga un diálogo “de dos vías”:
Genere tantas oportunidades de comunicación bidireccional como le sea posible. Las discusiones de arriba hacia abajo no son suficientes. Acepte las opiniones, ideas, preguntas de todos los integrantes de su equipo. Debe estar en la búsqueda constante de aquellos temas que inquietan a los demás.
Mantenga a las personas en el circuito de la comunicación:
Comunicar -y hacerlo con frecuencia- es de suma importancia. Necesita reforzar sus mensajes repitiéndolos una y otra vez.
Las personas desean sentirse parte de lo que está sucediendo. Si Usted no logra involucrar a su equipo de forma completa y continua, se enfrentará a la posibilidad de perder su interés. O peor aún, su nivel de confianza, motivación y desempeño podrían decaer significativamente.
Escríbalo:
Refuerce sus mensajes enviándolos en tantos formatos como le sea posible. Dígalo personalmente, por supuesto. Pero luego, reitere su mensaje en e-mails, newsletters, boletines, folletos, cartas informativas, videos, CDs, etc.
Siempre que escriba algo, asegúrese que sea claro, coherente y preciso.
Adecue sus comunicaciones de acuerdo con los estilos de oyentes y de aprendizajes presentes en su equipo.
Deberá segmentar su comunicación en función de la diversidad y tamaño de su audiencia. Solo asegúrese de no sacrificar la consistencia y precisión de su mensaje a causa de esta “personalización”.
Mida lo que hace:
Una de las mejores formas de evaluar si Usted está alcanzando sus objetivos de comunicación, es recibir una retroalimentación (feedback) frecuente de parte de sus interlocutores:
Establezca un proceso para llevar a cabo esta evaluación.
Escuche estratégicamente cada respuesta.
Escuche también, las conversaciones informales que se dan dentro de la organización.
Tome como referencia y compare sus iniciativas con las de aquellas empresas que se destacan por su comunicación.