El cerebro es imperfecto ya que no fue creado para el hombre, es el resultado de la evolución. No es como la mano que reemplazó a la garra del animal.
El cerebro parece misterioso e infalible, un ideal que bordea lo místico, un puente entre lo humano y lo desconocido. Si bien en él habitan la conciencia y el motor que impulsa la acción, su desorden funcional es grave.
La ciencia trata de orden, racionalidad, análisis, repeticiones, resultados, rigurosidad. El cerebro, en cambio, puede prestar atención a lo más irrelevante, caótico, ilógico o impredecible.
Sigue siendo el gran centralizador de la vida pero Dios, no entregó su llave de acceso ni el manual del usuario. Descubrirlos o inventarlos, será la gran aventura del hombre.
Mientras tanto el sistema educativo es superado por los cambios. Así, mientras el hombre sube por la escalera, la tecnología lo hace por el ascensor, acentuando la brecha digital.
El cerebro crece con los años y se vuelve rutinario. Pero la neuroplasticidad le da la oportunidad de reformatearse en cualquier momento combinando de otro modo las redes neuronales
En el cerebro conviven nuestros antepasados
Los instintos provienen del reptil. Si ellos predominan una persona puede actuar a sangre fría. Las emociones proceden del mamífero: los animales que procrean por parto y sienten afecto por sus crías. La falta de educación emocional hace que surjan ataques de emoción violenta o negativa. La última capa del cerebro, la del lenguaje y la razón, es capaz de arrojar una bomba sobre una población indefensa. Es síntesis: en nuestro interior conviven sin armonía los instintos, las emociones y los pensamientos.
Víctima de su propio éxito
El cerebro desarrolló habilidades para pensar de modo racional que ninguna especie pudo igualar. ¿Por qué el hombre, indefenso al nacer, se convirtió en el dominador del planeta? Porque fue el único que aprendió a tallar el alfabeto en su cerebro.
El secreto de este valioso capital intangible permitió globalizar la comunicación, superando las barreras del tiempo y del espacio, a través del mensaje oral y escrito. Pero el límite es que no pudo eliminar su pasado que lo lleva a actuar en forma contradictoria.
Hay reacciones normales, como huir para protegerse, pero al mismo tiempo es tan complejo que puede experimentar miedo por cosas que nunca sucederán, aunque no tenga evidencia alguna de que sean posibles.
Cuando el cerebro es su peor enemigo
El área racional es más flexible y receptiva, pero no es tan independiente y consulta casi siempre al cerebro instintivo que es un animal de costumbres y lo deja maniatado en una zona de confort. Otras veces el cerebro racional produce decisiones incorrectas y bajo el imperio de querer algo ya, no le importa lo que diga el sistema digestivo.
Si se compara al cerebro con las flores, se verá que ellas no se asustan ante una serpiente, porque ellas no tienen el instinto que si tiene el cerebro y que le genera fobias.
A veces el cerebro aprende la lección equivocada cuando genera conductas sobre activas al exponerse en exceso a lo que teme. Preocuparse en exceso, por ejemplo, genera presión arterial elevada, tensión, temblores, sobrepeso, etc. y se daña al obsesionarse por cosas que son inocuas.
Cada cosa en un recuerdo que se guarda en la memoria
Todo se almacena por orden de llegada y sin una clasificación precisa. Hay una ruta a transitar entre la parte que decide recordar y el lugar donde está alojado el recuerdo y puede haber una desviación hacia un lugar equivocado. También el cerebro reconoce cuando está en un lugar nuevo. Se prepara para lo que viene y pierde la información que traía porque ya no la necesita. Como resultado, olvida la información urgente que necesitaba.
La memoria a corto plazo es fugaz, la memoria a largo plazo duradera. Se puede olvidar algo reciente e importante y recordar algo viejo e inservible. Funes el memorioso, en el cuento de Borges, tenía una memoria mecánica que le impedía olvidar. El resultado fue su suicidio porque no pudo soportar el peso de la memoria.
Además un recuerdo se forma desde una perspectiva, es subjetivo. Pero como la memoria es flexible y plástica, se puede modificar por razones egocéntricas como hacernos sentir mejor.
Se recuerda mejor lo que conviene
El cerebro tiende a aferrarse a los recuerdos positivos porque no desea quedarse en lo negativo. Aprende la lección de los fracasos pero no quiere sentir las emociones negativas asociadas a los mismos.
Los recuerdos positivos son más motivadores, por eso modifica los recuerdos, con una narrativa que los ajusta para sentirse mejor. Constantemente actualiza los recuerdos para satisfacer sus necesidades.
La experiencia de contarlo se añade al recuerdo y en algo lo modifica. Es como un archivo que se actualiza en internet. Se trata del resultado de un alarmante proceso de enmarañamiento interno.
Influye también la ideología de los grupos a que se pertenece
Aunque uno no esté de acuerdo con algo que se dijo, lo piensa dos veces y razona: “si lo digo me van a rechazar y voy a tener que buscar otro grupo. Así que prefiero decir: “Sí, tienes razón, estoy de acuerdo” y sigo siendo parte, en vez de correr el riesgo de ser rechazado y convertirme en un paria.
Fallas de ingreso
Como decía Platón el comienzo es la parte más importante de cualquier proceso. Pero, para no ser invadido por múltiples estímulos, el cerebro se pone en «piloto automático». Al leer, lo hace de modo tan lento, que el 90% de la mente inactiva provoca la distracción.
La falta de contar con estrategias de observación le impide ejercitar una visión creativa. Por eso es que pasaron siete siglos antes de que Newton viera caer la manzana con un sentido innovador e ideara la ley de gravedad. Un buen perceptor es como una antena bien orientada: si no lo estuviera, sólo ingresaría ruido. Y cuando «basura entra, basura sale».
Fallas de proceso
Se correlacionan con el análisis y la síntesis. Al cerebro le cuesta separar lo importante de lo accesorio, lo fundamental de lo meramente aclaratorio. Según la ley 80/20 de Pareto, en cualquier problema, el 20% de los factores generan en 80% de los resultados.
En cuanto a la memoria, esta no no puede atender más que siete temas simultáneos.
Por eso se habla del fatídico número siete y los teléfonos no tienen más de siete cifras.Este defecto instala la mentalidad de bombero. Se privilegia lo urgente frente a lo importante. La memoria episódica, no sistémica, impide organizar una memoria de largo plazo.
Fallas expresivas
El sistema educativo privilegia en la enseñanza la recepción oral del saber y la lectura y poco profundiza en la comunicación de lo que se aprende. Por eso se tienen kilómetros y kilómetros de lectura y de escucha y pocos metros de práctica de la comunicación oral o escrita. Además una inhibición llamada miedo oratorio o pánico escénico, produce parálisis o pérdidas en la capacidad de recuperar la información. En la era del marketing personal se juzga más por lo que se demuestra que por lo que se sabe.
Fallas en la aplicación del saber
En cuanto al pensamiento, muchas veces se lo define en forma incorrecta: «estuve pensando en vos» o «yo pienso así», son frases que aluden a la memoria o a las creencias y no a la inteligencia. Confundirlas con el pensamiento, impide considerarlo como el instrumento fundamental para la solución de problemas.
Remedios para las fallas del cerebro
Es necesario aprender a transformar los defectos en virtudes. Para lograrlo, hay que realizar una gimnasia mental. Por ejemplo: imagine que se agacha, toma una pesa y la levanta 10 veces, como si realmente lo estuviera haciendo. Este ejercicio, activará indirectamente el área de movimiento. Este método es utilizado por los deportistas y también por los publicistas que buscan unir el cerebro con una marca determinada.
Para cada defecto, existe una virtud de sentido contrario: A la lectura lenta, se le opone la lectura veloz y comprensiva. A la observación deficiente, la mirada creativa. A la distracción y pérdida consecuente del tiempo, el control mental y la concentración. Al procesamiento automático de la información, la construcción de mapas conceptuales que jerarquizan la información. Al olvido, la mnemotecnia y la técnica de los repasos. Al miedo a hablar en público, la oratoria. A la falacia, el razonamiento. Al estereotipo, la creatividad.
La clave es aprender a inhalar información y exhalar conocimiento.
Como una página en blanco
El cerebro del niño al nacer es una página en blanco a completar con la educación y la experiencia. Un bebé no se basta a sí mismo pero una tortuga recién nacida no depende de nadie. Esa debilidad le brinda al niño su oportunidad. Muchas destrezas superan a las que surgen del instinto o la genética.
La habilidad madre es la lectoescritura, capacidad mágica que le otorga la superioridad sobre todas las especies. Habilidades como imaginar, aprender o razonar, se desarrollan resolviendo problemas. El cerebro madura, pero lo que no se usa se pierde.
Para evitarlo hay que estimular las conexiones sin esperar se organice totalmente.
Hay viejos jóvenes y jóvenes viejos
El anciano compensa la disminución de su agilidad mental, con la inteligencia cristalizada, una sabiduría que es fruto de la experiencia. El cerebro cambia con la calidad de vida, una vida aburrida es un seguro de que el cerebro también lo será. Un hemisferio cerebral es la mitad de la estructura de un órgano con dos partes, no como el riñón donde se puede perder uno y el otro seguir trabajando. Sin la mitad, el cerebro pierde una información que no puede ser reemplazada por la otra mitad.
El cerebro se desarrolla durante toda la vida, porque siempre somos capaces de aprender.
El hardware y el software
Cuando murió Einstein se investigó su cerebro. No surgieron diferencias con otros. No valía por su peso sino por la forma en que lo hacía funcionar. Las neuronas que surgen de la experiencia, las que las conectan, son llamadas gliales y estaban muy presentes conformando un cable de fibras nerviosas o cuerpo calloso, muy robusto. No era el hardware original, sino una ruta creada por su trabajo asociativo intenso entre los dos hemisferios cerebrales. Este formato se notaba en sus frases que se hiciero famosas:
“Mi cerebro es mi laboratorio, nunca descubrí nada con mi mente racional. Es una locura querer mejorar haciendo más de lo mismo. Es un milagro que la curiosidad sobreviva a la escuela. Educación es lo que queda después de olvidar lo que se aprendió en la escuela. La formulación del problema es más importante que su solución. ¿Por qué esta magnífica tecnología científica, que ahorra trabajo y hace la vida más fácil, nos aporta tan poca felicidad? Porque no hemos aprendido a usarla con tino. El arte es la manera de llegar a las verdades más profundas por el camino más sencillo. No entiendes algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela. No podemos resolver problemas pensando como cuando los creamos. La imaginación es más importante que el conocimiento”.
El poder inteligente de Einstein combina el hemisferio derecho -el hemisferio del artista- y el izquierdo -el hemisferio del científico-.
En la teoría de la relatividad se imaginó viajando en la punta de un rayo de luz. El cerebro alude al funcionamiento del sistema nervioso, la mente consciente a la actividad. El cerebro tiene un significado concreto, la mente otro psíquico y abstracto. El pensamiento los combina, ya que, como el pensamiento implica autoconciencia, es una función derivada de la evolución.
Cerebros conectados
Un cerebro entrenado canaliza el empowerment o poder interior, lo que genera la energía necesaria para lograr buenas ideas. El pensamiento estratégico planea llevarlas a la práctica con metodologías de ejecución y redes de socios y clientes.
El espíritu se convierte en materia con un trabajo en equipo. En un cerebro creativo sobresale el lóbulo frontal derecho. En el analítico se alumbra el lóbulo frontal izquierdo. El lóbulo basal izquierdo entrenado se enciende en una mente ejecutiva que no crea ni analiza pero que sabe hacer.
En el lobo basal derecho florece la capacidad de caer bien a todo el mundo y de relacionarse. Un buen equipo no nace de mentes iguales, si todos fuesen creativos estarían tirando ideas y nadie haría el trabajo. Un equipo de alta competición necesita generadores de ideas, analíticos eligiendo las mejores, hacedores y socializadores que vendan lo que se produce.
Hay que construir redes internas y externas.
Para crear una red comercial hay que atraer la atención de los clientes, capturar su interés, lograr su fidelidad y llevarlos a la acción de compra. El marketing personal necesita de lo digital para posicionarse y atrapar al internauta logrando el one to one. Se trata de armar un smart web, un sitio inteligente, cuyos productos y servicios ocupen la “pole position”.
El marketing digital debe promover el interés -el motivo de la acción- generar conexión, aprendizaje, información y buen humor. La mina de oro es la base de datos que, con la web y los mensajes electrónicos, construyen el sistema nervioso digital.
Un proyecto exitoso requiere neuroplasticidad para asociar ideas, emociones, pensamiento estratégico y acción eficaz. En una red el talento de cada uno se multiplica por el de los demás. Sincronizando el cerebro viejo y neuroplástico con las redes se inventó el poderoso cerebro social.
Dr. Horacio Krell Director de ILVEM. Consultas a [email protected]