En nuestra columna iremos tocando los temas centrales de la permuta y creando un capital intelectual homogéneo entre los permutantes para que podamos hablar de igual a igual.
Emparejar los conocimientos no implica igualar el rendimiento porque la inteligencia es una capacidad que nace del conocimiento pero que permite superarlo. Una de las claves es la detección de oportunidades ya que el azar sólo favorece a las mentes que se preparan.
Así fue como la manzana que luego se haría famosa al caer en la cabeza de Newton se transformó en la ley de gravedad. Pero como las cosas caen por su propio peso, el vigor la calidad de la permuta se relaciona con el deseo – a nadie se le puede prestar el deseo, si no lo tiene -.
Einstein decía que la imaginación es más importante que el conocimiento, reconociendo el valor de la creatividad, y Platón que el comienzo es la parte más importante de cualquier trabajo, jerarquizando el valor de la iniciativa. Pascal dijo que el corazón tiene razones que la razón no entiende, poniendo sobre la mesa a la inteligencia emocional. Para los griegos, el entusiasmo es como tener un Dios interior que permite modificar la realidad, así es como el entusiasta hace que las cosas ocurran. Al afán, la inspiración, el fuego y el contagio hay que sumarle la perseverancia para mantener la llama encendida. Para jugar en el equipo ganador de la permuta, hay que saber que las emociones no se atan a razones, siguen a las acciones. El secreto del entusiasta es que actúa con entusiasmo, y hace de su entusiasmo un acto
La planificación es el vehículo que transporta los sueños a la realidad. El maestro de la planificación fue Franklin. Descontento consigo mismo listó las virtudes a obtener y trabajó hasta hacerlas hábitos inconscientes. En 250 años perfeccionamos sus inventos -como el pararrayos- pero no pudimos superarlo en cómo planificar nuestra vida. El plan es la hoja de ruta que indica qué hacer, para qué, por qué, dónde, con quién, con qué recursos, cómo y cuándo. Obliga a salir del piloto automático y a interrogarse: ¿Dónde estaba, dónde estoy, a dónde quiero estar, cómo haré para conseguirlo?
Para no buscar siempre excusas sobre por qué no se puede hay que aprender a planificar.
* Doctor Horacio Krell. Director de Ilvem y secretario de relaciones internacionales de la UAF (Unión Argentina de Franquicias).