Keynes dijo que el modelo debe adaptarse a la realidad y no la realidad al modelo. Al ideólogo le importa el color del gato, no que cace ratones.
Cerca de Atenas el bandido Procusto era un maniático de la uniformidad. Quería que todas las personas tuvieran la misma altura. Para imponer la igualdad los viajeros eran acostados en una cama, “el lecho de Procusto”. A los petizos los estiraba hasta alcanzar el tamaño deseado y a los más altos les serruchaba las piernas. Se lo referencia cuando alguien quiere forzar la realidad para que se asemeje a su modelo. En el cuento » El rey desnudo» el rey quedó fascinado cuando unos estafadores llegados al pueblo le ofrecieron una “tela mágica”, y quien no la veía era un estúpido. Así el rey andaba desnudo. Otra historia es la del Titanic: navegaba hacia la tragedia y nadie vio el témpano con el que iban a chocar.
Las historias de quienes no quieren ver la realidad terminan mal. A Procusto Teseo le aplicó su propia medicina, al rey que transitaba por las calles vitoreado por las masas, una chiquilla le gritó: «el rey está desnudo» y el Titanic se hundió. El rey tenía un coro de funcionarios que lo adulaban. Para Aristóteles “la realidad es la única verdad” y tarde o temprano se lleva puestos a los que reniegan de ella. Mientras tanto, todos pagamos por los errores, pero no podemos esperar porque como dijo Keynes “a largo plazo estaremos todos muertos”. Para Antonio Machado “nada es verdad o mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”. La causa de los problemas es no conocer la causa.
El campo de fuerzas. Una situación resulta de la interacción de variables que la determinan. El campo de fuerzas es una técnica aplicable a situaciones en movimiento, cuyo equilibrio surge de fuerzas impulsoras y restrictivas. Existen potencias visibles o invisibles, activas o pasivas, materiales o inmateriales y se puede presionar sobre ellas o introducir otras nuevas. Hay factores abrumadores como la falta de presupuesto: una solución que lo incluya como indispensable seguramente fracasará. La consideración de todos los factores permite generar una mejor estrategia.
El modelo inicial se compara con el ideal considerando los recursos mediante un diagnóstico visual del problema y las técnicas a usar son: a) disminuir o eliminar una fuerza restrictiva b) aumentar o agregar una impulsora c) Transformar una fuerza restrictiva en una fuerza impulsora.
Ejemplo 1: Lanzamiento de un nuevo producto: Fuerzas impulsoras: el departamento de investigación y desarrollo es eficaz, el equipo es adecuado, los clientes lo aceptan, la agencia de publicidad está entusiasmada, es de fácil transporte, se puede patentar, es conocido.
Fuerzas restrictivas: excesivo stock del producto anterior, los vendedores se resisten, daña la ecología, requiere mucha inversión en publicidad.
Ejemplo 2: Dejar de fumar: Situación grave: fumo 3 paquetes por día. Fuerzas impulsoras: ejemplo para mis hijos, eliminar el mal aliento, costo, miedos relacionados con la salud. Fuerzas restrictivas: es un hábito, miedo a engordar, reduce tensiones, prejuicios (de algo hay que morir).
El diagrama del cómo. Complementa el análisis. Si una solución ha sido aceptada la pregunta es cómo implementarla. La técnica es preguntar ante cada fase del plan: ¿cómo? Las preguntas se realizan una y otra vez hasta que ya no se pueda preguntar más nada.
Ejemplo3: Fumar menos. ¿CÓMO? Fumar sólo Diez por día ¿CÓMO? plan uno por hora ¿CÓMO? de 11 a 19 ¿CÓMO? Test diario de fumata. ¿CÓMO? control por escrito ¿CÓMO? tener distractores (cararmelos).
Contracara del modelo occidental. Desde 1978 a 2006 China quintuplicó su PBI. Liberó el espíritu empresarial y es hoy un mercado atractivo para la inversión externa directa. Sus peligros son la escasa protección del derecho intelectual y los cambios abruptos de leyes. El pensamiento estratégico lo aplicó a la economía Deng Xiaoping quien prefirió los resultados a la ideología. Dijo: no importa si el gato es blanco o negro, si atrapa ratones es un buen gato. El proceso avanzó con la reforma constitucional de 1993 que promovió la economía de mercado.
En occidente, en cambio, se parte de un formato ideal al que aspira, y se apela a la voluntad para alcanzarlo. Si bien esto generó la ciencia y transformó la naturaleza, no tuvo el mismo éxito en los asuntos humanos. El pensamiento estratégico chino altera el modelo del sujeto héroe del cambio, por el devenir de la situación: ¿qué y cómo sucede?, ¿hacia dónde se dirige lo real? Luego observa y espera para aprovechar sus frutos.
El voluntarismo se vuelve contra sí mismo. Los excesos lo destruyen. Al advertir la lógica de la situación el beneficio se obtiene sin sacrificios. Esta inteligencia acompaña la evolución natural. El pensamiento clásico occidental se basa en el modelo: objetivo, plan, ejecución y control.
Para los chinos el camino está en lo real no en el ideal. Se adecua al cambio para anticiparlo. Deduce las consecuencias y obtiene rédito con poco esfuerzo. Un hombre solo bien apostado en un desfiladero controla a 1000 soldados. Alejandro Magno hizo invencibles a sus tropas al quemar sus propias naves y logró que su ejército venciera a enemigos que lo superaban por 3 a y que regresaran en los barcos de sus enemigos.
No eligen el camino a la meta, no consideran al fin como “un buen conductor”, ni buscan las causas porque no hay fuentes seguras como en los teoremas, porque la multiplicidad de fuerzas hace imprevisible el desenlace y presionar produce el efecto de un remedio que mata.
El modelo occidental se basa en fijar el objetivo, que su elección sea correcta y que los medios sean adecuados. El pensamiento chino no determina el fin sino que se beneficia cuando ocurre. Al anticipar el potencial de la situación; no invierte en los medios, le basta con observar la lógica del proceso, y las cosas caen por su propio peso. El efecto resulta de una propensión natural, no hay que actuar, sino esperar y recoger los frutos.
Fuerza bruta. En occidente se intenta enfrentar el condicionamiento al que someten los instintos, la razón, la costumbre, los hábitos y los deseos. La buena voluntad se ubica por encima de las dificultades y privilegia la intención de alcanzar el objetivo controlando los factores condicionantes.
Muchas veces la rutina hace olvidar el propósito, se trabaja sin voluntad o sin saber por qué y se olvidan los motivos. Hay que observar cuando la atención se atasca y la voluntad decae. La estrategia es volver al resultado esperado, alinear el foco de atención con la asignación de importancia.
Primero la percepción. Hay que dedicar el tiempo a lo importante, administran bien los recursos, detectar el 20% de los factores que producen el 80 de los resultados y aplicar el esfuerzo sobre ellos para generar el efecto palanca. La mente se expande cuando dos ideas se asocian. Contracción es elección de un curso de acción. Según como regulemos el proceso nos atascamos, o generamos círculos virtuosos o viciosos. Pensar es anticiparse, buscar la dirección. Son 3 etapas: 1) decidir a qué atender, 2) moverse de un concepto a otro, 3) relacionarlos y viajar a través de ellos.
La voluntad espontánea es conducida por el placer, la voluntad intencional debe superar obstáculos. La medida del éxito se refleja en resultados: goles son amores y no buenas razones. Lo que habitualmente falla es la falta de una metodología para motivar el querer y para obtener resultados.
Prestar atención. Sin prestar atención lo que ocurre no ingresa al cerebro. El requisito es organizar el intelecto, la voluntad, las emociones y el cuerpo. Con la atención el intelecto recibe conocimientos, los elabora y los retiene. La emoción comienza por el interés hasta provocar el entusiasmo. La voluntad es el querer, es la motivación que genera la fuerza y la decisión que da perseverancia. No basta con la atención. A las buenas ideas se oponen las obsesivas y las parásitas, a las emociones positivas las negativas, a la voluntad razonable el querer exagerado.
Sin atención no existe memoria, conocimiento ni creatividad. Atender es dirigirse y extenderse hacia algo. Es el momento en el cual el pensamiento se hace percepción. Implica la disposición para seleccionar entre los múltiples estímulos externos y necesidades internas. Transformar una idea en ideal y hacer lo que a uno le gusta provoca una concentración automática. Es conveniente relacionar la tarea con el ideal.
Sembrar un hábito. La mente, como el campo, produce lo que en ella se siembra. Relacionar el objetivo con otros y con quienes ayuden a realizarlo, produce la sinergia, creer que es posible hace que la fe mueva montañas y la idea sea el faro que ilumina. Para lograr la formación del hábito hay que estimularlo y darle prioridad. Comprar uno mismo la idea, quererla, planearla, ejecutarla y controlarla.
La ventaja del hábito es que no le pide permiso a la voluntad. La desventaja es que es neutral: hay buenos y malos. Nosotros formamos al hábito que luego nos forma. El peligro es perfeccionar hábitos negativos. El hábito es la destreza de obrar con facilidad con el valor agregado de que lo usamos sin darnos cuenta. El buen hábito da placer y alegría porque permite lograr lo que se desea, hay que motivarlo. Sin motivación el hábito no se consolida. La repetición pasiva sin entusiasmo no sirve, lo que vale es la activa, que une el cuerpo, la mente y el alma.
Crear, innovar. La efectividad se alcanza equilibrando la capacidad de Producción con la Producción realizada. Este principio se ilustra en la fábula de «la gallina de los huevos de oro», en la cual el granjero, en su afán de hacerse rico, mata a la gallina para tener todos los huevos y su error se convirtió en una lección para la humanidad para incorporarlo como hábito: “No hay que matar a la gallina de los huevos de oro”.
Sin embargo el ser humano mata a la gallina de los huevos de oro que tiene dentro de sí mismo cuando no desarrolla el hábito de la creatividad diaria, poner un huevo de oro por día es su equivalente simbólico. El creador es el mejor imitador que tiene Dios en la tierra.
Estado de flujo. Es el control mental de las emociones al servicio del objetivo, desaparece la conciencia de uno mismo y se abandonan las preocupaciones. La voluntad se funde con el hacer que se vive como recompensa, se deja de lado la reflexión sobre uno mismo y sobre lo que se hace, las respuestas se ajustan a las tareas y las emociones se activan y se alinean. Es un entrenamiento de la atención y de la energía psíquica.
Modelar la excelencia. Compararse con los modelos de la excelencia mediante un proceso sistemático – denominado benchmarking – , permite descubrir las mejores prácticas para luego hacerlas propias. Este proceso implica 4 etapas: 1) ¿Qué puedo mejorar para hacerme más competitivo? 2) ¿Cómo elegiré el modelo? 3) ¿Cuán amplia es la diferencia que me separa de él? y 4) ¿Cómo cerraré la brecha?
La mayor incompetencia es elegir el camino incorrecto, es decir, está en lo que se hace y no en cómo se hace. Producir mucho o más de lo mismo no es la solución. Elegir el blanco que se tomará como modelo es crucial para poder comparar con éste costos, tiempo y calidad.
Un método complementario es chequear las funciones con el conocimiento disponible e incorporarlo al proceso. Y una vez culminado un ciclo: volver a empezar. Otra manera de mejorar la competitividad es analizar interiormente las debilidades y fortalezas:
1) Aprender a manejar el tiempo, la energía, las contingencias. 2) Clarificar los valores: ¿qué es lo valioso para mí? 3) Tener objetivos definidos, lo que implica ser proactivo y no reactivo ante las circunstancias.4) Poder sostener un desarrollo y crecimiento personal continuo. 5) Dominar las técnicas de resolución de problemas y toma de decisiones. 6) Desarrollar la creatividad ya que la imaginación es tan importante como el conocimiento. 7) Lograr influir y motivar a los demás 8) Administrar con eficacia, lo que equivale a conseguir que se hagan las cosas. 9) Saber delegar y controlar. 10) Capacitar a los colaboradores. 11) Armar equipos altamente competitivos.
La desventaja del modelo es que la realidad deseada cambia por factores diversos: por su evolución interna, por la competencia y por los fracasos. Es bueno seguir la idea de Aristóteles: “la realidad es la única verdad”, pero en su versión mejorada, es decir la realidad que vendrá. La mejor forma de predecir el futuro es inventarlo o anticiparlo. Y deducir desde el porvenir las acciones o abstenciones necesarias para realizarlo.
Economía, política y educación van convirtiendo a China en una sociedad de clase media, y su transformación -vía economía digital- en una estructura de emprendimientos, llevará a la modificación de su sistema político. Las lógicas y estrategias del modelo y del antimodelo son distintas, pero su fin es el mismo. El Partido Comunista chino se adelanta al futuro y se adapta a las nuevas realidades. Dijo Deng Xiaoping: “Soy un aficionado en economía; y mis observaciones son desde el punto de vista político. Propuse que China se abriera al mundo. En cuanto a los detalles y formas conozco poco”. Deng Xiaoping fue un ejemplo de capacidad de adaptación y de aptitud para adelantarse a los acontecimientos.
¿Y usted qué opina de los modelos? ¿Es partidario de los modelos o de los antimodelos? Recuerde que el que falla al planear, planea fracasar.
Dr. Horacio Krell. CEO de Ilvem. Mail de contacto [email protected]