Un decálogo de las reglas que debe cumplir un buen director de recursos humanos.
Una serie de pautas para que los responsables de estos departamentos consigan obtener el máximo beneficio en el diseño e implantación de políticas de personal y gestionar con éxito la plantilla.
En una situación económica tan delicada como la actual, los directores de recursos humanos tienen un papel importante ante los responsables de la empresa y ante los empleados. Son ellos los que, en algunas ocasiones, tienen que tomar las decisiones más complicadas. También, son los responsables de fomentar políticas como la motivación, la gestión del talento, el salario emocional o la conciliación laboral, y potencian la comunicación y el entendimiento con la empresa y la plantilla.
Las diez reglas:
- Conocimiento del negocio de la compañía y de sus objetivos a corto, medio y largo plazo: Todas las políticas de recursos humanos deben apoyarse en la estrategia de la empres
- Conocimiento de su plantilla: cómo son los empleados, sus necesidades personales y profesionales, sus características y cómo evolucionan.
- Cultura de servicio: Una de sus misiones es proveer de herramientas y soluciones al resto de la organización para conseguir los objetivos.
- Capacidad para gestionar la complejidad: En un mundo donde reina la diversidad de culturas, generaciones y en el que se trabaja desde cualquier punto del mundo, es esencial que aporte soluciones específicas a situaciones concretas. La personalización en sus iniciativas es un aspecto cada vez más demandado en las empresas.
- Conciliación: el director de recursos humanos debe ser la bisagra de entendimiento en las situaciones de conflicto que surjan dentro de las organizaciones.
- Comunicación: Transmitir valores, objetivos e imagen de compañía. Ser transparentes, en la medida de lo posible, adecuando el mensaje a cada momento. Ser un foco de información para el resto de directivos y de la plantilla, de manera que facilite la toma de decisiones.
- Coherencia: Transmitir una imagen de coherencia que permita reconocer una identidad de compañía más allá de la pluralidad.
- Orientación a resultados: debe orientar su función y la de su departamento para conseguir resultados concretos.
- Apertura de mente y gestión de proyectos: Involucrar a compañeros que no pertenecen al propio departamento para enriquecer los puntos de vista y garantizar la aplicación de estas decisiones.
- Aprendizaje continuo: Estar al día de todas las posibilidades que existen en el mercado. No se trata de ser expertos en todo, sino de saber a quién o a qué acudir en el caso de necesitarlo.
fuente: Area RRHH
Muy interesante. Ante la crisis económica reinante, el departamento de recursos humanos tiene una esencial tarea. Hay que tener en cuenta que un empleado feliz produce más, por lo tanto hay que mantenerlo motivado y seguro de su labor en la compañía.