Agustín Perrotta fundó Loveat en febrero de 2018 y hoy, juntos a su socio Nicolás Merlis, nos cuenta la historia de su startup que explotó con la pandemia.
Sobre la inversión
En septiembre 2016 empecé a trabajar en el desarrollo de Loveat.
En ese momento me encontraba en un trabajo formal y estudiando ingeniería, por lo que el desarrollo de esta idea la hacía durante mi tiempo libre.
Desde los inicios hasta el día de hoy, la visión fue la de mejorar la comunicación entre los locales del sector gastronómico con sus clientes. Para ello, desarrollé una herramienta que facilita la logística, desde la visualización del menú en tiempo real, el pedido e incluso el pago.
Todo este trabajo de desarrollo, y luego la implementación de la estrategia comercial para conseguir clientes tuvo una inversión exclusivamente de horas de trabajo. Es decir, el capital invertido fue el tiempo de horas hombre, realmente fue muy a pulmón, y Loveat no recibió aporte de inversores; no hubo, ni hay otra empresa detrás.
Esto es algo que nos llena de orgullo, y demuestra la pasión que tenemos con mi socio, Nicolás Merlis, quien se sumó hace un año para aunar esfuerzos.
Las barreras de entrada
En un principio nuestra propuesta fue integral -y es como está finalmente operando hoy en día en los locales de las provincias que ya habilitaron su apertura-, es decir: que permitiera que el consumidor viera el menú en tiempo real en formato interactivo, con fotos, una descripción precisa del plato y precio entre otras personalizaciones posibles para cada plato, hiciera el pedido y hasta el pago.
Todo esto, previo a la pandemia, era demasiado innovador para los restaurantes y bares que estaban acostumbrados a brindar sus servicios de la manera tradicional, por eso nos decidimos por enfocarnos únicamente en la visualización de la carta, como puerta de entrada.
Con la llegada de la cuarentena, todo cambió. La gastronomía es uno de los rubros más golpeados, y una manera que el sector encontró para sobrevivir ha sido el delivery y take away. Fue ahí que pensamos cómo ayudar a nuestros clientes en este difícil momento. Lo que notamos es que estaban promoviendo en sus redes sociales la opción de que la gente pida directamente por WhatsApp, compartiendo fotos y ofertas en stories o posts. Lo que buscaban era evitar el uso de apps de empresas de delivery, que cobran comisiones de hasta un 40%.
Lo que hicimos fue una adaptación de Loveat para facilitar también la comunicación a distancia entre los clientes y los locales, facilitando de esta manera el Delivery y el Take Away mediante un solo mensaje. Cuando el cliente genera el pedido tras el uso de nuestra herramienta, directamente le llega la orden al local, con el pedido exacto, el nombre de quien lo retira o la dirección junto con la forma de pago
Por otro lado, muchos clientes del interior, de provincias como Mendoza, Rosario y Córdoba, donde ya están reabriendo los locales, están implementando nuestro servicio de menú digital en sus instalaciones, ya que evita el contacto con el menú tradicional que posee un alto grado de contagio. Desde Loveat, los comensales ven el menú, piden y pagan la cuenta.
Los planes
Nuestro foco principal es aportar nuestra mirada innovadora, apoyada en el uso de la tecnología, para brindarle nuevas y mejores soluciones a nuestros clientes. Gracias a la flexibilidad que tenemos, el plan siempre es estar listos para re-ajustar lo que sea necesario para acompañarlos. Por supuesto, que nuestro plan es seguir ganando clientes, y continuar creciendo como lo hemos hecho en estos últimos meses de forma exponencial. Antes de la pandemia, teníamos 15 clientes, hoy tenemos más de 200.
Consejos
«Ser el primero en ofrecer una solución innovadora, que cambia hábitos ya instalados es sin duda una tarea difícil. Desde que comencé con Loveat recibí muchas más veces un NO que un SI. Sin embargo, cada NO fue fundamental para aprender, mejorar la solución y tomar impulso para volver a intentarlo nuevamente. Este trayecto recorrido fue necesario para que hoy, las soluciones que brindamos estuvieran a la altura de la situación que estamos viviendo».
Agustín Perrotta
Emprender no es una tarea sencilla. Hay que dedicarle muchísimo tiempo y esfuerzo por sobre todas las cosas. Trabajamos innumerables horas en una fábrica abandonada, que se encontraba encontraba en la otra punta de la ciudad, La Boca.
Luego recuerdo que nos prestaron un sótano por la zona de Belgrano, ya que como salíamos a vender puerta a puerta, nos convenía muchísimo estar cerca los locales para así no perder tiempo de viaje.
Dia tras dia, salimos y salimos a vender. Generalmente la respuesta de los comercios era “Chicos, está muy bueno todo esto, déjenme que lo hablo con mis socios y nos comunicamos”…. Todo quedaba ahí y nunca conseguimos otra respuesta. Jamás perdimos la perseverancia y es por eso que nuevamente mudamos nuestras “oficinas” al corazón de Palermo, una cafetería… donde teníamos a todos los locales con los que siempre soñamos trabajar a metros. Seguimos y seguimos saliendo a vender, pero siempre obteniamos la misma respuesta.
Luego de meses y muchísimos intentos fallidos, llegó por fin el momento en que empezamos a ser más visibles por los locales y empezamos a ganar nuevos clientes. Sabíamos que este momento iba a llegar, pero no sabíamos cuando. El COVID-19 puso el pié sobre el acelerador y adelantó las necesidades de los locales, la digitalización de menús.
Por suerte, pudimos hacerle frente a esta demanda ya que contamos con un producto sólido y con mucho testeo. Toda nuestra experiencia previa y “los palos que nos pegamos”, hizo que tuviéramos para ofrecer un servicio de primera y competente frente a las necesidades.
«Si bien, el trabajo nunca disminuyó, si no que aumentó, es muy gratificante saber que todo el esfuerzo que se puso por años está dando resultado y por sobre todas las cosas, es hermoso escuchar las innumerables historias de nuestros clientes de cómo les ayuda nuestra herramienta para hacerles frente a la crisis por la que estamos pasando.
Nicolás Merlis
Emprender es animarse».