El naming es el proceso de creación y desarrollo del nombre de una marca, de un producto o de un nuevo negocio; una tarea que para la mayoría de empresas resulta algo agonizante y tediosa, ya que ningún nombre parece lo suficientemente bueno. Y es que no es una decisión que debas tomar a la ligera, la creación del naming te ofrece la oportunidad de diferenciarte y de transmitir una propuesta de valor que te haga único.
Para ayudarte a encontrar un nombre adecuado para tu empresa, haremos un repaso por los principales tipos de naming, y te daremos las preguntas clave que debes hacerte antes de tomar cualquier decisión.
Naming personal
Es muy común en el sector de la moda y de la automoción utilizar el nombre del fundador de la empresa como nombre de marca. Algunos ejemplos serían Carolina Herrera, Mercedez Benz, Roberto Verino, etc.
Naming descriptivo
Estos nombres describen el servicio o producto de una manera directa. Surgen sumando dos palabras o modificándolas y convirtiéndolas en siglas para formar una nueva.Salesforce, Facebook, Vodafone (VOice-DAta-FONE), o Microsoft (MICROcomputer + SOFTware), son algunos ejemplos.
Naming evocador
Estos nombres apelan a las emociones. Para su creación se suele utilizar una base conocida, incluso genérica, que se transforma en algo nuevo. En esta categoría se incluirían por ejemplo Amazon y Twitter.
Naming creativo
No hace falta que el nombre de tu empresa haga una referencia clara a tu tipo de actividad. Atrévete a ser original y elige una palabra que para ti tenga un significado especial (o no) a la cual puedas darle forma y atribuirle características que definan tu marca. Este recurso lo ha utilizado mucho Inditex con nombres como Oysho o Bershka. Puede que tengan algún significado, pero sus consumidores no lo saben. Son nombres que requieren más esfuerzo pero que gozan de una gran popularidad.
Así pues, ahora es el momento de sentarte con un lápiz y un papel y empezar a escribir todas las palabras que te vengan a la mente. Un diccionario de sinónimos puede ayudarte a conseguir ideas.
Después de haber escrito una larga lista, anota tus nombres favoritos, cada uno en una hoja de papel. A continuación, intenta combinar algunas de estas palabras en parejas inesperadas, y escríbelas más abajo. Luego coloca todos esos nombre en tu pared y da un paso atrás. Revisa todas las palabras y sus combinaciones y hazte estas preguntas:
Pregunta 1: ¿Es distintivo?
¿Tu nombre destaca entre la multitud y entre tus competidores?
Pregunta 2: ¿Es corto y ágil?
¿Es el nombre lo suficientemente corto como para ser fácilmente recordado? Esta es una regla que a veces merece la pena saltarse. La longitud del nombre no tiene que ver con su genialidad. Si ponemos sobre la mesa el caso de Mr. Wonderful por ejemplo, nos daremos cuenta de ello.
Pregunta 3: ¿Es fácil de deletrear y pronunciar?
¿La gente será capaz de deletrear el nombre después de oírlo? ¿Serán capaces de pronunciarlo?
Pregunta 4: ¿Es divertido?
¿Tiende gancho? ¿A tu público objetivo le gustará?
Pregunta 5: ¿Se puede proteger?
Tu mejor opción es contratar a un abogado de marcas para asegurarte de que puedes proteger el nombre. Pero, en caso de no poder pagar a un abogado, visita la Oficina de Patentes y Marcas y averigua si el nombre está disponible.
Pregunta 6: ¿Puedes tener la URL?
¿Está el nombre de dominio disponible? Como comentábamos en el post de la semana pasada, es importante que tu nombre de marca esté incluido en el dominio de tu página web o blog (en el caso de que lo tengas).
El proceso de elegir un nombre para tu empresa te puede parecer un ejercicio largo y complicado, por lo que contar con la ayuda de un profesional freealance siempre será una buena idea. En cualquier caso, lo más importante es crearlo en base a una estrategia que tenga en cuenta aspectos clave como tu tipo de negocio, tu público objetivo, la misión, visión y valores de tu empresa, y los productos que ofreces.
Ya verás que cuando encuentres el nombre definitivo te preguntarás como no se te había pasado antes por la cabeza.
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