Descubramos 7 de las posibles causas de por qué les va tan bien en la vida a estas personas:
1. La escuela de la “calle”
O como lo conocían nuestros abuelos, estas personas poseen sentido común. Un sentido que les permite evadir los conflictos y problemas y acercarse a las grandes ideas y resoluciones. Y ojo, que el sentido común no es algo que se aprenda en la universidad. En realidad, se adquiere a través del continuo trato social.
2. La adaptabilidad a las políticas y normativas
Atención a lo que viene a continuación. Estas personas respetan las normas y políticas establecidas… sin embargo, eso no quiere decir que las cumplan a rajatabla. Parte de ese conocimiento integral de las normas establecidas, los lleva a “sacar ventaja” de las fisuras que presentan dichas normas. Mejor dicho, ven la oportunidad dentro de algo que todos consideran una prohibición.
3. La oportunidad ganadora
En concordancia con el punto anterior, estos individuos suelen jugar a los seguro, pese a que primera instancia no lo parezca. Es por eso que siempre les sale todo bien. Ellos apuntan sus fichas donde saben que tienen mayores probabilidades de ganar.
4. El foco reducido
Hay una vieja frase que tengo que traer ahora, “El que mucho abarca, poco aprieta”. Eso es lo que aplican estas personas que hacen todo bien. Se enfocan en esos puntos específicos en los que saben que pueden hacerlo bien. En cambio, los todistas, en su afán de sentirse más seguros bajo la lógica de que a tantos intentos algo tiene que salir bien, terminan con más fracasos que éxitos.
5. La habilidad de negociar
Si hay algo que caracteriza a estos individuos ganadores es que saben negociar como los mejores. ¿Por qué? Porque han aprendido la premisa base de la negociación: para obtener grandes ganancias, hay que ceder un poco de lo nuestro para obtener mucho de la otra parte. Esta clase de personas es altamente beneficiosa para la sociedad, pues no solo buscan crecer sino también ayudar a quienes los rodean.
6. La mentalidad positiva
No es un gen ni nada por el estilo, es una forma de ver el mundo. A las personas a las que les salen todas las cosas a la perfección les inunda el pensamiento positivo. Su balanza ante cada problema siempre se inclina a favor de las oportunidades en lugar de los riesgos.
7. El reconocimiento del verdadero liderazgo
Y, sobre todo, han aprendido que para ser verdaderos líderes no necesitan leer extensos tratados administrativos o financieros. La mejor escuela para líderes se encuentra frente a ellos, en establecer el mayor número de relaciones posible y “sacarle el jugo” a cada una de esas personas que forman su red de negocios, laboral o académica.