Gracias a la neurociencia ya hemos aceptado que los líderes no sólo pueden, sino que deben tener emociones sin que por ello se les tilde de ñoños o de excesivamente sensibles.
Los que nos dedicamos a las disciplinas del Marketing y de la Comunicación hablamos de las Marcas como si tuvieran vida propia. Esto que hacemos, desde el punto de vista del lenguaje, se denomina personificación ; una figura retórica que sirve para dotar de cualidades humanas a objetos que de por sí no las poseen.
De esta forma decimos que las Marcas hablan, o que las Marcas cambian. Incluso, sin ir más lejos, nos atrevemos a decir que las Marcas, ahora, deben tener «Alma» si de verdad quieren llegar a conectar con su público.
El lenguaje es maravillosos desde el momento en que nos permite expresarnos de forma figurativa, pero no nos engañemos; ni las Marcas hablan, ni las Marcas cambian, ni las Marcas tienen Alma.
Todas estas cualidades son las que poseen las personas que hacen posible que los consumidores perciban que una Marca hable, cambie o logre transmitir que tiene Alma.
¿Cómo puede un líder gestionar desde el Alma?
¿Qué es el alma de un líder?. ¿Cómo puede un líder gestionar desde el Alma?. ¿Cómo puede dejar huella, crear Marca Personal gestionando desde este abstracto concepto?.
El nuevo líder requiere de nuevas herramientas que permitan resolver los problemas que esta crisis económica, social y de valores que atravesamos nos ha dejado. Son las personas las que necesitan hablar desde el corazón a sus diferentes públicos. Son los líderes los que deben de revisar sus propios valores personales y hacerlos bailar en pro de sus compañías.
Decía hace poco Simon L. Dolan, doctor en recursos humanos, experto en psicología del trabajo y profesor de una de las más prestigiosa escuela de negocios de nuestro país, que a su modelo triaxial de los valores empresariales (económicos, éticos y emocionales), habría que ir añadiendo ya un valor extraordinario: la espiritualidad.
Hasta que este concepto cale entre los líderes de nuestro país y entre la cultura del management español deberán de pasar años. Aún se escucha decir que liderar desde el corazón pone en peligro los índices de rentabilidad de las compañías. Sin embargo, estoy convencida de que las empresas deberán comenzar a gestionar de una forma mucho más holística de lo que se ha venido haciendo hasta ahora, sin que por ello se reste ni un ápice de efectividad a la cuenta de resultados.
Ser espiritual no tiene nada que ver con ser religioso
Atrevámonos a despojar de connotaciones religiosas la palabra espiritualidad, pidámosle a la RAE que incluya una nueva acepción que nos permita hablar de espiritualidad sin tener que estar refiriéndonos a «una persona muy sensible o que se muestra poco interesada por lo material».
La espiritualidad del siglo XXI no es más que la necesidad y la responsabilidad de introspección que todos los seres humanos nos debemos por el mero hecho de existir y de haber sido dotados de razón y de emoción.
Sólo desde el despertar de la conciencia individual se puede llegar a trabajar en nuestros valores. Y sólo trabajando en nuestros valores podemos llegar al cambio profundo que hará que los líderes dejen de «parecer » y comiencen a «ser».
Emociones del Líder
Gracias a la neurociencia ya hemos aceptado que los líderes no sólo pueden, sino que deben tener emociones sin que por ello se les tilde de ñoños o de excesivamente sensibles. El investigador en neurociencia Francisco Mora dice que «El elemento fundamental en el proceso de aprendizaje es la emoción, y que sin emoción no hay curiosidad, no hay atención, no hay aprendizaje». Además mora añade que «el elemento fundamental en el proceso de aprendizaje es la emoción porque sólo se puede aprender aquello que se ama».
¿Amar? ¿Deben los nuevos líderes empresariales «amar» a sus subordinados?, ¿amar su trabajo? No nos asustemos y no nos volvamos locos. Este término llevado al lenguaje del management no significa más que aprender a sacar lo mejor de cada uno y aprender a gestionar de una forma consciente. Desde esa «mejor versión» que todos tenemos.
Mindfulness, Reiki…Los nuevos conceptos adjuntos al liderazgo
Por su parte José Barroso, reconocido experto dentro del mundo del coaching y del mentoring ejecutivo, indica que la nueva era del liderazgo necesitará no sólo de nuevas herramientas para el logro de resultados, sino que, asegura que «los nuevos líderes deberían comenzar a aprender y usar, para ayudarse a sí mismos, ciertas herramientas de desarrollo personal interior, a nivel emocional, mental, energético e incluso espiritual.
Algunas muy efectivas, como la práctica meditativa conocida como el Mindfulness, o el método japonés de terapia complementaria reconocido por la O.M.S., Reiki». Además, afirma Barroso, «al contrario de lo que se puede pensar, todas estas disciplinas están íntimamente ligadas a cubrir las necesidades básicas que cualquier directivo puede tener a la hora de equilibrar y gestionar sus emociones, su estrés o la ansiedad que cualquier puesto de responsabilidad conlleva».
Espiritualidad, Alma, Mindfulness, Reiki, Emociones…Una jerga aún por consolidar dentro del mundo del Management. Estas serán, sin duda, las palabras del futuro que se emplearán en los cursos de formación que serán impartidos a los líderes del siglo XXI.
Lo dicho; gestionar desde el Alma no produce más que líderes más humanos, más reales y con más competencias para la resolución de cualquier tipo de conflicto y de consecución de resultados.
Gestionar desde el alma es lo que realmente logra dejar huella. Un líder sin Alma es como un león con tres patas; cojea y no soporta mucho peso a sus espaldas.
Silvia Rincón
Expansión