¿Quieres que tu compañía te recuerde por mucho tiempo después de haberla dejado? Toma estos consejos de Rohit Bhargava, de Ogilvy.
Las grandes personalidades son, con frecuencia, las que hacen que un negocio sea especial. ¿Podría Virgin ser Virgin sin las payasadas de Richard Branson? ¿Amazon sería la misma sin Jeff Bezos y su carcajada tan característica? ¿Se hablaría tanto del próximo lanzamiento de Apple sin Steve Jobs en el escenario luciendo su cuello negro?
Sin duda, el carácter de un empresario puede tener un rol activo en la creación de una empresa, pero cuando estés listo para vender tu negocio, tener una gran personalidad puede ser una desventaja – a menos que puedas encontrar una manera de incluir a tu personaje en la transacción.
Le pregunté a Rohit Bhargava, el autor de Personality Not Included: Why Companies Lose Their Authenticity and How Great Brands Get It Back (Personalidad no incluida: por qué las compañías pierden su autenticidad y cómo las grandes marcas la recuperan) cómo los dueños de negocios pueden asegurarse de que su personalidad prevalezca en sus negocios. He aquí tres de las ideas de Bhargava:
1. Publicar tu filosofía
Bhargava trabaja en la agencia publicitaria Ogilvy, donde ha visto en persona cómo el mismo nombre de su empresa aseguró que sus ideas se quedarían mucho después de que el propio David Ogilvy vendió su participación en el negocio y se instaló en una finca en Touffou, Francia.
Ogilvy, quien falleció en su retiro francés en 1999 con 88 años, publicó su filosofía en Confessions of an Advertising Man (Confesiones de un hombre de la publicidad) en 1976 y posteriormente en Ogilvy on Advertising (La publicidad según Ogilvy) en 1985. Estos libros siguen siendo una lectura esencial para los nuevos empleados de Ogilvy, para asegurarse de que comprenden la personalidad de ambos: Ogilvy como hombre y Ogilvy como empresa.
2. Crear recordatorios físicos
Una de las ideas favoritas de Bhargava, es una famosa cita de Ogilvy:
«Si cada uno de nosotros contrata a personas que son más pequeñas que nosotros, nos convertiremos en una empresa de enanos. Pero si cada uno de nosotros contrata a personas que son más grandes que nosotros, nos convertiremos en una empresa de gigantes».
Para reforzar la idea, Ogilvy compró un juego de muñecas rusas, que se pueden abrir para revelar las muñecas de tamaño cada vez más chicas. Esas muñecas todavía se pueden encontrar en las oficinas de Ogilvy como un recordatorio para los administradores de contratar a personas que son más inteligentes que ellos.
3. Perpetúa la historia de la empresa
Cuando James Dyson desarrolló una aspiradora sin bolsa que no perdía succión, fue a visitar a todos los fabricantes de aspiradoras del momento y les preguntó si patentarían el producto. Todos se negaron, porque en parte, les gustaba el flujo de ingresos provenientes de la venta de bolsas.
No contento con desperdiciar su idea, Dyson pasó 15 años desarrollando prototipos por su cuenta, antes de empezar su empresa que lanzaría la aspiradora en el mercado.
Entre los empleados de Dyson, el trasfondo de la empresa y su odisea de 15 años, se convirtió en una leyenda. Para mantener el espíritu, Dyson creó los Premios James Dyson de Diseño, que homenajean a nuevos diseñadores industriales y su compromiso de encontrar mejores soluciones para los problemas de la vida.
¿Qué estás haciendo para asegurarte de que tu personalidad vivirá en tu empresa después de haberte ido? Podría ser la clave para conseguir el mejor precio para tu negocio cuando estés listo para vender.
John Warrillow es escritor, locutor e inversionista de riesgo de una serie de start-ups. Escribe un blog sobre la construcción de una sociedad vendible en www.BuiltToSell.com/blog