En estas regiones, las empresas financieras tecnológicas han demostrado ser una solución integral e innovadora, principalmente en medio de la contingencia sanitaria que se inició en marzo del 2020.
La pandemia tuvo efectos devastadores para la población en general y exacerbó la inequidad en la región de Latinoamérica, por lo que la innovación tecnológica en el campo de servicios financieros ha sido crucial para ayudar y mantener a flote pequeños negocios y la economía de muchas familias.
Los emprendedores fintech han logrado democratizar los servicios financieros en una región donde 7 de cada 10 personas aún carecen de una cuenta bancaria, y 8 de cada 10 no poseen ningún crédito bancario, esto según cifras del último El Reporte “El estado de salud financiera de las startups en Latinoamérica” de Village Capital.
Dicho reporte también explica que la mayoría de los países de Latinoamérica están desarrollando innovación de gran importancia en materia de salud financiera: cerca del 75% de las inversiones en el rubro han sido destinadas a emprendimientos en Brasil y México, siendo este último el que ha crecido un 52% en emprendimiento fintech en los últimos tres años.
Estos datos confirman que las startups fintech, además de ofrecer soluciones frente a problemas como la falta de recursos crediticios para el consumidor promedio, se están consolidando como la mejor respuesta en el campo de servicios financieros, sobre todo frente a tres desafíos particulares: el catch-22 para obtener un crédito, la administración de PyMEs y la inestabilidad del trabajo informal. Estos tres problemas están relacionados entre sí y terminan por afectar severamente las finanzas de cualquier persona, emprendedor o trabajador independiente.
El catch-22 (término que se refiere a una situación paradójica de la que un individuo no puede escapar debido a reglas o limitaciones contradictorias) es el responsable de originar el problema del acceso al crédito. Los usuarios necesitan de un historial crediticio para acceder a una tarjeta de crédito, pero a la vez, se necesita de una tarjeta de crédito para construir un historial crediticio. La gente que no cuenta con dicho historial termina por recurrir a préstamos informales bajo condiciones que, generalmente, causan un grave daño a su salud financiera.
Debido a esto, para los emprendedores potenciales es casi imposible acceder a financiamiento para su negocio, lo que incrementa el daño al crecimiento económico y la generación de empleos. En ese sentido, las fintech están democratizando el acceso a servicios financieros, creando servicios accesibles y económicos para el resto de la población.
Asimismo, han creado herramientas tecnológicas de financiamiento alternativo y crédito, las cuales ayudan a los pequeños empresarios latinoamericanos a acceder a préstamos seguros y asequibles, y así construir un historial crediticio.
El Reporte “El estado de salud financiera de las startups en Latinoamérica” de Village Capital señala que las PyMEs son el pilar más fuerte de la economía de Latinoamérica (solamente en Brasil, representan el 98.5% de todos los negocios, y emplean a más de la mitad de los trabajadores del país).
Y aún cuando las PyMEs consiguen capital, no siempre tienen acceso a las herramientas adecuadas para administrar sus finanzas o adquirir la experiencia de cómo optimizarlo a largo plazo. Es aquí donde las startups fintech hacen de nuevo su aparición, ofreciendo productos y servicios financieros que ayudan a los dueños de PyMEs a conseguir préstamos con tasas de interés competitivas y gestionar sus finanzas de forma segura.
Otro campo que se ha visto realmente beneficiado por el desarrollo de soluciones fintech es la informalidad laboral. Según el informe de Village Capital, en Latinoamérica la mitad de la población en edad de trabajar son trabajadores informales, así que múltiples startups se han enfocado en proporcionar a esos usuarios acceso a mejores condiciones laborales, pagos en tiempo real, contratos formales, seguridad y beneficios que sólo podrían obtener con un empleo tradicional de tiempo completo. Con la creación de diferentes plataformas han contribuido a disminuir la trampa de vulnerabilidad profesional y fomentar un mercado laboral más incluyente y confiable.