El anuncio lo hará el próximo 9 de febrero, Carlos Gohsn, presidente ejecutivo de Renault, pero con toda seguridad la escudería del rombo continuará al menos una temporada más en la Fórmula 1 a pesar de la salida confirmada de Fernando Alonso hacia McLaren en 2007. La pérdida del campeón del mundo no se ha tomado en París como una catástrofe insalvable y existe el convencimiento de que el proyecto de la Fórmula 1 puede seguir manteniéndose con unos niveles de competición muy elevados. Eso sí, habrá un sensible cambio de estrategia, pues la premisa impuesta por el presidente de la automotriz es la de reducir gastos y costo cero, lo que supondrá un recorte en el presupuesto anual que podría tener efecto esta misma temporada. Renault invirtió el año pasado casi 300 millones en el equipo de F-1, de los cuales, unos 70 fueron sufragados por los patrocinadores, un desembolso brutal para el que hay que hipotecar casi un tercio de los beneficios que producen la venta de los modelos de calle de la marca.
El medio para evitar tal sangría será el de empezar a suministrar motores a otras escuderías. Viendo la fiabilidad que demostró el R25 y la que parece también atesorar el R26, con sólo una semana de vida en la pista, los propulsores de Renault serán un bien muy cotizado en los próximos años. Unos 80 millones de ingresos extra que harían mucho más llevadera la factura final de la marca.
Renault presentó recientemente sus cifras globales de ventas en 2005, con unos resultados que no fueron del todo buenos en Europa, donde ha habido un descenso de un 4,1 por ciento, pero con un excelente aumento en el resto del mundo, donde aumentaron un 21 por ciento. El balance final es una subida de un 1,7 en las ventas totales, para 2,53 millones de vehículos salidos de los concesionarios. Sin ser malas cifras, la recesión del segundo semestre del año no ha permitido cubrir las expectativas iniciales. España fue una de sus mejores plazas, con un aumento del 3,5, del que Alonso tiene mucha responsabilidad, mientras que en Francia subieron un 2,7 y el Alemania un 1,9. Las mayores caídas se produjeron en Suiza (-7,6), Holanda (-7) y Reino Unido (-4,7).