Reemplazar las ventas presenciales por canales de e-commerce, incorporar chatbots en la atención al cliente, o incluso la proliferación de medios de pago digitales son algunos de los grandes cambios que, si bien se venían gestando desde hace tiempo gracias a la tecnología, la pandemia terminó de consolidar en el último año.
Sin embargo, a la hora de pensar en el empleo, estos avances tecnológicos que durante el aislamiento permitieron que las compañías pudiesen continuar con sus actividades de forma estable, también son los mismos que amenazan el futuro del trabajo para muchos colaboradores.
Según un estudio del Foro Económico Mundial sobre el futuro del trabajo, el 43% de las empresas planea reducir su fuerza laboral en manos de la automatización para el 2025. Si bien esto puede sonar como un futuro desalentador, para aquellos que cuenten con las habilidades digitales necesarias será una oportunidad de crecimiento, ya que de acuerdo al mismo estudio, el 34% de las compañías necesitará contratar nuevos empleados para llevar a cabo esta transformación digital y el 41% de ellas también recurrirá a consultores externos especializados.
“Estamos frente a una cuarta revolución industrial donde las habilidades digitales son el foco del progreso, la tecnología avanza en tiempo récord y los conocimientos adquiridos quedan obsoletos a la misma velocidad. Cada vez más empleadores priorizan aquellos talentos que se adaptan a estos cambios y se mantienen en constante actualización, y eso se refleja en nuevas oportunidades para los empleados. Tal es así, que el 80% de nuestros estudiantes asegura haber logrado mejorar su situación laboral luego de adquirir nuevas habilidades en nuestros cursos” explica Christian Patiño, cofundador y CEO de Coderhouse.
El upskilling y reskilling como método de supervivencia
Frente a este panorama, los conceptos de reskilling y upskilling de habilidades resuenan cada vez más fuerte en el mercado laboral, ya sea porque las personas quieren desarrollar nuevas capacidades con el fin de acceder a mejores oportunidades laborales, como porque las empresas encuentran valor en apoyar el desarrollo de sus colaboradores.
“El interés por desarrollar habilidades digitales no surge únicamente por parte de los colaboradores. Las empresas están también cada día más comprometidas en ser un actor de cambio y guiar a sus colaboradores a lo largo de esta transformación digital. En estos casos, las compañías se acercan a nosotros para desarrollar planes de estudio especializados que combinen las necesidades de desarrollo puntuales de la empresa con contenidos que le permita crecer a los colaboradores profesionalmente” agrega Patiño.
A la hora de hablar de reskilling, este funciona como un “reciclaje laboral”, en la cual el trabajador adquiere nuevas competencias tecnológicas para insertarse en un ámbito profesional nuevo, pero sin dejar de aprovechar sus competencias anteriores, como puede ser por ejemplo un diseñador gráfico que se inserta en el diseño UX/UI o alguien que se inicia en la programación desde cero y aprovecha sus habilidades blandas para destacar en la profesión.
En cambio, el upskilling implica adquirir nuevas competencias para especializarse aún más dentro de un área de trabajo en el que ya nos desempeñamos, como por ejemplo un periodista que se forma en SEO para mejorar su trabajo dentro de medios digitales, o personas que trabajan en áreas comerciales más tradicionales y quieren aprender sobre data analytics para mejorar sus ventas.
Indudablemente, ante un mercado laboral cambiante que demanda cada vez más habilidades digitales, la formación constante será la clave no solo para hacer frente a la automatización de tareas, sino que también para desarrollar nuevas soluciones innovadoras dentro de cada compañía.