Las exportaciones de Brasil a China se multiplicaron por dieciocho entre 2000 y 2009. Según un reciente informe elaborado por la agencia de calificación Standard and Poor´s sobre las relaciones comerciales entre ambos países (How Important is Trade With China To Brazil´s Economy?), el gigante asiático representa más del 12% de las exportaciones brasileñas y se ha convertido en su principal socio comercial.
El estudio destaca que China desbancó a Estados Unidos (EEUU) en 2009 como primer mercado exportador de Brasil. Sus ventas al país asiático alcanzaron entonces casi los 21.000 millones de dólares –15.000 millones de euros–, el 12,5% del total de sus exportaciones. En 2000, ese porcentaje apenas superaba el 2%. Las materias primas –metales, principalmente–, que tan necesarias son para alimentar la maquinaria del milagro económico chino, suponen casi el 78% de las exportaciones brasileñas a a China. desde 2002, ese porcentaje ha escalado desde el 61%.
En opinión de Standard and Poor’s, la evolución futura de esa relación dependerá en un alto grado de que China mantenga su tasa crecimiento y de la forma en que se articule el intercambio comercial entre ambos países, actualmente desequilibrado, ya que Brasil sigue importando de China más de lo que exporta –principalmente, productos manufacturados–.
El informe de la agencia de calificación no incluye previsiones de futuro, aunque un reciente estudio elaborado por Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) indica que China desplazará en 2015 a la Unión Europea en términos de comercio con la región. Cepal prevé, además, que el crecimiento de China como destino se daría a costa de la persistente caída en las exportaciones hacia EEUU (del 38,6% en 2009 al 28,4% en 2020). La Unión Europea tendería a mantener su participación en torno al 14%, aunque siempre por detrás de China.
Agenda política No es de extrañar, ante este panorama, que las relaciones con el gigante asiático formen parte de las prioridades de la agenda política de la nueva presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. Su predecesor en el cargo, Ignacio Lula da Silva, ya fortaleció esa relación intercambiando varias visitas con el líder chino Hiu Jintao desde 2004. No obstante, hay expertos que alertan de los riesgos que tiene esa excesiva concentración de las exportaciones brasileñas hacia China. Susanne Gratius, investigadora senior de Fride, think tank de política exterior, aseguró durante un foro organizado recientemente sobre el futuro de las relaciones exteriores de Brasil que “la dependencia es excesiva” y que el país latinoamericano “debería diversificar sus relaciones exteriores y relanzar su relación con la UE”. Gratius confía en que el marcado acento europeísta de Rousseff (su padre es búlgaro), ayude a relanzar las relaciones brasileñas con la UE. Europa es socio estratégico de Brasil, aunque esa relación privilegiada no se ha traducido en un acuerdo comercial, que las autoridades europeas y brasileñas llevan once años negociando sin haber conseguido avances destacables.