Emprendedores News entrevistó al exdiplomático Javier Ospina Baraya sobre el análisis económico y político actual
Las diferencias entre el sistema económico estadounidense y el europeo son motivo de estudio y divergencia desde tiempos pretéritos, cuestionadas en mayor manera desde la aparición a escena del Euro. Son muchos los que se preguntarán por qué EEUU y la Eurozona crecen a dos ritmos diferentes, y para resolver esta y otras cuestiones hablamos con el consultor internacional, empresario y exdiplomático Javier Ospina Bayara.
¿Quién está afrontando mejor la recuperación tras la crisis de Covid-19?
No es necesario recordar que estamos en un mundo globalizado donde las economías ya no solo tienen que mejorar sus cifras sino situarse por encima de las de sus rivales, por ello podemos hablar abiertamente de que nos encontramos en una carrera mundial por la recuperación económica.
En un escenario como el actual no quedan dudas que la ventaja la llevan los países que menos tarden en vacunar a su población, combinándolo con el lanzamiento de los necesarios salvavidas a las empresas y ayudar a las familias que se han quedado “descolgadas”. Y con los datos sobre la mesa auguro que EE. UU. camina con ventaja en ambos frentes.
¿Son diferentes las economías de la Eurozona y los Estados Unidos?
Sin lugar a duda. Partimos desde casillas de salida diferentes, ya que a nivel empresarial el mercado laboral en EEUU es más flexible, cuentan con un mundo financiero más desarrollado y, por ejemplificar, los trabajadores no tienen reparos en una mayor movilidad laboral. Puede parecer algo nimio, pero no lo es cuando hablamos de crecimiento y expansión.
Además, no podemos obviar que, como decía anteriormente, iniciamos la recuperación desde puntos de partida diferentes. EEUU creció más que la eurozona en siete de los últimos diez ejercicios antes de la era Covid, y esa brecha se ha trasladado a la renta per cápita, la mejor medida de prosperidad económica.
Y desde su experiencia ¿en qué línea debería caminar Europa para ser más competitivos?
Hasta que la Unión Europea no practique reformas legislativas que avance en la unidad real y un mercado común, no podremos ser igual de competitivos que los Estados Unidos.
Europa tiene que fomentar mejoras para generar oportunidades de negocio, y no lo digo yo, sino que lo muestran los datos. Según el Mapa del Emprendimiento 2020 elaborado por Spain Startup – South Summit, emprender en España responde a una opción meditada y vocacional, donde la mayoría de los emprendedores lo hace por oportunidad; solo un 1% se encontraba anteriormente en situación de desempleo. ¿El motivo? las trabas administrativas para poner en marcha un nuevo negocio; la dificultad de acceso a financiación; sin menospreciar la dura fiscalidad española una vez que te instauras como empresa con un tipo impositivo general del 25%, al que debemos sumar el IRPF, frente a un estado como California donde una persona física paga entre el 1% y el 12.3% de impuestos, mientras que una Corporación desembolsa entre el 4% y el 9%.
Lo pone todo muy oscuro ¿es mejorable nuestra postura a corto plazo?
Por ejemplificar con España, a finales del 2020 la creación de negocio se situaba a la cola a nivel mundial, mientras que EE. UU. ocupa la quinta posición. Para revertir esta situación debemos cambiar la mentalidad y comenzar a valorar que lo importante recae en el propio modelo de negocio, más allá de dónde está ubicado, porque las fronteras se diluyen. ¿Por qué hago esta reflexión? Pues para que se comprenda que si no se favorece la fiscalidad de nuestras empresas las más grandes no necesitarán tributar en España, ni siquiera en Europa.
En cuanto a las Pymes es una línea similar. Si nuestras pequeñas empresas tributan por encima que el resto de los países no podemos sorprendernos cuando nos digan que en EE. UU. el nivel de emprendimiento triplica al europeo. Sin olvidar consideraciones de vital importancia que antes ya apuntaba, como que el 74% de quienes han pensado en abrir una empresa en España afirman tener problemas a la hora de poder acceder a subvenciones o ayudas para poner en marcha sus proyectos empresariales. Como comprenderán no podemos hacer muchos cestos con tan pocos mimbres.
Podríamos resumir que, para conseguir un progreso real en la Eurozona, necesitamos menos burocracia, centrarse en reformas estructurales y en los estímulos fiscales.
Si pudiera darle un consejo al Gobierno español ¿cuál sería?
Que no caigamos en errores del pasado. Las subidas de impuestos asfixian el consumo y la inversión, que suponen a su vez el mayor porcentaje del PIB del país, y por tanto redunda en más paro. Bajar el gasto público implica también más desempleo que era el que generaba la inversión pública. Por tanto, si lo que queremos es generar emprendedores y atraer riqueza es necesaria una fiscalidad más apetecible, acceso a financiación asequible y lograr un mercado estable, fundamental para que consultores internacionales como yo podamos atraer empresas a Europa.
Sobre Javier Ospina Baraya
Javier Ospina Baraya nació en Bogotá, Colombia, y aunque actualmente es consultor internacional y analista de mercados internacional, en sus raíces aún se huele su papel de diplomático en los años 80 y 90. Gemólogo y empresario, hoy desarrolla su actividad empresarial entre Madrid, Miami y Bucarest, donde ha establecido su sede de operaciones desde hace más de 30 años.